Los científicos rusos han construido un telescopio que no sólo permitirá ver el universo con una precisión sin precedentes, sino que también ayudará a despejar las dudas sobre la existencia de civilizaciones extraterrestres.
El telescopio se lanzará en le marco del gran proyecto espacial ruso Radioastrón, que promete causar verdadera sensación en el campo de la exploración del espacio.
Según sus diseñadores, el aparato permitirá ver nuestro universo con una exactitud sin precedentes.
“Este proyecto amplía los límites del saber, permite investigar en un nivel radicalmente nuevo lo que nos rodea: nuestra galaxia.
Es por eso que puede considerarse único”, comenta el ingeniero principal de Radioastrón, Vladímir Babyshkin.
Algunos investigadores admiten que apenas se conoce el 4% del universo.
La sed de descubrimientos es lo que motiva a la gente a diseñar nuevas herramientas de exploración del espacio.
Los expertos están seguros de que el Radioastrón ayudará a revelar misterios tales como la posible existencia de civilizaciones extraterrestres y la posibilidad de viajar en el tiempo.
“Este aparato será cien veces más efectivo que sus análogos ya existentes.
Por ejemplo, el agujero negro que está en el centro de nuestra galaxia, está siendo estudiado con ayuda del telescopio Hubble.
Pero nosotros podremos verlo cien veces mejor”, asegura Ígor Lisov, columnista de la revista Novosti Kosmonavtiki.
En la superficie terrestre hay varios telescopios de gran alcance, pero con estos no se puede 'echar un vistazo' a los rincones más lejanos del universo.
Hace falta unificar los sistemas terrestres y espaciales para que formen un gigantesco telescopio.
El principal puesto de control de esta misión se sitúa en la provincia de Moscú, donde trabajan hombres que han dedicado casi un tercio de su vida a este ambicioso proyecto.
“La idea surgió hace 30 años.
Se necesitó mucho tiempo para realizar el proyecto debido a su complejidad. El lanzamiento estaba previsto para principios de los años 90, pero se desintegró la Unión Soviética.
Y entonces todo fue pospuesto por falta de financiación”, dice Anatoli Kovalenko, doctor en física y matemáticas.
Ahora el programa está en su recta final. Se prevé que en julio del presente año el telescopio, cuya forma recuerda a una enorme flor dorada, estará listo para partir al espacio.
Los científicos están cruzando los dedos y esperan con mucha emoción poder celebrar este renacimiento de la ciencia cósmica rusa.
Articulo completo en: http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/cosmos/issue_23807.html
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