Pablo Gonzalez

Vietnam: Dien Bien Phu: "Esperamos de Ud. un gesto honorable"

Coronel Piroth

 Cuando los franceses derrotaron a Giap y al Vietminh en Na san en 1952 pensaron que tenían la fórmula de la victoria. Nadie del Alto Mando reparó que la posición estuvo muy cerca de caer.
Na San era un valle con una pista aérea y un comando central rodeado de colinas fortificadas.

Para 1954 planearon un Na San aún mayor, en el valle de Dien Bien Phu bajo el mismo esquema. Todo lo que no habían aprendido los franceses lo aprendió el general Giap en esos dos años. Supo que no bastaba con lanzar oleadas de infantería a la muerte para tomar las posiciones. Necesitaba artillería.

En Dien Bien Phu la tuvo y aunque hizo masacrar a la infantería bajo las palabras de Lenín sobre que la cantidad es calidad por si misma, esta vez derrotó a los franceses de tal forma que marcó el fin de la colonia francesa en Indochina.

Cuando las autoridades civiles y militares visitaban Dien Bien Phu antes del ataque Vietminh del 13 de marzo de 1954, el Coronel Piroth, a cargo de la artillería francesa, les contaba que a los vietnamitas les sería imposible montar artillería en las montañas que rodeaban el valle y si de casualidad podían subir alguna pieza él las destruiría con el fuego de contrabatería de sus cañones de 155mm.

Gran sorpresa para todos fue cuando ese 13 de marzo la colina Beatrice, defendida por una de las mejores unidades del valle, la media brigada 3/13 de la Legión extranjera, con un 70% de componente alemán, que portaba la gloria de Bir Hakeim contra Rommel en África, recibía un terrible fuego de cañones de 105 mm que la haría caer al otro día, matando al estado Mayor de la media brigada, entre ellos a Gaucher, el segundo al mando de Dien Bien Phu.

Para el día 15 de marzo sería la colina Gabrielle, defendida por el 7º Regimiento de Tiradores Argelinos, la que tras un espantoso bombardeo, caería dejando expuesto el comando central y la pista aérea.

En ninguno de los casos el jefe de la guarnición, el coronel Christian Marie Ferdinand de la Croix de Castries, atinó a un contraataque para recuperar las dos colinas perdidas con las unidades de paracaidistas y los tanques Chaffee M-24 estacionados en la posición central.

De Castries era del arma de la caballería, de familia perteneciente a la aristocracia militar francesa, sin el espíritu de los paracaidistas adoptado en las luchas por la liberación de Francia en la Segunda Guerra Mundial.
 Su jefe de Estado Mayor, Keller, con una crisis de nervios, se refugió en un rincón del bunker, con el casco puesto sostenido por sus manos, hecho un ovillo. 
Todo alrededor de de Castries se derumbaba.

Cuando después de un golpe de mando de los paracaidistas contra de Castries se pudo organizar un contraataque sobre Gabrielle ya era tarde y fue un desastre.

¿Cómo logró el Vietminh subir la artillería a las montañas? A pulso, en piezas, como hormigas, con gran esfuerzo físico y una voluntad extraordinaria. Colocaron los cañones en posiciones invisibles desde el valle.

El coronel Piroth se disculpaba ante cada oficial que se le cruzaba, hasta que lo tuvo enfrente al teniente coronel Langlais, quien le manifestó que esperaban un gesto honorable de su parte. Piroth se fue al fondo del bunker del mando central y, al ser manco, activó una granada con su única mano poniéndo la granada en su pecho.
 Piroth había cometido un error táctico grave, pero en el valle muchos también los cometieron. Ni que decir del Alto Mando que seguía la batalla desde la comodidad de Hanoi, los generales Navarre, Cogny, Salan, Ely, quienes eran responsables del gran error de haber llevado a todas las unidades a una trampa. Ninguno de ellos sintió la necesidad de suicidarse cuando el 7 de mayo el Vietminh entraba triunfal al corazón del valle.

Pierre Langlais llegaría a general de brigada en 1966. Para 1988, enfermo y depresivo, se suicidó tirándose por una venta, a sus 79 años.

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