Su Eminencia Reverendísima Cardenal Miguel Obando y Bravo, durante el
acto de entrega de más de 6 mil títulos de propiedad en el departamento
de Managua, expresó sus felicitaciones a las familias que les fueron
restituidos sus derechos al recibir los documentos que las acreditan
como dueños de sus propiedades y aseguró que esta es una buena obra
desarrollada por el Gobierno del Presidente Daniel Ortega.
“Hoy se unen ustedes a la casi 150 mil familias que ya viven
tranquilas de saber que nadie les podrá sacar del terrenito donde viven y
que ya tienen algo que heredarle a sus hijos”, expresó.
Durante su intervención, el Cardenal Obando recordó la parábola bíblica en la cual un hombre al irse de viaje le entregó a tres de sus empleados sus bienes, otorgándole al primero 5 talentos de plata, dos al segundo y uno al tercero y que al volver pidió cuentas de esos talentos.
Su Eminencia manifestó que los nicaragüenses debemos ser como dos primeros empleados de la parábola, que no se quedaron temerosos y ociosos guardando los talentos recibidos sin hacerlos producir, y que debemos poner a trabajar y producir los talentos que nos ha regalado Dios.
“Mientras más tenemos, más debemos trabajar por nuestro prójimo, por nuestro hermano, para que él o ella estén mejor. No debemos ser conformistas ni egoístas. Nadie es tan pobre que no tenga algo que dar a los demás, algo que ofrecer, algo con qué trabajar. En este sentido, rico no es el que más tiene, sino el que más da, el que más ofrece lo que tiene como don para los demás”, dijo.
Instó a los nicaragüenses a trabajar mano a mano como verdaderos hermanos, teniendo como enemigos a la indolencia, la omisión y el miedo que hace esconder el talento para no arriesgar un fracaso. “Los cristianos debemos saber que los bienes materiales que disponemos en esta vida no son sólo medios para alcanzar a Dios, debemos ser solidarios con nuestros hermanos”.
Destacó que en las Sagradas Escrituras se encuentran importantes directrices sobre cómo trabajar unidos, las cuales nos instruye que no haya entre nosotros divisiones, sino que estemos perfectamente unidos en una misma mente, vivir en armonía, hacer lo que es correcto, esforzarnos por vivir y trabajar en paz.
Finalmente, Su Eminencia felicitó a las familias que recibieron sus títulos de propiedad, porque a partir de hoy son dueños legítimos de sus terrenos y los llamó a trabajar desde sus comunidades siempre unidos haciendo buen uso de los talentos que el Señor les ha regalado para colaborar con el desarrollo de nuestra querida patria Nicaragua.
Durante su intervención, el Cardenal Obando recordó la parábola bíblica en la cual un hombre al irse de viaje le entregó a tres de sus empleados sus bienes, otorgándole al primero 5 talentos de plata, dos al segundo y uno al tercero y que al volver pidió cuentas de esos talentos.
Su Eminencia manifestó que los nicaragüenses debemos ser como dos primeros empleados de la parábola, que no se quedaron temerosos y ociosos guardando los talentos recibidos sin hacerlos producir, y que debemos poner a trabajar y producir los talentos que nos ha regalado Dios.
“Mientras más tenemos, más debemos trabajar por nuestro prójimo, por nuestro hermano, para que él o ella estén mejor. No debemos ser conformistas ni egoístas. Nadie es tan pobre que no tenga algo que dar a los demás, algo que ofrecer, algo con qué trabajar. En este sentido, rico no es el que más tiene, sino el que más da, el que más ofrece lo que tiene como don para los demás”, dijo.
Instó a los nicaragüenses a trabajar mano a mano como verdaderos hermanos, teniendo como enemigos a la indolencia, la omisión y el miedo que hace esconder el talento para no arriesgar un fracaso. “Los cristianos debemos saber que los bienes materiales que disponemos en esta vida no son sólo medios para alcanzar a Dios, debemos ser solidarios con nuestros hermanos”.
Destacó que en las Sagradas Escrituras se encuentran importantes directrices sobre cómo trabajar unidos, las cuales nos instruye que no haya entre nosotros divisiones, sino que estemos perfectamente unidos en una misma mente, vivir en armonía, hacer lo que es correcto, esforzarnos por vivir y trabajar en paz.
Finalmente, Su Eminencia felicitó a las familias que recibieron sus títulos de propiedad, porque a partir de hoy son dueños legítimos de sus terrenos y los llamó a trabajar desde sus comunidades siempre unidos haciendo buen uso de los talentos que el Señor les ha regalado para colaborar con el desarrollo de nuestra querida patria Nicaragua.
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