Ecuador cerró por 74 millones de dólares el acuerdo con la empresa estadounidense para que dejara de operar el campo ubicado al sureste de la nación, al no llegar a un acuerdo bajo las condiciones establecidas por la nueva Ley de Hidrocarburos impulsada por el Gobierno del país suramericano a finales del 2010.
La nueva normativa convierte a los contratos petroleros en unos de prestación de servicio, y con el nuevo vínculo, el gobierno paga una tarifa fija por cada barril extraído, considerando sus gastos de operación y un margen razonable de utilidades.
La empresa EDC se dedicaba a la explotación de gas en el Golfo de Guayaquil, el cual servía para la generación de electricidad de la planta eléctrica Machala Power, de la cual era concesionaria.
Ahora ambas estarán bajo el control de la empresa pública Petroecuador y la Corporación Eléctrica de Ecuador (Celec), y el pago se hizo como reconocimiento a las labores ejecutadas por la empresa tras la finalización del contrato en noviembre pasado.
De los 74 millones de dólares, 45 corresponden a la plataforma de gas natural ubicada a 65 kilómetros de Puerto Bolívar, y el resto a la empresa energética Machala Power, que también pasó a manos del Estado ecuatoriano.
Esa suma será recuperada en 365 días con el ahorro que generará la no importación de diesel para la termoeléctrica Machala Power que comenzará a operar con gas, según lo anunciado por Correa.
“Aquí no estamos viviendo una época de cambio, estamos viviendo un cambio de época, algunas veces creando y otras recuperando lo que siempre fue nuestro”, destacó el jefe de Estado ecuatoriano.
“El gas en el Golfo siempre fue nuestro y por contratos mal diseñados y una mal entendida inversión extranjera, pasó mucho tiempo en poder de una empresa que no era ecuatoriana sin que haya existido aumento e incremento de la producción”, enfatizó.
La falta de producción y su no incremento, dijo Correa, se debió al diseño “leonino” del contrato, al estipular que de aumentar el nivel de la producción tenía que aumentar la participación del Estado, por lo cual EDC mantuvo por una década niveles bajos de producción.
Nacionalizando Machala Power ahora podremos, en corto plazo, incrementar la producción de gas, optimizar la generación utilizando ese combustible y crear excedentes para alimentar las industrias del Azuay vía tanqueros, comentó Correa.