Pablo Gonzalez

Soldados desechables

Mission, Texas.- Ya lo advirtió Calvin Coolidge: “Una Nación que olvida a sus defensores, también será olvidada”, pero a Estados Unidos parece no importarle la máxima de su ex Presidente y desecha a los soldados que pelearon sus guerras pero que no tuvieron la suerte de nacer en su territorio… simplemente los deporta.
 
Héctor Barajas, Manuel y Valente Valenzuela, son tres casos -de miles que existen- que demuestran la doble moral de Washington que acoge con los brazos abiertos a quienes arriesgan la vida participando en sus bárbaras guerras-ocupaciones y al acabar éstas…”si te vi, ni me acuerdo”.

Mexicanos en su mayoría, los ex combatientes de guerra reciben la espalda del país al que defendieron con honor y lealtad. 
 
Las promesas de obtener una ciudadanía a cambio de su lucha en ocasiones no se cumplen.

Muchos ex combatientes ahora deambulan por las calles mexicanas buscando sobrevivir, algunos sufriendo las heridas físicas o emocionales de la guerra, sin brazos, sin piernas o con cáncer producido por el Agente Naranja, en el caso de quienes pelearon en Vietnam, como los Valenzuela.

EX COMBATIENTE DEPORTADO… A MEXICO

Héctor Barajas, un ex residente legal de los Estados Unidos, nacido en México y receptor de un sinnúmero de medallas que premiaron su participación en las diferentes guerras que peleó en el Ejército norteamericano, hoy vive en Rosarito, Baja California, deportado, lejos de su familia y del país que ama y considera suyo.

Al terminar su servicio cometió un delito por el cual pagó.
 
 Su sorpresa fue que al terminar su condena, fue encadenado y llevado a un Centro de Detención para Inmigrantes de donde fue, sin más ni más, deportado a México.

“Durante mi injusto trato en Mira Loma (el centro de detención) habían más de cinco veteranos (de guerra) en un período de unas tres semanas. 
 
Cuando llegue dijeron por el altavoz que todos los veteranos se reportaran al cuarto de recreo… es obvio que estaban deportando veteranos en números alarmantes… ese era el lugar número uno de 350 que hay en los Estados Unidos”, cuenta el veterano de guerra.

EL CASO VALENZUELA

La vida para Manuel y Valente Valenzuela cambió el 29 de enero del 2009, el mismo día en que murió su madre Socorro, pues al buzón de su casa llegó una carta de la oficina de Inmigración, era una orden de deportación. 
 
Ninguno de los dos daba crédito a lo que veían sus ojos.

“No llegaron los papeles para mandarnos a México… me sentí muy mal… el mundo se me paró… andar en la guerra y ver cómo nos pagan”.

Cuando llegó a los Estados Unidos con sus padres, Manuel tenía tres años; su hermano siete.
 
 Se asentaron en Redford, Texas, en el Condado Presidio, rumbo a El Paso en donde estudió. 
 
Años después se enlisto en la Marina en 1971, luego de haber sufrido de amor.

Estuvo en Japón, las Filipinas y Vietnam a donde fue enviado no una, ni dos, sino tres veces en donde realizó misiones de rescate; al acabar con su servicio enfermo con el Síndrome Post Traumático, Manuel siguió con su vida, se casó y tuvo varios hijos y nietos… hasta que cometió un pequeñísimo delito.

Una infracción de tráfico le costó la deportación.

“Este país nos quiere tirar a México”, dice Manuel.

Los hermanos han peleado el caso y hasta el momento no han sido deportados, pero no hay garantías de que se queden en los Estados Unidos. 
 
 Valente se unió al Army en 1965 en el cuartel de Roswell, Nuevo México de donde no fue enviado inmediatamente a Vietnam, sino diez meses después regresando herido pero con una Medalla de Bronce por el valor demostrado en combate.

Ambos llegaron a los Estados Unidos como residentes permanentes, aunque su madre era una ciudadana americana, prestaron sus servicios al país participando en la guerra de Vietnam de donde salieron heridos y enfermos psicológicamente y ahora los dos enfrentan la deportación.

Valente habría cometido un delito relacionado con la violencia doméstica. 
 
Los hermanos podrían salir de los Estados Unidos toda vez que un Juez les aplazó la salida hasta el 2012.

