Pablo Gonzalez

Kim Philby, agente británico de la KGB, asesoró la creación del FBI


RIA Novosti – La historia del Buró Federal de Investigaciones de EEUU (FBI) para muchos está vinculada esencialmente a su lucha contra los agentes infiltrados de la policía secreta de la URSS o la KGB, por sus siglas en ruso, pero, en realidad, es mucho más antigua y variada, según el general mayor retirado de servicio de Inteligencia ruso, Yuri Kobaladze, en una conferencia organizada por RIA Novosti.

“Fidelidad, valentía e integridad” (Fidelity, Bravery, Integrity en inglés) es el lema del FBI que se abrevia al mismo acrónimo.
 
 La actividad de la agencia, que, sin duda, ha desempeñado un importantísimo papel en la política de EEUU, siempre ha sido altamente clasificada.
 
 La imagen que tiene de ella la gente común está generada, en gran parte, por la abundante cinematografía. 
 
Las tramas de las películas se mezclan de formas más inesperadas con la realidad haciendo casi imposible distinguir la invención de la verdad.

El FBI es solo una parte de la extensa red de Inteligencia estadounidense de la que también forman parte la CIA, la Agencia Nacional de Seguridad u otros organismos.
 
 A la vez, es una de las agencias de las fuerzas del orden y sus 12.000 agentes, a diferencia de sus colegas de otros servicios secretos, están habilitados para investigar crímenes y detener a los acusados. Cada año indagan unos 35.000 crímenes, según las estadísticas.

“Algunos hablan de la omnipotencia de los servicios secretos, dicen que son totalmente incontrolables, otros, en cambio, afirman que están vigilados, otros más están convencidos de que el FBI se creó para rivalizar con la URSS.
 
 Voy a decepcionar: en el momento de la creación del FBI la Unión Soviética no existía, era el año 1908, y la agencia se ideó para fines exclusivamente policiales”, precisó Kobaladze.

Efectivamente, el 26 de julio de 1908 el presidente de EEUU Theodore Roosevelt creó el Buró de Investigaciones, que contaba en aquel entonces con 34 efectivos, para luchar contra el crimen organizado. Más tarde, los policías federales se volcaron en la lucha contra los infractores de la ley seca. 
 
En vísperas de la Segunda Guerra Mundial el FBI empezó a ocuparse de contraespionaje contra los agentes de la Alemania nazi que se dedicaban a organizar actos subversivos en el territorio estadounidense. 
 
Solamente después de la Guerra la actividad de la KGB se convirtió en una prioridad para el FBI después de que su director de entonces, Edgar Hoomer, perdió la batalla para crear un servicio de espionaje dentro de su organismo y se decidió fundar una agencia independiente, la CIA.

La necesidad de contrarrestar la intensa actividad de la KGB en EEUU en aquellos tiempos se confirma con un curioso ejemplo.

“Cuando los estadounidenses decidieron crear su propio servicio de Inteligencia -que data solo de 1947-, los ingleses eran sus socios principales. Por lo tanto, se dirigieron a ellos para consultas.
 
 ¿Y quiénes fueron los consultantes? Kim Philby, un agente de la KGB. Stalin se sabía antes lo que hacían los estadounidenses después de la guerra y hasta el descubrimiento de Philby que el presidente de EEUU”, recalcó Kobaladze al recordar también una de las operaciones soviéticas más exitosas gracias a la cual URSS se hizo con los planes de la bomba atómica estadounidenses.

La creación de un servicio de inteligencia independiente fue una de las pocas derrotas del legendario director de la FBI, Edgar Hoover, que ocupó este puesto 48 años, del 1924 al 1972. Gracias a su persistencia la actividad del buró adquirió un carácter plenamente federal e independiente de las autoridades de cada estado. 
 
Hoover consiguió crear un verdadero imperio abriendo departamentos del FBI en todo el país.
 
 En su dossier figuraban 20 millones de estadounidenses, entre ellos muchos defensores de los derechos humanos que él consideraba peligrosos, como Martin Luther King y, en general, gente de izquierdas, pero también los integrantes del racista Ku Klux Klan cuya actividad quedó en gran parte exterminada gracias al FBI.

Hoy en día, después de que terminara la Guerra Fría, las relaciones entre los servicios especiales de EEUU y Rusia han cambiado. 
 
Aunque, como notó Kobaladze, no pueden ser amistosos por definición, colaboran en los ámbitos de mutuo interés como la lucha contra el terrorismo y los agentes de la FBI oficialmente trabajan en la Embajada de EEUU en Moscú.

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