Paramilitares
amenazaron con bombardear a afrocolombianas por no brindarles sus casas
como lugar para sus actuaciones y haberlos denunciado. A pesar de que
el ejército no brinda garantías 40 familias regresaron en una apuesta de
autoprotección no violenta y de afirmación de sus derechos como
población civil.
La crisis humanitaria en la
costa pacífica del Cauca tiene proporciones desbordadas con el
desplazamiento de 380 personas que corresponde a 83 familias del Consejo
comunitario de comunidades negras de Cuerval (Timbiquí) como grupo
étnico con territorio colectivo.
Desde el 8 de diciembre de 2011 a partir de
las 8: pm y por toda la noche, se dio el desplazamiento masivo por las
amenazas de los paramilitares.
En la actualidad la población negra se
encuentra en el Coliseo de Guapi – Cauca donde hay censados 187 niñas y
niños (59 niñas y niños entre 0 a 4 años), 179 adultos y 12 adultos
mayores. Del grupo además hay 1 adulto en condición de ceguera y 2
mujeres con parálisis en las piernas (1 niña y 1 adulta)
Rebelión ha transcrito la entrevista que Contagio Radio realizó al lider comunitario Orlando Pantoja, coordinador de Cococauca.
En
Colombia no cesa el desplazamiento ni la guerra. Las comunidades de
Timbiquí, Cauca, han tenido que desplazarse. Desde el 14 de diciembre se
encuentran en el casco urbano de Guapí.
En
este momento tenemos comunicación con Orlando Pantoja, coordinador de
Cococauca, la asociación de cabildos de comunidades afrodescendientes en
Cauca.
Buenas tardes. Muchas gracias a esta importante emisora
por darnos el espacio de contar un poco nuestra realidad. Nosotros somos
una organización que agrupa a consejos comunitarios y organizaciones de
base del poder negro de aquí de la Costa Pacífica del Cauca. Los
consejos comunitarios son entidades territoriales con autoridades
locales étnicas, que siguen una dinámica semejante a los resguardos
indígenas o cabildos.
Don Orlando hemos recibido información de
diferentes medios sobre el desplazamiento de 30 familias en Timbiquí.
¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué tuvieron que desplazarse?
Estamos
hablando de 81 familias, que corresponde a 347 personas. Realmente es
una situación de crisis humanitaria. Estamos hablando de una cantidad de
personas donde había más de 180 niñas y niños. ¿Qué fue lo que pasó
realmente?
La gente está desplazada desde el 8 de diciembre, a raíz de
una amenaza al parecer de un grupo paramilitar ubicado en esa gran área,
después de que se dio el 30 de noviembre un enfrentamiento entre la
guerrilla de las FARC y los paramilitares, los paramilitares terminaron
amenazando a la comunidad, porque la comunidad no les brindaba refugio a
ellos ni a nadie.
La comunidad tiene por política no dar refugio a
ningún actor armado, porque es una comunidad pacífica, que tiene
principios establecidos en el marco de la Regional Cococauca. Por tanto,
no puede brindar ningún tipo de ayuda a ningún actor armado.
Y en el
marco de ese principio, en medio de la corredera que tenían los
paramilitares comenzaron a solicitar apoyo a la gente, y la gente les
dijo: "nosotros no podemos brindarles apoyo porque nosotros somos una
comunidad neutral frente a la guerra. Ambientar la paz y deslegitimar la
guerra es la política interna.
Y entonces los amenazaron. A las tres
horas de llegar los paramilitares, llegó el ejército a esa comunidad y
capturaron a dos o tres paramilitares.
Entonces dijeron: "ah, listo,
ustedes dicen que son neutrales pero sí que apoyan al ejército.
Entonces
cuando el ejército salga de aquí, nosotros les vamos a bombardear". La
gente les dijo que el ejército llegó y que tenían que cumplir con sus
funciones de fuerza pública, pero que ellos no habían intervenido.
Y,
efectivamente, el 7 de diciembre, a las 7:45 de la noche, comenzó el
ejército a salir, después de estar varios días allí, y a las 8 de la
noche la gente se preparó y comenzó el desplazamiento, durante toda la
noche.
La comunidad está ubicada en plena zona de bajamar, en toda la
costa. Imagínese a una comunidad bajo el riesgo de las mareas y de
cualquier tipo de actor que pueda movilizarse sobre el área.
La
comunidad se decidió a desplazarse porque era la única garantía para
seguir con vida. Desde el 8 de diciembre comenzó a movilizarse y la
gente se concentró en el coliseo en el área urbana de Guapí.