Si los hermanos Valenzuela y todos los demás ex combatientes son echados a México, pierden no solo sus beneficios como veteranos de guerra, sino el apoyo para poder afrontar el Síndrome Post Traumático que sufren gracias a su participación en la guerra.

Los ex combatientes aceptan su responsabilidad en la comisión de delitos menores, pero lo atribuyen al Síndrome Post Traumático.

“DESPUES DE QUE PELEAN LOS CORREN A LA CH…..”

“Después de que pelean por la patria los corren a la ch……. y ponle así, diles que digo yo”, dice molesto José María Vázquez, Comandante del América US Army y ex líder de los Veteranos de Vietnam en el sur de Texas. “Exponen su vida, sacrifican a sus familias y ya cuando acaban el servicio ya no les sirves te dicen vámonos, a la ch…….”.

Las “redadas” contra ex combatientes comenzaron por una reforma a la ley realizada durante la administración del Presidente Bill Clinton en 1994; se calcula que desde entonces son miles los que han sido echados de los Estados Unidos.

“Te prometen que te vas a hacer ciudadano y sí… pero pórtate bien”, advierte Vázquez. 
 
Y es que, las leyes migratorias en los Estados Unidos son bastante estrictas.
 
 Para acceder a la ciudadanía americana primero hay que ser residente permanente y antes de lograr este status hay que ser residente condicional.

Al salir del servicio militar con su residencia, los veteranos deberán cuidarse de no cometer alguna infracción a la ley pues podría costarle la deportación automática, como le ocurrió a Barajas.

EL SINDROME POSTRAUMATICO

La organización “Veteranos Desaparecidos” -formada por ex combatientes de guerra que ahora enfrentan la deportación- asegura que más de la mitad de los ex veteranos de Vietnam diagnosticados con el Síndrome Post Traumático (PTSD) han sido arrestados o encarcelados.

Una comunidad encargada al estudio de Las Guerras de Vietnam, coincide con “Veteranos Desaparecidos” y agrega que “casi la mitad de los veteranos había sido encarcelado o arrestado al menos una vez y sobre un tercio en múltiples ocasiones. 
 
Apenas un 11 por ciento había sido encarcelado por un delito grave”.

Las causas son atribuibles al Síndrome Postraumático, pues después de sufrir de eventos de guerra, al regresar a casa los soldados están enfermos y no todos reciben atención profesional.

El Instituto Nacional de la Salud Mental de los Estados Unidos define al Trastorno de Estrés Postraumático como una enfermedad real y asegura que puede sufrirse después de eventos traumáticos como la guerra, por ejemplo.

El PTSD puede causar daños como el sentimiento de flashbacks como si el evento traumático estuviera sucediendo nuevamente; dificultad para dormir o pesadillas; sentimientos de soledad; explosión de ira y sentimientos de preocupación, culpa o tristeza.

“El PTSD comienza en momentos diferentes dependiendo de la persona. 
 
Los síntomas de PTSD pueden empezar inmediatamente después del evento traumático y permanecer.
 
 Otras personas desarrollan síntomas nuevos y más serios meses o hasta años más tarde” dice el organismo.

Y aconseja al paciente sobre el tratamiento:
 
 “Las medicinas pueden ayudarlo a tener menos miedo y a estar menos tenso. 
 
Es posible que necesite algunas semanas para que los medicamentos surtan efecto. 
 
Conversar con médicos especialmente capacitados o consejeros también ayuda a mucha gente con PTSD Ese tipo de tratamiento se llama “terapia de conversación” o psicoterapia.”.

Un veterinario del Holland Working Dog Hospital en San Antonio, Texas, ha declarado que el PTSD ha sido encontrado también en perros que participaron en guerras. 
 
El Coronel Kelly Mann, agrega que los síntomas de los animales son muy parecidos a los que sufren los humanos.

“Una vez estuvieron muy seguros de su trabajo… ahora lo que quieren es evitar el contacto”, dice el veterinario sobre el comportamiento de los perros de guerra.

Actualmente de acuerdo a la organización “Veteranos Desaparecidos”, existen en el Ejército norteamericano alrededor de 30 mil soldados que no son ciudadanos norteamericanos.

Organizaciones de veteranos estiman que desde 1996 alrededor de tres mil inmigrantes que participaron en diferentes guerras norteamericanas han sido deportados de los Estados Unidos país que un día entrega una medalla al soldado que le defendió y al siguiente le expulsa de su país.

(Tomado de: enpúblico.mex)

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