Marcela y Felipe Herrera de Noble, hijos adoptivos de la propietaria del diario argentino Clarín, han decidido renunciar a la batalla judicial que se abrió hace más de una década para comprobar si eran hijos de desaparecidos de la dictadura militar (1976-1983).
En un comunicado dirigido a la Justicia, los dos hermanos han anunciado que se someterán a una extracción de sangre con la “mayor premura posible”.
Lo que ha causado también sorpresa es que han pedido que sus muestras biológicas sean cotejadas con todos los patrones que alberga el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), una institución que contiene todo el material genético de familiares que buscan a niños apropiados ilegalmente durante el régimen militar.
Con el escrito presentado a la jueza Sandra Arroyo Salgado, responsable del caso, Marcela y Felipe han rechazado la posibilidad de recurrir la última resolución de la Cámara de Casación Penal, que el pasado 2 de junio disponía que a los dos hermanos les fuera realizada “la extracción directa, con o sin consentimiento” de muestras biológicas que contuvieran ADN.
Precisamente ayer expiraba el plazo para que los hermanos Herrera de Noble presentaran su apelación ante la Corte Suprema.
“Decidimos renunciar a nuestros derechos constitucionales y no buscaremos que la Corte revise la decisión de las instancias judiciales previas que ordenaron medidas compulsivas de extracción de sangre y saliva”, indicaron en el texto que firmaron ellos y sus seis abogados.
La declaración trajo secuelas casi inmediatas en la población, es este sentido, la agencia oficial Télam reseñó que “hubo quienes calificaron como ‘sospechoso giro’ en el caso la decisión de los Noble Herrera”.
“Preguntaron: ‘¿porqué si se vienen negando sistemáticamente a la comparación con todo el banco de datos genéticos ahora deciden cambiar de postura?’, reseñó la agencia.
También se señaló que algunos especularon que los hermanos estarían siendo asesorados por la ex titular del Banco Nacional de Datos Genéticos, Ana María Di Lonardo; mientras que la defensa explicaron que “no apelarán” la última medida de la Justicia, que ordenó una nueva extracción, pero con ciertas restricciones en la comparaciones con la muestras del BNDG.
“Prudencia y satisfacción”
“Prudencia y satisfacción”
Por otro lado, las Abuelas de Plaza de Mayo señalaron esta tarde que recibieron “con prudencia y satisfacción” la decisión de los hermanos Noble Herrera de realizarse los análisis de ADN.
En un comunicado, la asociación recalcó que había solicitado los exámenes sanguíneos desde hace diez años y pidió “mantener la cautela hasta verificar que los análisis se realicen con las debidas garantías”.
Del mismo modo, criticó las reiteradas obstrucciones que existieron en esta causa, que “comenzaron con el irregular apartamiento del juez que impulsó la investigación (Roberto Marquevich) y procedimientos policiales fraguados para obtener ADN, nos obligan a mantener la cautela hasta verificar que los análisis se realicen con las debidas garantías”.
“En este sentido, exigimos también que, como marca la ley, las muestras de Marcela y Felipe queden en el BNDG para poder cruzar su perfil con el de las familias que puedan incorporarse con posterioridad”, agregó el texto.
Los hermanos Noble Herrera, adoptados en 1976 cuando tenían meses de edad, se produce a 10 años de iniciada la causa judicial que incluyó la detención en 2003 por algunas horas de la madre de los jóvenes y dueña del Grupo Clarín, Ernestina Herrera de Noble, de 86 años.
Se sospecha que estos hermanos podrían formar parte de los 500 hijos de desaparecidos que nacieron durante el cautiverio de sus madres en campos de concentración del régimen militar fueron apropiados durante la dictadura.
Las Abuelas de Plaza de Mayo han logrado encontrar a 103 de estos desaparecidos que han recuperado su identidad.
Alrededor de 30 mil opositores desaparecieron en la dictadura, según organismos defensores de derechos humanos.
