Como cada año, los habitantes del poblado japonés Futuo se preparan para su funesto ritual en el que dan muerte a cerca de 20 mil delfines al comenzar septiembre.
A pesar de que esta práctica ha sido internacionalmente repudiada y denunciada por múltiples organizaciones ambientalistas, todo parece indicar que una vez más se repetirá el cruel ritual que se lleva a cabo en un poblado costero de Japón: la masiva matanza de delfines.
Esta temporada de caza inicia el primero de septiembre y se prolonga hasta abril.
No deja de llamar la atención que a pesar de que supuestamente hemos logrado significativos avances en materia de conservación ambiental y protección de animales durante la última década, a estas alturas aún no se haya podido frenar esta brutal cacería de delfines y ballenas.
No deja de llamar la atención que a pesar de que supuestamente hemos logrado significativos avances en materia de conservación ambiental y protección de animales durante la última década, a estas alturas aún no se haya podido frenar esta brutal cacería de delfines y ballenas.
La organización Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) ha advertido que estará monitoreando in situ la matanza, para llevar un registro detallado de los acontecimientos, advirtiendo además que no cesará en sus intentos por frustrarla.
Cada año los pobladores de Futuo se lanzan al mar y acorralan a miles de cetáceos en la ya famosa cala de Taiji.
Cada año los pobladores de Futuo se lanzan al mar y acorralan a miles de cetáceos en la ya famosa cala de Taiji.
Una vez “capturados”, muchos resultan aniquilados para extraer su carne, a los más afortunados los mantienen vivos para venderlos a parques acuáticos alrededor del mundo.
Entre las especies victimadas se incluyen pequeñas ballenas y delfines de varias especies como delfines mulares, rayados, moteados, falsas orcas y ballenas piloto de aleta.
Anualmente el gobierno japonés autoriza la caza de alrededor de veinte mil delfines, de los cuales poco más de un 10% son cazados en Taiji.
Anualmente el gobierno japonés autoriza la caza de alrededor de veinte mil delfines, de los cuales poco más de un 10% son cazados en Taiji.