EL TELEGRAFO / Por Gustavo Veloza Posada, corresponsal en Bogotá – En medio del excepticismo pero también de la alegría de millones de colombianos, el Gobierno y el grupo guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) lograron un acuerdo en el que los rebeldes aceptan dejar las armas y participar en política, una vez que se firme un acuerdo de paz para finalizar el conflicto armado de casi medio siglo.
Este convenio, suscrito en La Habana, Cuba, tiene que ver con el segundo punto de los diálogos referentes a la participación política y las garantías que deben tener las FARC como agrupación.
El jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, anunció la creación de una misión de observación del sistema electoral y dijo que la conversión de las FARC como movimiento político será analizada posteriormente.
Por su parte, el jefe de los negociadores de las FARC, Iván Márquez, dijo: “Este acuerdo sobre política es uno de los más importantes del proceso de paz, falta mucho por andar, pero vamos por buen camino, tenemos anhelos y compromisos”.
“Este no es un proceso de sometimiento, pero si avanzamos por la senda que las mayorías populares reclaman, la firma de un tratado de paz será una realidad”, añadió.
La agenda acordada
El acuerdo dado a conocer, a través de un comunicado conjunto emitido desde el Palacio de Convenciones de La Habana, avala los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política para sectores sociales y nuevos movimientos que surjan tras el fin del conflicto.
También reconoce el acceso a los medios de comunicación a esos espacios políticos y contempla la creación de mecanismos democráticos de participación ciudadana, en los diferentes niveles y diversos temas.
Asimismo, se acordaron medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable e igualdad de condiciones con garantías de seguridad y, además, promover una cultura de reconciliación, convivencia y tolerancia.
Una vez que se anunció desde La Habana el avance de las negociaciones, en las calles de Bogotá los sindicatos de la salud y educación, que marchaban protestando por la situación de ambos sectores, expresaron su júbilo por los acuerdos logrados.
“Lo más complicado no es la firma de la paz sino cómo se hará para que la paz llegue a las regiones”El dirigente sindical Ricardo Vesga dijo que esto es lo mejor que le puede suceder al país. “Ya queremos salir de tanta violencia de la guerrilla y que los políticos sigan haciendo lo que se les da la gana. Queremos salir de ese profundo pozo y que por fin Colombia pueda avanzar en paz hacia el desarrollo y el respeto por las ideas. Este es un buen logro, pero queremos que se selle con el final de la violencia”.
A su vez, León Valencia, experto y analista de conflictos armados, manifestó a EL TELÉGRAFO que el acuerdo en participación política con las FARC hace que la negociación de paz se vuelva irreversible. “Este es el punto central de una negociación con una guerrilla; el punto de cómo van a venir a la vida política, cómo se van a reinsertar en la vía civil, entre otros”.
Por su parte, el analista político Pedro Medellín, expresó a este medio: “El país debe recibir positivamente que quienes no estén implicados en violaciones al derecho internacional humanitario ni en crímenes de lesa humanidad lleguen a las instancias legislativas. Es mejor que lo hagan por la vía electoral y política y no por la armada”.
Sin embargo, agregó: “Lo más complicado no es la firma de la paz sino cómo se hará la aplicación del modelo de justicia para que la paz llegue a las regiones”.
La dirigente política Piedad Córdoba,quien lidera el movimiento Marcha Patriótica, grupo cercano a las FARC, dijo que este es un acuerdo histórico, ya que muestra un camino para nuevos actores. “Es excelente lo que se ha logrado en La Habana y esto es lo que queremos los que disentimos de la forma de hacer política en Colombia. Esta es una garantía de que el proceso de paz está en marcha”.
Consultada por EL TELÉGRAFO sobre si su grupo Marcha Patriótica recibiría a miembros de las FARC para hacer política una vez lograda la finalización del conflicto, Córdoba respondió: “En nuestro movimiento todas las corrientes de izquierda son bienvenidas, pero para ello el Estado es quien debe garantizar la militancia y el respeto por la vida de los guerrilleros que quieren salir a la plaza pública y hacer política”.
El parlamentario de izquierda Iván Cepeda, del Polo Democrático Alternativo, recibió con confianza el anuncio y afirmó que es un cimiento para la construcción del final de la guerra en el país. “Así sea un acuerdo parcial, lo que se anunció representa una derrota para quienes han querido opacar o acabar con el proceso de paz y constituye un fundamento fuerte para creer que podemos llegar a la paz definitiva”, aseguró.
El congresista destacó los avances en materia de derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política y para los nuevos movimientos que surjan después del proceso, así como la creación de espacios de participación ciudadana.
Por su parte, Ángela María Robledo, representante del Partido Verde, celebró que se haya llegado a un acuerdo en cuanto a la participación política y espera que pronto se convierta en realidad. “Hay que empezar a dejar sin discurso a quienes son los reales enemigos de la paz”.
Sin embargo, el senador Juan Lozano, del Partido de la U y cercano al expresidente Álvaro Uribe, aseguró que el tiempo apremia: “El Gobierno se comprometió a negociaciones ágiles de meses y que luego de un año apenas se haya firmado el segundo punto es una muestra de que se ha sido débil, por parte de los negociadores, a la hora de imponerle ritmo a la guerrilla”.
Y añadió: “Lo primero que está por resolverse es que en nuestra patria se respete el derecho por la vida, a que se respeten las ideas ajenas”.
COMPLACENCIA DE DELEGADOS POR AVANCES
Como un avance para el robustecimiento de la democracia en Colombia calificaron en La Habana los delegados del Gobierno de Cuba y Noruega -países garantes del proceso de paz- la firma de un acuerdo entre el Gobierno colombiano y las FARC, sobre el segundo punto de la agenda.
El diplomático cubano Rodolfo Benítez, cuyo país es garante junto con Noruega de las conversaciones de paz, iniciadas hace casi un año, señaló que entre los acuerdos logrados está el acceso a los mecanismos democráticos de participación directa, la creación de partidos y movimientos políticos, así como las garantías para ejercer la oposición.
“En el subpunto de promoción del pluralismo político, se acordó que, en el marco del fin del conflicto y con el objetivo de consolidar la paz, se harán cambios institucionales para facilitar la constitución de partidos políticos y el tránsito de organizaciones y movimientos sociales con vocación política para su constitución como partidos o movimientos políticos”.
COMPLACENCIA DE DELEGADOS POR AVANCES
Como un avance para el robustecimiento de la democracia en Colombia calificaron en La Habana los delegados del Gobierno de Cuba y Noruega -países garantes del proceso de paz- la firma de un acuerdo entre el Gobierno colombiano y las FARC, sobre el segundo punto de la agenda.
El diplomático cubano Rodolfo Benítez, cuyo país es garante junto con Noruega de las conversaciones de paz, iniciadas hace casi un año, señaló que entre los acuerdos logrados está el acceso a los mecanismos democráticos de participación directa, la creación de partidos y movimientos políticos, así como las garantías para ejercer la oposición.
“En el subpunto de promoción del pluralismo político, se acordó que, en el marco del fin del conflicto y con el objetivo de consolidar la paz, se harán cambios institucionales para facilitar la constitución de partidos políticos y el tránsito de organizaciones y movimientos sociales con vocación política para su constitución como partidos o movimientos políticos”.