CECILIA GUARDATI / TELAM – El papa Benedicto XVI pidió hoy
“radicalidad evangélica” para hacer frente al “rechazo del cristianismo”
durante su segundo día de visita a Madrid, que vuelve a estar marcado
por protestas contra la Iglesia católica.
Movimientos de laicos, ateos, gays, lesbianas y los
“indignados” volverán a marchar esta tarde para repudiar las cargas
policiales en su contra de los últimos días y protestar contra el uso de millonarios fondos públicos en la visita papal y la injerencia del jefe de la Iglesia católica en asuntos de política interna.
Tras ser recibido por los reyes Juan Carlos y Sofía en el Palacio de
la Zarzuela y mantener un encuentro con religiosas y profesores
universitarios en el Monasterio de El Escorial, el papa se entrevistará
esta tarde con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez
Zapatero.
En su primer discurso de la jornada, en un encuentro con más de 1600
monjas en el Monasterio de El Escorial, cercano a Madrid, Benedicto XVI
defendió la necesidad de la “radicalidad evangélica” para hacer frente
al “relativismo y la mediocridad”.
Lo hizo .
Según el papa, un ex miembro de las juventudes hitlerianas, esta
radicalidad “cobra una especial relevancia hoy, cuando se constata una
especie de eclipse de Dios, una cierta amnesia, más aún, un verdadero
rechazo del cristianismo”.
Posteriormente, Joseph Ratzinger se dirigió a un grupo de profesores
universitarios católicos a quienes animó a “buscar la verdad”.
“Esta
aspiración es la más valiosa que pueden transmitir a vuestros
estudiantes y no solo unos datos fríos usados funcionalmente”, dijo.
El papa criticó que a veces se piense que la misión de un profesor es
exclusivamente la de formar profesionales para satisfacer la demanda
del mercado laboral.
“Cunde en la actualidad esa visión utilitarista de
la educación”, aseguró.
Si la educación se rige por el “pragmatismo inmediato, las pérdidas
pueden ser dramáticas: desde los abusos de una ciencia sin límites, más
allá de ella misma, hasta el totalitarismo político”, señaló.
Benedicto XVI se encuentra en España para participar de la Jornada
Mundial de la Juventud (JMJ) católica, un evento litúrgico que adquirió
carácter político por el contexto de crisis en el que está teniendo
lugar.
La visita papal, que concluirá el domingo, estuvo precedida de una
multitudinaria marcha de laicos, ateos, cristianos críticos, gays y
lesbianas que denunciaron la “escandalosa” contribución de fondos
públicos a este evento en un momento en el que el gobierno socialista
está aplicando severos ajustes económicos.
La protesta derivó en incidentes en un ambiente enrarecido por la
detención de un joven fundamentalista cristiano acusado de tener planes
de atentar contra ellos.
Además, denuncian los intentos incesantes del papa y la jerarquía
eclesiástica de injerencia en los asuntos internos como son, entre
otras, las leyes de materia de educación, derechos a la sexualidad y
reproducción en un país democrático.
Si ayer el papa abogó por mayor “ética económica” en las políticas
para hacer frente a la crisis, también criticó a los que “se sienten
dioses” para decidir sobre el aborto o la eutanasia.
Durante su mandato, Zapatero logró la aprobación del matrimonio
homosexual y de una nueva ley sobre el aborto que fue rechazada por el
Vaticano y que derivó en un duro enfrentamiento con la jerarquía
eclesiástica española.
Sin embargo, el mandatario no pudo equiparar a la Iglesia Católica
con otras confesiones, en particular terminar con los privilegios
otorgados en la época franquista.