La decisión de Barack Obama de desplegar sus tropas en Uganda
para combatir a los extremistas religiosos generó controvertidas
reacciones tanto en EE. UU. como en el mundo.
Los expertos sospechan que
los estadounidenses persiguen intereses petroleros en África, mientras
la oposición advierte del peligro de involucrarse en una guerra más sin
haber concluido las "aventuras" de Irak y Afganistán.
El senador John McCain, que perdió ante Obama en las elecciones
presidenciales del 2008, afirmó que el envío de militares a África
Central amenaza con una nueva y agotadora guerra:
“Me preocupa la
posibilidad de que nuestras mejores intenciones nos lleven a prometer lo
que no podremos cumplir. Ya hubo casos así en nuestra historia.”
El
senador también se dijo decepcionado porque la administración no
consultó con el Congreso antes de tomar la decisión.
Sin embargo, no solo el líder de la oposición pone en tela de juicio el
anuncio del presidente.
Algunos expertos militares del país opinan que
no es un momento oportuno para desplegar una operación en África,
considerando las intenciones gubernamentales de distanciarse de los
conflictos en Irak y Afganistán. Varios especialistas creen también que
EE. UU. decidió premiar a sus aliados de Uganda por haberlo ayudado en la acombatir a los islamistas de Somalia.
No obstante, la operación militar en Uganda fue autorizada este
viernes. Obama envió un centenar de asesores militares al centro de
África para 'cazar' allí a Joseph Kony, el caudillo de la guerrilla
local ugandesa.
Obama aseguró en un mensaje al Congreso que los
militares sólo intervendrán como asesores en operativos de búsqueda del
cabecilla del autoproclamado "ejército" y que no se implicarán en
combates, "excepto cuando tengan que hacerlo en defensa propia".