JEAN-GUY ALLARD – En un texto amplio fechado desde Miami y
redactado con un tono escandalosamente complaciente, la agencia de
prensa española EFE da la palabra al terrorista y ex agente CIA Luis
Posada Carriles, asilado en Estados Unidos, a pesar de ser reclamado en
Venezuela por 73 homicidios.
“Los días del
Gobierno cubano están cerca de su fin”, declara el asesino lanzando
insultos que retoma sin escrúpulo ninguno la agencia fundada por el
abuelo del ultraderechista José María Aznar, asociado durante décadas al
falangismo más recalcitrante.
Recordando que Posada Carriles vive
en Miami, “bastión del exilio cubano”, EFE reporta con candor que “el ex
agente encubierto de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) pasa su
tiempo deseando la “libertad” para Cuba” y pintando cuadros.
Aprovechando la oportunidad, Posada
Carriles “atribuye la pérdida de poder de Chávez al cáncer que le obliga
a ausentarse del país”.
“Hay muchos venezolanos pidiendo un
cambio”, afirma a la agencia madrileña el que fue el sanguinario jefe de
las operaciones represivas de la DISIP en Caracas, torturando y
desapareciendo a decenas de jóvenes presos.
“Estoy en lo mismo”, dice el terrorista protegido por la mafia cubanoamericana y sus representantes en Washington.
“A sus 83 años asegura que no alberga odios ni rencor”, escribe la agencia española.
“Me siento tranquilo con lo que hice y con lo que estoy haciendo”.
No es la primera vez que Posada, que la administración norteamericana auspicia, lanza ataques políticos desde su territorio.
El terrorista de origen cubano y de nacionalidad
venezolana concedió en abril una entrevista a la cadena de noticias CNN
en español, cuyos administradores son vinculados a la mafia
cubanoamericana.
Denigró entonces al presidente venezolano, y a
Cuba, sin que se le ocurre a nadie que el individuo es un connotado
terrorista, torturador y asesino con una carrera de varias décadas al
servicio de la CIA.
Posada, con Orlando Bosch, ordenó la
destrucción en pleno vuelo de un avion cubano en 1976. Participó luego a
las operaciones de trafico de droga contra armas en El Salvador, una
actividad orientada por el Gobierno Reagan y la CIA que provocó el
escándalo Iran-Contra.
Luis Posada
Carriles tiene un sangriento historial que va desde su probable
participación en la conspiración para asesinar al presidente
norteamericano John F. Kennedy hasta su apoyo a numerosos intentos de magnicidios, años
de trabajo como sicario de varios regímenes represivos de Centroamérica
y la organización de atentados en Cuba por cuenta de la Fundación
Nacional Cubano Americana de Miami