Investigadores que estudiaron el misterioso carbono orgánico, una parte indispensable para existencia de vida descubierta en los meteoritos de Marte, revelaron que no se trata de contaminación terrestre, sino evidencias de su pasado.
Moléculas que contienen grandes cadenas de átomos de carbono e hidrógeno son las que se consideran como los ‘ladrillos’ de todas las criaturas vivas en nuestro planeta y es esto lo que la humanidad busca en los cuerpos celestes para decir si hay vida allí.
Tales compuestos químicos existían en las piedras espaciales de Marte.
Sin embargo, muchos científicos negaron su procedencia marciana, ya que teóricamente podrían ser resultados de la contaminación desde la Tierra.
Pero el estudio del grupo británico de la Universidad Carnegie, liderado por Andrew Steele, brinda nuevas evidencias de que estas moléculas son auténticas del planeta rojo.
Aunque el trabajo científico, publicado en la revista Science Express, desmiente la teoría de que los compuestos son biológicos, es decir de criaturas vivas marcianas, echa luz sobre el pasado de Marte.
Según Steele, las cadenas de carbono se formaron durante un período de actividad volcánica que tuvo lugar durante la mayor parte de la historia de nuestro vecino espacial.
Eso significa que allí se producían procesos parecidos de la química orgánica (compuestos con carbono) que experimentaba la Tierra durante las épocas de su formación.
El entendimiento de la procedencia de moléculas orgánicas en meteoritos, dice Steele, “es crucial para el desarrollo de las misiones futuras con fines de detectar evidencias de vida en nuestro vecino planeta”.
Aunque el trabajo científico, publicado en la revista Science Express, desmiente la teoría de que los compuestos son biológicos, es decir de criaturas vivas marcianas, echa luz sobre el pasado de Marte.
Según Steele, las cadenas de carbono se formaron durante un período de actividad volcánica que tuvo lugar durante la mayor parte de la historia de nuestro vecino espacial.
Eso significa que allí se producían procesos parecidos de la química orgánica (compuestos con carbono) que experimentaba la Tierra durante las épocas de su formación.
El entendimiento de la procedencia de moléculas orgánicas en meteoritos, dice Steele, “es crucial para el desarrollo de las misiones futuras con fines de detectar evidencias de vida en nuestro vecino planeta”.