La
Oficina de Servicios Comunitarios muestra un retrato desgarrador de la
ciudad.
El número de neoyorquinos que dependían de asistencia pública en
2010 era muy superior al de 2009.
Una cifra record de 1,8 millones de
residentes, una de cada cinco hogares, dependen del reparto de cartillas
para el reparto de alimento.
Mientras tanto, los seguros sanitarios
descendieron, y las propiedades inmobiliarias descendieron a la par que
el valor de las casas se hundía.
El 44% de los arrendadores rebajaron
sus ingresos por alquiler al menos un 35%. Además, aumentó la ocupación
de los inmuebles. Si en 2009 la ocupación era del 7,9%, en 2010, fue del
9,1%.
Entre 2009 y 2010, 75.000 residentes de la urbe se vieron
arrastrados a la pobreza, incrementando la población en más de 1,6
millones y elevando el porcentaje de neoyorquinos que viven por debajo
del nivel de pobreza hasta el 20,1%, el nivel más alto desde el 2000.
Un
crecimiento del 1,4% en la tasa de pobreza es el mayor incremento en
dos décadas.
Muchos neoyorquinos se preparaban para la peor parte
de la recesión, pero la media de los ingresos familiares se han reducido
hasta niveles no vistos desde 1980, teniendo en cuenta los efectos de
la inflación, destaca el periódico estadounidense.
Las rentas familiares
disminuyeron casi en todos los grupos, alrededor de un 5%, desde el
inicio de la recesión en 2007. Aproximadamente unos 48.743 dólares en
2010.
Manhattan continúa siendo el condado con la mayor brecha de
rentas en todo el país. El quinto de sus ciudadanos con mayores ingresos
(con una media de 371.754 dólares) ganan 38 veces más el último quinto
(9.845 dólares).
La pobreza en menores de 18 años aumentó 2,9
puntos porcentuales, hasta el 30%.
La tasa también creció para todos los
grupos de edades salvo para los mayores de 65 años.
Las madres
solteras, negras y sin titulación en educación secundaria figuran en la
peor situación.
Entre las madres solteras de origen hispano en el Bronx,
el ratio de pobreza alcanza el 58%.
El desempleo aumentó un punto
porcentual a la par que buena parte de los parados desistían en su
búsqueda de trabajo, lo que se tradujo en que las matriculaciones en
universidades y centros de formación aumentaron en 50.000.
Pese a que el
ratio de pobreza en la ciudad aumentó con mayor rapidez de lo que hizo
en el resto del país y el Bronx continuó siendo el condado urbano más
pobre de la nación, Nueva York todavía mantenía en 2010 una proporcion
de pobreza inferior a la de otras grandes ciudades como Miami, Dallas,
Houston, Chicago, Minneapolis, Los Angeles o Boston.
El flujo
inmigratorio inclinó la población a récords de ciudadanos nacidos en
otros países (más de tres millones, un 37,2%). La mitad de los
neoyorquinos no habla inglés en sus casas.
Algunos economistas
sugieren que las reservas federales para financiar el rescate de las
entidades financieras con base en Nueva York habían salvado a la ciudad
de las peores consecuencias de la recesión que las estadísticas
auguraban en 2009.
"El rescate de Wall Street simplemente pospuso el Día
del Juicio Final", afirma Steven Malanga, del Instituto de Análisis
Político de Maniatan, un grupo conservador.
‘Abogados por la
pobreza' afirman que la talla del problema puede haber sido subestimada.
"El crecimiento de la pobreza es la simple confirmación de que lo que
vemos cada día en las cada vez más largas filas de reparto de comida y
cocinas d ela caridad" asegura Joel Berg, director ejecutivo de la
Coalición de la Ciudad de Nueva York Contra el Hambre.