347 personas (82 familias) del municipio de Timbiquí se refugiaron en el coliseo municipal de Guapi, tras un desplazamiento
masivo originado por los grupos paramilitares que operan en el Consejo Comunitario de Comunidades Negras de Cuerval.
Orlando,
teniendo en cuenta lo que ha sucedido con las fuerzas militares en
medio de la población civil en la zona de Timbiquí, ¿qué ha hecho el
ejército para combatir a esos grupos paramilitares que provocaron este
desplazamiento?
Lo que deberían hacer es cumplir con sus
funciones como fuerza pública. Lo que la comunidad ha establecido es que
mientras exista la guerra en Colombia, se mantiene neutral frente a los
actores armados, legales o ilegales. En ese sentido, creemos que las
acciones de la fuerza pública en el marco de lo que tiene que hacer son
insuficientes.
Y de una u otra manera, sentimos que la gente está
desamparada completamente para que les respeten sus derechos humanos
como población civil que no se ha involucrado en la guerra. Lo que se
pide simplemente es que los actores del conflicto busquen donde irse
lejos de cualquier zona donde haya comunidad o donde haya gente, y que
se enfrenten lejos de estas zonas.
Pero desgraciadamente, buscan meterse
y violentar la dinámica civil y la paz que ejercen las comunidades en
sus territorios étnicos. Nos parece que la fuerza pública no está
haciendo lo indicado, que es enfrentarse a esos grupos en los sitios
donde ellos puedan estar y evitar que lleguen a las comunidades.
Esa es
una dinámica que internamente tiene que definir la fuerza pública y el
Estado en su conjunto.
Y nosotros lo que necesitamos es una seguridad no
armada, sino la seguridad en la tranquilidad, la paz y la convivencia
cívica como pueblos. Esa es la seguridad que creemos que merecemos. Lo
que siempre hemos tenido durante toda la vida.
Entonces, seguiremos
ejerciendo nuestras dinámicas propias, de creer que nuestros santos y
nuestros dioses nos sigan iluminando y los mayores nos sigan
acompañando, para que nuestra vida pueda, de una u otra manera, volver a
ser lo que fue hace muchos años, porque esto definitivamente cambió el
Pacífico, y se volvió una zona de conflicto.
Señor Orlando, en
estos momentos, ¿cuál es la situación de los pobladores que tuvieron que
desplazarse y de las personas que aún permanecen en el municipio?
Es
lamentable lo que pasó, porque durante los tres o cuatro primeros días
de desplazamiento nosotros no recibimos apoyo del Estado en su conjunto.
Fue lamentable la situación. Y eso fue muy duro, porque era mucha
gente, muchas familias, demasiados niños en condiciones infrahumanas.
Después de una semana, y la presión y el apoyo de los medios de
comunicación, se logró que hicieran presencia las entidades
correspondientes, en este caso, Acción Social, o como se llame ahora.
En
algunos medios de comunicación se dice que la parroquia del vicariato
suministró a los desplazados ayudas alimentarias. ¿Es esto cierto?
Si
claro. Al segundo día, que fuimos a la parroquia, la parroquia nos dio
un mercadito simbólico, con base en lo que ellos tenían. Posteriormente
vinimos a recibir, ya como a los tres o cuatro días el apoyo de la
alcaldía con una remesa un poco más significativa. Después se dio la
presencia del CICR. Pero lo importante aquí es la presencia y el apoyo
de la Defensoría del Pueblo, que destaca con un alto valor:
permanentemente ha estado allí acompañando a la gente, colaborando, y
junto con nosotros hizo un trabajo de tratar de que las entidades nos
apoyaran e incidir para que todo el mundo se comprometiera con las
responsabilidades establecidas en la Constitución Nacional. Después
nosotros recibimos un pequeño apoyo de la Pastoral Social. Se donaron
distintos apoyos que resolvieron de cierta forma la situación que se
estaba padeciendo.
Y también nosotros debemos agradecer el apoyo de la
gente de Naciones Unidas, de OCHAN, porque estuvieron permanentemente
insistiéndole e informándole de cuál era el estado de la situación para
que Acción Social cumpliera con sus funciones, y haciendo el puente con
otras entidades. De parte del Estado en su conjunto la respuesta fue muy
débil, y cuando hizo presencia, ya se dio el apoyo de emergencias.
Usted
nos ha trazado un panorama de lo que está sucediendo en Timbiquí. Habla
de las fuerzas militares, del Estado, de su ineficacia. Siendo el
desplazamiento una situación muy lamentable, en la que estas más de 340
personas no quieren estar. ¿Hay garantías para que regresen a Timbiquí?
