Barack Obama ha hecho efectiva una de sus promesas electorales al anunciar: “Después de casi nueve años, acabará la guerra estadounidense en Irak”.
La
afirmación de su soberanía por parte de los irakuíes (al no conceder la
impunidad a las tropas estadounidenses) fue el punto clave y 39.000
soldados estadounidenses abandonarán Irak a finales de este año.
Jonathan
Steele escribió que la guerra de Irak había acabado y que Estados
Unidos había aprendido “que poner botas occidentales en el territorio de
un país extranjero, particularmente en un país musulmán, es una
locura”.
Sin embargo, esta locura puede continuar de forma distinta ya
que hay una inmensa distancia entre la retórica y la realidad que rodea
la retirada estadounidense de Irak.
De hecho, existen varias vías por
medio de las cuales Estados Unidos podrá ejercer una influencia militar
en el país.
Estas vías se pueden dividir en cuatro categorías principales.
Embajada, consulados y contratistas de seguridad privados
La
embajada estadounidense (la mayor y la más cara del mundo) se encuentra
en una zona verde de su propiedad en Bagdad, recibe el suministro de
convoyes armados, genera su propia agua y electricidad y tiene su propia
red de alcantarillado. Con 104 acres, la embajada tiene casi las mismas
dimensiones que Ciudad del Vaticano. Aquí es donde Estados Unidos está
transformando su enfoque militar en una diplomacia vigorosa.
Cifras
del departamento de Estado muestran que unas 17.000 personas estarán
bajo la jurisdicción del embajador estadounidense. Además, hay también
consulados en Basora, Mosul y Kirkuk, en cada uno de los cuales hay
destinadas más de 1.000 personas. Y, lo que es fundamental, todo este
personal estadounidense, incluyendo los contratistas militares y de
seguridad, tendrán inmunidad diplomática.
Esencialmente,
la administración Obama está cosechando el capital político de retirar
las tropas estadounidenses de Irak al tiempo que se protege del impacto
de la retirada con un aumento de los contratistas de seguridad privados
que, a diferencia de cualquier otra parte del planeta, trabajan para una
misión diplomática.
Esta
“oleada” de contratistas incluso ha planteado la posibilidad de que
vuelva al país la controvertida empresa Blackwater, ahora conocida como
Xe. La empresa fue responsable de la muerte de 17 irakíes en 2007 en la
tristemente famosa masacre de la plaza Nisour, aunque el presidente y
director ejecutivo [de la empresa] Ted Wright declaró al Wall Street
Journal recientemente que le gustaría volver a hacer negocios en Irak.
En
2008 se habló mucho del hecho de que como parte del Acuerdo del
Estatuto de las Fuerzas (Status of Forces Agreement, Sofa) entre Estados
Unidos e Irak los contratistas perderían su inmunidad. Sin embargo,
como señalaba un informe del Congreso estadounidense:
“El
término definido en el acuerdo, ‘Contratistas estadounidenses y sus
empleados’, se aplica sólo a contratistas que operan bajo un
contrato/subcontrato con o para las fuerzas estadounidenses. Por
consiguiente, los contratistas estadounidense que operan en Irak bajo un
contrato con otros departamentos o agencias estadounidenses no están
sujetos a los términos del Sofa”.
El
congresista Jason Chaffetz puso en duda la sustitución de fuerzas
militares por contratistas y preguntó: “¿Estamos simplemente jugando un
poco al juego del trile aquí?”. Hay una cierta ironía en el hecho de que
la decisión del gobierno irakí de negar la inmunidad a los soldados
estadounidenses tenga como resultado que aumente el número de los muy
odiados y no responsables de sus actos contratistas de seguridad.
Adiestradores militares incluidos como parte de los contratos de armamento
Se
calcula que hay unos 400 contratos de armamento entre Bagdad y
Washington, por un valor de 10.000 millones de dólares, además de otros
110 contratos adicionales por valor de 900 millones de dólares que,
según se ha informado, están pendientes. Como parte del contrato muchos
de ellos exigen adiestradores estadounidenses que trabajarían a través
de la Agencia de Cooperación de Seguridad de la embajada.
Bloomberg
news informaba de que esta “recién establecida agencia tendrá un
personal central de 160 civiles y militares no uniformados junto con 750
contratistas civiles que supervisarán los programas de asistencia del
Pentágono, incluyendo el adiestramiento militar. Serán protegidos,
alimentados y custodiados por un personal adicional contratado de 3.500
personas” que trabajarán en 10 oficinas por todo el país.
En
septiembre Irak hizo el primer pago de un contrato por valor de 1.900
millones de libras para comprar 18 F-16. El acuerdo significa que a
pesar de la afirmación de que Irak había asumido la responsabilidad
completa de su espacio aéreo en octubre, la soberanía aérea efectiva
estará en manos de los estadounidenses durante los próximos años ya que
ellos ayudan a patrullar los cielos del país, controlan su espacio aéreo
y adiestran a sus fuerzas aéreas.
Un
alto cargo político irakí me explicó la semana pasada: “Somos
absolutamente incapaces de defender nuestras fronteras. Ni siquiera
tenemos un avión de combate para defender nuestro espacio aéreo”.
Estados Unidos se mueve bajo el paraguas de la OTAN
La
OTAN tiene una misión de adiestramiento en Irak que permanecerá hasta
2013. La Alianza está proporcionando su pericia en logística y
vigilancia, y juristas irakíes están discutiendo actualmente la
extensión de la misión de la OTAN que podría ver a adiestradores
militares estadounidenses moverse bajo la jurisdicción de un acuerdo que
se hizo en 2004.
Drones y asesinatos selectivos
Con
el control de facto por parte de Estados Unidos del espacio aéreo irakí
es probable que Obama recurra cada vez más al uso de drones y de
asesinatos selectivos como un medio de atacar a objetivos de al-Qaeda.
Como
Estados Unido sigue en guerra con al-Qaeda, puede encontrar una
justificación en la legítima defensa y en el artículo 51 de la Carta de
Naciones Unidas.
Con
la constante preocupación por un conflicto potencial con Irán quizá no
sea sorprendente que Estados Unidos no desee renunciar a la capacidad de
influenciar en los hechos sobre el terreno en Irak. El sábado Hillary
Clinton declaró a los periodistas: “Nadie, muy particularmente Irán,
debería calcular mal nuestro constante compromiso con los avances de los
irakíes”.
En
su discurso del viernes Obama dijo que Estados Unidos buscó “una
relación normal entre naciones soberanas, una asociación igual basada en
los intereses mutuos y en el respeto mutuo”. Sea cual sea la forma que
adopten las relaciones entre Estados Unidos e Irak a largo plazo, a
corto plazo no cabe la menor duda de que Estados Unidos permanece en
Irak.
James Denselow / The Guardian
http://www.librered.net/?p=12456