Un subsidio de diez millones de dólares destinado a promover
la privatización de empresas estatales en Egipto permitió a familiares
del dictador proamericano Hosni Mubarak embolsar miles de millones de
dólares.
Una investigación del Washington Post sobre la corrupción en el
régimen del ex mandatario egipcio revela cómo, en la década de 1990, la
llamada Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) dio a
Egipto 10 millones de dólares para establecer el Centro Egipcio de
Estudios Económicos (ECES).
El propósito de tan “humanitaria” donación
era instar al gobierno a privatizar empresas, una “estrategia” que se
suponía iba a gratificar la tesorería con 100 millones.
Sin embargo, en vez de una ganancia, el ECES permitió una estafa que
provocó una perdida de $ 90 mil millones en ingresos potenciales,
gracias al hijo del presidente, Gamal Mubarak, ahora detenido en espera
de un juicio por corrupción.
El joven Mubarak tenía sus conexiones norteamericanas, pues se graduó
de la Universidad Americana de El Cairo y trabajó como inversionista de
la Bank of America.
Gamal y su hermano mayor, Alaa, fundaron la Medinwest que se dedicó a
la compra y venta de cientos de empresas estatales con la asesoría de
la firma de abogados Baker McKenzie, con sede en Chicago, para manejar
unos tres mil millones de dólares en operaciones dudosas.
Lo más asboroso es que las autoridades de EE.UU. sabían de este
tráfico. Un cable del Departamento de Estado publicado por WikiLeaks y
fechado del 20 de diciembre 2006, hace referencia al hecho de que “la
privatización y la apertura económica de los últimos años han creado
nuevas oportunidades para la corrupción en los niveles superiores de los
recursos públicos estatales”
Fuente: Noel Brinkerhoff / David Wallechinsky / AllGov News