Pablo Gonzalez

Obama ya no habla del cambio


Por alguna razón vinculada a la crisis capitalista, Barack Obama se parece hoy más a George W. Bush que a aquel senador impetuoso que quería crear millones de empleos en Estados Unidos.

Obama, sin embargo, lidera la mayoría de las encuestas con miras a las elecciones del 6 de noviembre, en las que buscará su reelección ante el candidato republicano, el mormón Mitt Romney.

El ex gobernador de Massachusetts es un multimillonario que propone reducir el gasto público y los impuestos de los ricos, con el fin de reactivar la economía que también se ve afectada por la crisis capitalista que sufre la Vieja Europa.

Por diversas razones, entre ellas que Obama no tiene el carisma de antaño, Romney recauda mucho más dinero para la campaña presidencial (durante su reciente viaje a Israel obtuvo un millón de dólares), en un país donde el desempleo se encuentra en un promedio del 8 por ciento.

La cifra es preocupante para el presidente norteamericano, ya que salvo Ronald Reagan que superó un desempleo del 7,4 por ciento, ningún mandatario logró su reelección con semejantes problemas económicos.

Acusado de evadir impuestos, con una fortuna estimada en 250 millones de dólares, Romney sabe que la deteriorada situación económica es una de sus cartas de triunfo para derrotar a Obama, quien carga con el desgaste de cuatro años de gobierno.

Romney, no obstante, tiene una mala imagen de empresario rico, supuestamente ajeno a los problemas que sufren los norteamericanos, especialmente los de clase media baja que perdieron sus empleos y sus casas durante la crisis financiera, iniciada con la quiebra de la compañía Lehman Brothers en 2008.

Muchos creen que Romney volcó su experiencia empresarial para obtener beneficios para una empresa de capital de riesgo -que dirigió entre 1983 y 1999- en lugar de crear empleos genuinos.

En el Congreso, controlado por los republicanos desde las elecciones legislativas de 2010, muchos líderes demócratas han acusado a Romney de evadir impuestos durante al menos 10 años, entre ellos el senador demócrata por Nevada, Harry Reid.

Estas críticas contribuyeron a empeorar la imagen del candidato, cuya candidatura será oficializada en la convención republicana entre 27 y el 30 de agosto en Tampa, Florida.

Dos encuestas nacionales difundidas el jueves por la cadena CNN le dieron a Obama un porcentaje de 52% contra 45% de Romney, mientras que un sondeo de la cadena Fox News le otorgó al candidato demócrata una ventaja del 49% contra el 40% del republicano, informó el diario The Washington Post.

Aunque estos sondeos favorecen al presidente estadounidense, el candidato republicano está al frente en las encuestas en Colorado, por cinco puntos, donde Obama venció por cerca de nueve puntos en las elecciones del 2008.

E l primer presidente negro de la historia estadounidense aventaja a su rival en Wisconsin, en Ohio y en Virginia, de acuerdo al diario The New York Times y la cadena CBS News.

Esta semana, Romney criticó a Obama por un anuncio de campaña supuestamente vinculado con una mujer que murió de cáncer luego de ser despedida de la empresa Bain Capital, fundada por el ahora candidato republicano en 1984.

En la publicidad, que trata de mostrar las decisiones equivocada que tomó Romney, el ex obrero metalúrgico Joe Soptic recuerda que Bain Capital redujo su planta en 2001, perdiendo los beneficios de salud de su familia. Su esposa murió de cáncer cinco años más tarde.

Obama, por otra parte, es el blanco preferido del ultraconservador movimiento Tea Party, que ganó a principios de agosto una banca en el Estado de Texas con el ingreso del abogado Ted Cruz al Senado Federal.

Cruz, hijo de cubanos, atacó las reformas en el sistema de salud encaradas por Obama, el matrimonio gay o la separación entre la religión y el Estado, tras derrotar al vicegobernador republicano de dicho estado, David Dewhurst, que contaba con el apoyo de los líderes de su partido.

Tanto Romney como Obama se mostraron favorables al derrocamiento del presidente sirio Bashar Al Assad. Más osado que su rival, Romney pidió a la Casa Blanca y a sus aliados que armen a la oposición siria.

Para el analista Michael Gerson, del diario The Washington Post, Obama ha evitado “la tradicional reputación de debilidad” demócrata en política exterior para emular a sus predecesor, George W. Bush, en muchos aspectos.

“Obama no sólo ha continuado la global ‘guerra contra el terrorismo’ de Bush -como corrientemente se llamaba a eso- sino que también ha expandido su potencial y letalidad”, señala el analista.

En los últimos meses, Obama ha sacado a relucir su costado social luego de que el Congreso aprobara -a fines de junio- un polémico artículo mediante el cual los estadounidenses están obligados a obtener un seguro de salud o, de lo contrario, pagar una multa.

Por su parte, Romney, que será acompañado en la fórmula presidencial por el congresista por Wisconsin Paul Ryan (la nueva estrella política republicana, de 42 años) ha citado la situación que sufren Grecia, Italia y España como malos ejemplos a seguir para Estados Unidos.

Alberto Galeano

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