Las atrocidades de los grupos terroristas, apoyados por poderes extranjeros en Siria, ocupan a diario titulares que dan la vuelta al mundo y horrorizan a la opinión pública.
Conforme a la información brindada este martes por el diario electrónico ‘alhadathnews.com’, citando a fuentes yihadistas, Abu Muslim, alias Abu Walid, es un checheno integrante del Frente al-Nusra, grupo terrorista vinculado a Al-Qaeda, que había degollado con su cuchillo a cerca de 378 ciudadanos y soldados sirios.
Abu Walid, el guerrero más feroz del Frente al-Nusra, se infiltró en Siria en mayo de 2012, a través de la frontera con Turquía, y cometió todas sus agresiones en la provincia occidental de Latakia, precisamente en zonas ocupadas por los rebeldes.
Según varias fuentes, el mercenario checheno fue eliminado hace unos días durante las operaciones de limpieza del Ejército sirio en la portuaria ciudad de Latakia.
La masacre por la cual se vanaglorian los yihadistas saca a la luz, una vez más, la esencia inhumana de una guerra que ha sido impuesta por los terroristas desde hace 31 meses al pueblo y el Gobierno sirios, aprovechando el total apoyo de Occidente y de varios países regionales.
Desde 2011 Siria ha sido escenario de fuertes disturbios creados por los terroristas, de los que, según informes oficiales, un alto número son extranjeros.
Conforme a la información brindada este martes por el diario electrónico ‘alhadathnews.com’, citando a fuentes yihadistas, Abu Muslim, alias Abu Walid, es un checheno integrante del Frente al-Nusra, grupo terrorista vinculado a Al-Qaeda, que había degollado con su cuchillo a cerca de 378 ciudadanos y soldados sirios.
Abu Walid, el guerrero más feroz del Frente al-Nusra, se infiltró en Siria en mayo de 2012, a través de la frontera con Turquía, y cometió todas sus agresiones en la provincia occidental de Latakia, precisamente en zonas ocupadas por los rebeldes.
Según varias fuentes, el mercenario checheno fue eliminado hace unos días durante las operaciones de limpieza del Ejército sirio en la portuaria ciudad de Latakia.
La masacre por la cual se vanaglorian los yihadistas saca a la luz, una vez más, la esencia inhumana de una guerra que ha sido impuesta por los terroristas desde hace 31 meses al pueblo y el Gobierno sirios, aprovechando el total apoyo de Occidente y de varios países regionales.
Desde 2011 Siria ha sido escenario de fuertes disturbios creados por los terroristas, de los que, según informes oficiales, un alto número son extranjeros.
Recientemente, el Ministerio del Interior del Reino Unido, además de corroborar la información, expresó su preocupación por la futura repatriación de los “terroristas británicos entrenados” que militan en Siria.
mrg/ybm
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