COLAREBO – El ex embajador de Estados Unidos en Venezuela, Patrick Duddy, publicó recientemente un informe, en calidad de profesor invitado de la Universidad de Duke, en el que tiene el atrevimiento de recomendar que “Estados Unidos busque lograr que las elecciones en Venezuela se lleven a cabo libremente y de manera justa”.
Reza el escrito que “si Chávez o un candidato sustituto terminan derrotados, EEUU debería ofrecer apoyo para promover una transición ordenada y pacífica”.
Agrega que “si los resultados de las elecciones parecen ser fraudulentos, o si se invalidan resultados aparentemente legítimos, Estados Unidos debería fomentar la presión internacional sobre Venezuela para restaurar la democracia y suspender los asuntos bilaterales tradicionales hasta que se restablezca un gobierno legítimo”.
Duddy escribe que “los escenarios más plausibles para la inestabilidad y los conflictos en Venezuela se derivan de la premisa de que los chavistas no entregarán por voluntad propia el poder y estarían dispuestos a provocar la violencia, desobediencia civil, o dedicarse a varias formas de resistencia armada.
Reza el escrito que “si Chávez o un candidato sustituto terminan derrotados, EEUU debería ofrecer apoyo para promover una transición ordenada y pacífica”.
Agrega que “si los resultados de las elecciones parecen ser fraudulentos, o si se invalidan resultados aparentemente legítimos, Estados Unidos debería fomentar la presión internacional sobre Venezuela para restaurar la democracia y suspender los asuntos bilaterales tradicionales hasta que se restablezca un gobierno legítimo”.
Duddy escribe que “los escenarios más plausibles para la inestabilidad y los conflictos en Venezuela se derivan de la premisa de que los chavistas no entregarán por voluntad propia el poder y estarían dispuestos a provocar la violencia, desobediencia civil, o dedicarse a varias formas de resistencia armada.
Este es el peligro verdadero que rodea la campaña actual y se extiende más allá de la elección misma dado las cuestiones en cuanto a la salud de Chávez”.
Por si fuera poco, añade con desparpajo que “Estados Unidos podría llevar el tema de la democracia en Venezuela al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e instar a la ONU a que apruebe una misión de investigación o a que explícitamente apoye los esfuerzos regionales para restaurar la democracia (…)
Por si fuera poco, añade con desparpajo que “Estados Unidos podría llevar el tema de la democracia en Venezuela al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e instar a la ONU a que apruebe una misión de investigación o a que explícitamente apoye los esfuerzos regionales para restaurar la democracia (…)
Si resulta difícil conseguir que la OEA o la ONU se involucren en los esfuerzos de mitigación, Estados Unidos podría proponer una delegación de ministros de relaciones exteriores para que viaje a Caracas a dialogar con las autoridades venezolanas”.
Cual vocero de la derecha venezolana, se hace eco de una muy común y falsa matriz de opinión, cuyo objetivo es crear temor en la población: “Chávez ha anunciado un plan económico para su próximo mandato que acelerará el desmantelamiento de la economía del sector privado”.
Cual vocero de la derecha venezolana, se hace eco de una muy común y falsa matriz de opinión, cuyo objetivo es crear temor en la población: “Chávez ha anunciado un plan económico para su próximo mandato que acelerará el desmantelamiento de la economía del sector privado”.
Las reiteradas invitaciones que ha hecho el Presidente a los empresarios venezolanos, por ejemplo, a sumarse al proceso socioproductivo del país con vocación exportadora, a propósito del ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur), desmienten por sí solas al embajador con afán injerencista e intervencionista.