El presidente de Bolivia, Evo Morales ratificó este miércoles su posición de rechazo a la injerencia del gobierno estadounidense en los asuntos políticos de Latinoamérica.
En su intervención en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, el mandatario aseguró que ya pasó la época en que los mandatarios eran depuestos si no obedecían a los intereses de Estados Unidos.
Morales expresó su deseo de mejorar las relaciones con la nación norteamericana pero reiteró: “tampoco queremos tener una relación diplomática con fines conspirativos. En 2008 expulsamos al embajador de EE UU (porque) estaba encabezando una conspiración política, un golpe de Estado”.
El líder boliviano también recordó los intentos de derrocamiento ejecutados no solo en Bolivia, sino en Venezuela, Ecuador y Honduras durante la última década y dijo: “en golpes de Estado ganamos al imperio; estamos tres a uno”.
Al referirse a las políticas contra el tráfico de drogas, Morales aseguró que la Dea “no luchaba contra el narcotráfico, controlaba el narcotráfico con fines políticos”.
En el ámbito comercial manifestó su interés por la cooperación económica, en “el comercio con los pueblos para compartir y no para competir”.
Morales criticó que EE UU designe a los encargados de administrar los fondos de cooperación.
“Eso no lo aceptamos, es una intromisión política, es una falta de respeto”, agregó.
Los llamados Programa de Desarrollo Alternativo promovidos por países extranjeros, explicó, destinaban 80% de su presupuesto a gastos administrativos y 20% a la inversión, mientras que las políticas emprendidas bajo su mandato destinan 100% del presupuesto a la inversión social.