Ante
la situación en el momento, las condiciones tan difíciles, por no decir
tan miserables, viviendo resguardados en un coliseo, padeciendo todo
tipo de penurias.
Ante esas condiciones, y ante la concepción de que
nosotros tenemos que velar por ejercer nuestra autonomía como grupo
étnico y que no nos podemos dejar desterritorializar, que no podemos
dejarnos sacar del territorio porque tambén esa es la intención de
distintos sectores económicos del país, nosotros acordamos que, a pesar
del riesgo, a pesar de las condiciones, a pesar de la situación, como
comunidades autónomas y soberanas, requerimos retornar con carácter
urgente.
Y si la cosa alcanza un nivel de tal magnitud que lo haga
necesario, deberemos desplazarnos. Pero tomamos la decisión de retornar,
llevando a cabo distintos planes de protección.
Por eso desde el 20 de
diciembre, iniciamos el proceso de retorno. Porque es que es muy
complicado, en el momento en el que estamos, en plena fiesta decembrina,
Año Nuevo, instituciones y todo el mundo de vacaciones, una situación
complicada de penuria.
Acordamos que retorne el 50 por ciento y el otro
50 por ciento trata de ver cómo sobrevive en medio de las dificultades
de un municipio como Guapí. Ese fue el acuerdo, el 50 por ciento de las
81 familias retornan para generar condiciones básicas, y en eso estamos.
¿Qué
condiciones encontraron las personas que regresaron y qué dicen frente a
la posibilidad de que regrese el resto de la comunidad?
Estamos
evaluando cómo va a estar el panorama durante este período. Estamos
incluso ensayando medidas internas como sociedad civil; como sociedad
civil, que no tiene que ver con las armas; como sociedad civil por la
paz y como grupo étnico de manera particular. Estamos evaluando
permanecer en el territorio a pesar de la crisis que se está viviendo.
Entre la gente que retornó, estamos evaluando el nivel de pérdidas. Las
fuentes de alimento fueron saqueadas. Algunas casas han sufrido daños.
Se está evaluando el nivel de pérdida que se tuvo por el desplazamiento,
un desplazamiento necesario, por la vida, pertinente.
Y ya
haciendo referencia a lo que usted nos hablaba al principio, de las
amenazas que los paramilitares hacían a los pobladores nuevamente, que
ya regresaron el 20 de diciembre. ¿Los líderes de la comunidad o estas
personas han tenido altercados con los paramilitares?
Estamos
atentos a los movimientos que puedan ocurrir, porque en este momento,
alrededor del área a la que la gente retornó, nos hemos dado cuenta de
que hay cuatro pirañas de la Armada, que están moviéndose por toda el
área. Como es una obligación del Estado, esperemos que ellos puedan
hacer las cosas que les corresponden, porque tenemos que estar
permanentemente monitoreando.
El asunto es que las pirañas o el
ejército, cuando se movilicen, ¿qué implicación tiene eso? ¿qué va a
pasar con la gente? ¿Qué ocurre con los otros actores armados que
merodean o que, como dice la gente, hacen presencia?
¿Cuál es la
reacción de ellos frente a la gente que decidió retornar? Esperemos por
lo menos que el año nuevo llegue sin las penurias y esa crisis que
estamos viviendo.
La crisis humanitaria está porque están todos los
actores del conflicto armado, pero estamos viendo la posibilidad de que
la gente pueda permanecer en el territorio.
Y hablando de las medidas que va a tomar la sociedad civil, ¿cuáles son esas medidas que van a implementar?
El
desplazamiento se hizo el 8, y prácticamente el 14 y 15 de diciembre se
reconoció la existencia del desplazamiento por parte del comité
municipal. Existe una afectación sobre la población civil si no se toman
las medidas por parte del Estado en su conjunto.
En segunda instancia,
nosotros estamos evaluando qué medidas internas como sociedad civil por
la paz, como grupo étnico con unos derechos especiales, de manera
soberana vamos a adoptar en el marco de nuestras propias autoridades
étnicas para garantizar permanecer.
Eso lo estamos evaluando.
No tenemos
las condiciones que nos permitan crear una estructura para asumir ese
rol como una guardia civil especial, étnica, para trabajar en ese
contexto.
No tenemos la experiencia ni la formación, pero estamos
intentando pensar en comenzar a crear algún tipo de escenarios que nos
permitan asumir ese rol, porque se va a requerir de manera permanente.
Y
en este momento no podemos decir si la vamos a aplicar o no, porque,
repito, en este momento alrededor del área está haciendo presencia la
fuerza pública, el Ejército.