La Casa Blanca evalúa rematar codiciados inmuebles y terrenos para combatir el déficit
Por Silvia Pisani
Washington- Mientras la primera dama Michelle Obama sale de compras a un almacén de todo por dos pesos, su marido, el presidente, lanza una "venta de garaje" de edificios y activos públicos, con la que espera recaudar millones de dólares.
Más allá de lo que finalmente obtenga, de
lo que no cabe duda es de que está dispuesto a dar guerra al déficit.
Por lo pronto, los republicanos, que lo acusan de gastador, se han tenido que quedar callados.
Por lo pronto, los republicanos, que lo acusan de gastador, se han tenido que quedar callados.
"Yo espero que aplaudan", dijeron cerca del
presidente, y lo cierto es que algunos de los más firmes opositores a
Barack Obama empiezan a sacarse el sombrero ante la idea.
"Creo que esto es algo en lo que podemos descontar que tendrá nuestro apoyo", anticipó ayer Jeff Denham, un congresista republicano de California que trabaja en la Comisión de Presupuesto y que ha vuelto loco al presidente con sus críticas al gasto público.
"No es mala idea",
concedió, a su vez, el republicano Paul Ryan, un verdadero "halcón" a
la hora de apuntar contra el gasto público.
También hubo voces de
aceptación entre analistas de mercado e institutos de análisis en esta
ciudad, entre ellos, la Brookings y el Cato Institute.
¿Qué es lo que saldrá a la venta? Un poco de todo.
Hay una isla en la
costa de Nueva York, edificios en Maryland, instalaciones de televisión y
de telecomunicaciones y, por supuesto, terrenos fiscales.
"Esto traerá polvareda", dijo ayer un empresario en bienes raíces ante la posibilidad de que el paquete de "joyas de la corona" incluya la isla de Plum, en la costa neoyorquina.
Ocurre que allí funciona una reserva
natural y ya empezaron las protestas ambientalistas contra "la
especulación que se lo carga todo".
La idea figura entre las primeras cosas que ordenó Obama cuando llegó al gobierno: "Hay que quitar la grasa", dijo, al dar una directiva a todas las reparticiones de la administración pública para que se desprendieran de aquello que no fuera vital.
En mayo último se identificaron 14.000 bienes estatales que no sólo no se utilizan, sino cuyo mantenimiento genera un gasto de miles de millones de dólares.
La intención de los demócratas es que la venta les
signifique un ahorro de no menos de 22.000 millones de dólares. Otros
apuntan que la cuenta es demasiado ambiciosa pero, aun con un ingreso
menor, la idea resulta atractiva.
El popular movimiento ultraconservador Tea Party, que suele criticar a Obama por derrochador, jamás acusó recibo de esta idea, pese a que lleva meses debatiéndose. Ayer, cuando el tema volvió a la palestra, tampoco abrió la boca.
Con un déficit público de 1,6 billones de dólares y una deuda que supera los 14,3 billones, el gobierno demócrata ya no sabe dónde más meter mano para bajar los gastos sin dañar los programas sociales que quedan en pie.
La venta de los bienes públicos en desuso fue una de las ideas
de Obama, pero necesita la aprobación del Capitolio.
Cuando hizo público el plan, el presidente se propuso un ahorro en gastos de por lo menos 3000 millones de dólares, en recortes de costos de mantenimiento.
Ahora, a eso se sumarían los ingresos por venta, si es
que el remate sale bien.
La directiva es tan extrema que contempla la "demolición" de aquellos edificios públicos en desuso que no encuentren comprador, con el propósito de evitar así los gastos de manutención.
El proyecto volvió a discutirse justo al mismo tiempo en que los fotógrafos "sorprendieron" a Michelle Obama haciendo compras en Target, una cadena de consumo masivo donde alguien con mucha imaginación y buen gusto puede armarse un conjuntito con 40 dólares.
"Ella misma empujaba su carrito", subrayaron los empleados del local. Dicho de esa manera, parece que Michelle le ahorró a Barack las horas extras del custodio
Fuente:LaNacion.com.ar