LUIS GUTIERREZ ESPARZA – Todo está listo en Chicago para la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que tendrá lugar en el complejo de McCormick Place, Chicago, Estados Unidos, los próximos domingo 20 y lunes 21 de mayo.
Hoy más que nunca resulta importante saber, o recordar, que la OTAN no es un proveedor de seguridad internacional; tampoco, un socio confiable de las Naciones Unidas, a las que ha eclipsado y mutilado, ni de ninguna otra organización internacional, mundial o regional. Mucho menos desempeña el papel de una “alianza de las democracias”.
La OTAN es un pacto ofensivo, sin ley y asesino, una amenaza para la humanidad; y América Latina la tiene a su lado: los tres mil kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos, son la frontera latinoamericana con la OTAN.
La creciente presencia militar de Washington en América Latina sigue la pauta estratégica de la globalización de la OTAN. Por ello es muy importante para los latinoamericanos saber qué es y cuáles son sus objetivos. Pero el resto del mundo corre el mismo peligro y, por ello, antes de la cumbre de la alianza, el viernes 18 y el sábado 19, se llevará a cabo la Contracumbre por la Paz y la Justicia Económica, que congregará a representantes de los pueblos de todo el mundo, mediante organizaciones de la sociedad civil que trabajan por la paz, el desarme, la equidad y la auténtica seguridad.
El 19, dentro de las mesas de trabajo de la Contracumbre, tendré el honor de presidir una, acerca del Intervencionismo de Estados Unidos y la OTAN en América Latina, en la que presentaré una ponencia; hablarán asimismo Claire Chastain, de la Red Nacional OTAN-Afganistán de Francia y de la Oficina de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Francés (PCF), e integrante del Comité Coordinador Internacional (CCI) de la Red No a la Guerra-No a la OTAN; y James Patrick Jordan, coordinador nacional de la Alianza para la Justicia Global, de Estados Unidos.
En una hora y media trataremos de explicar y discutir las implicaciones a largo plazo y el impacto social de la injerencia de Estados Unidos y la OTAN en el ámbito latinoamericano.
La OTAN es un pacto ofensivo, sin ley y asesino, una amenaza para la humanidad; y América Latina la tiene a su lado: los tres mil kilómetros de frontera entre México y Estados Unidos, son la frontera latinoamericana con la OTAN.
La creciente presencia militar de Washington en América Latina sigue la pauta estratégica de la globalización de la OTAN. Por ello es muy importante para los latinoamericanos saber qué es y cuáles son sus objetivos. Pero el resto del mundo corre el mismo peligro y, por ello, antes de la cumbre de la alianza, el viernes 18 y el sábado 19, se llevará a cabo la Contracumbre por la Paz y la Justicia Económica, que congregará a representantes de los pueblos de todo el mundo, mediante organizaciones de la sociedad civil que trabajan por la paz, el desarme, la equidad y la auténtica seguridad.
El 19, dentro de las mesas de trabajo de la Contracumbre, tendré el honor de presidir una, acerca del Intervencionismo de Estados Unidos y la OTAN en América Latina, en la que presentaré una ponencia; hablarán asimismo Claire Chastain, de la Red Nacional OTAN-Afganistán de Francia y de la Oficina de Relaciones Internacionales del Partido Comunista Francés (PCF), e integrante del Comité Coordinador Internacional (CCI) de la Red No a la Guerra-No a la OTAN; y James Patrick Jordan, coordinador nacional de la Alianza para la Justicia Global, de Estados Unidos.
En una hora y media trataremos de explicar y discutir las implicaciones a largo plazo y el impacto social de la injerencia de Estados Unidos y la OTAN en el ámbito latinoamericano.
Subrayaremos que la presencia militar estadunidense al sur del río Bravo y en el Caribe, incluye bases y centros de entrenamiento, creados supuestamente para la “guerra contra las drogas” que Washington promueve fuera de su territorio.
Jordan, quien ha venido trabajando durante cinco años con organizaciones de la sociedad civil colombiana, expondrá puntualmente por qué es relevante Colombia para la guerra de la OTAN en Afganistán, así como su creciente importancia en las intervenciones en América Central, México y África Occidental, como socio colaborador de Estados Unidos, o reserva estratégica disponible.
Esta es la naturaleza real del papel que vienen desempeñando los gobiernos colombianos, especialmente con Álvaro Uribe, que promovió el establecimiento de ocho bases militares estadunidenses en su país e inició la estrecha vinculación con la OTAN; y ahora con el presidente Juan Manuel Santos, quien a partir de una campaña de relaciones públicas, logró aparecer como un moderado capaz de mantener buenas relaciones con su colega venezolano Hugo Chávez, aunque en realidad ha enconado la violencia, la represión y el intervencionismo extranjero.
Hoy en día, nos queda claro a los latinoamericanos que Estados Unidos y sus aliados europeos se arrogan la prerrogativa de intervenir en las cuestiones regionales de cualquier índole y en los asuntos internos de las naciones en cualquier parte del mundo y el exclusivo derecho de emplear la fuerza militar más allá de sus fronteras.
Jordan, quien ha venido trabajando durante cinco años con organizaciones de la sociedad civil colombiana, expondrá puntualmente por qué es relevante Colombia para la guerra de la OTAN en Afganistán, así como su creciente importancia en las intervenciones en América Central, México y África Occidental, como socio colaborador de Estados Unidos, o reserva estratégica disponible.
Esta es la naturaleza real del papel que vienen desempeñando los gobiernos colombianos, especialmente con Álvaro Uribe, que promovió el establecimiento de ocho bases militares estadunidenses en su país e inició la estrecha vinculación con la OTAN; y ahora con el presidente Juan Manuel Santos, quien a partir de una campaña de relaciones públicas, logró aparecer como un moderado capaz de mantener buenas relaciones con su colega venezolano Hugo Chávez, aunque en realidad ha enconado la violencia, la represión y el intervencionismo extranjero.
Hoy en día, nos queda claro a los latinoamericanos que Estados Unidos y sus aliados europeos se arrogan la prerrogativa de intervenir en las cuestiones regionales de cualquier índole y en los asuntos internos de las naciones en cualquier parte del mundo y el exclusivo derecho de emplear la fuerza militar más allá de sus fronteras.
En el Círculo Latinoamericano de Estudios Internacionales (CLAEI) consideramos que la globalización de la OTAN es una realidad en crecimiento; y esta visión estratégica, impulsada desde Washington, arrastra no solamente a Europa Occidental y a otras regiones del mundo; sino que proyecta su sombra intervencionista sobre América Latina, pues al tener en México frontera con Estados Unidos, la tiene con la propia alianza.
De todo ello hablaremos en Chicago.
De todo ello hablaremos en Chicago.