El padre de John Fitzgerald Kennedy, Joseph Kennedy, durante su etapa como embajador de los Estados Unidos en el Reino Unido (1938-40), fue un firme defensor de la política de apaciguamiento con la Alemania nazi (“appeasment”).
Esta política de apaciguamiento, firmada por Gran Bretaña y Francia con Alemania, y que contaba con el visto bueno de los Estados Unidos, permitió al régimen nazi violar repetidamente el derecho internacional con total impunidad:
La intervención militar en España a favor de los golpistas (1936-39), la anexión de Austria (1938) y la ocupación de Checoslovaquia (1938) fueron algunas de las acciones criminales llevadas a cabo por Hitler, con la total complacencia de los gobiernos francés, británico y estadounidense.
En 1938, durante una reunión en la embajada alemana de Londres, Joseph Kennedy le aseguró al embajador alemán que América deseaba fuertemente mantener relaciones amistosas con Hitler. Kennedy nunca ocultó sus simpatías con el nazismo y consideraba exagerado el clamor que despertaba su política antisemita.
Kennedy animó a su amigo William Randolph Hearst (el magnate de los medios de comunicación, sobre el cual basó su película Orson Welles, “Ciudadano Kane”) a ayudar a Hitler a mejorar su imagen en los Estados Unidos. Hearst no necesitaba esta sugerencia, pues venía cortejando al fascismo desde mucho tiempo antes.
Es muy probable que la ideología de su padre influyera en la actitud anticomunista que John Fitzgerald Kennedy mantuvo durante toda su vida.
Una actitud no lo suficientemente dura para el complejo militar-armamentístico norteamericano, motivo por el cual, éste orquestó su asesinato.
Un hecho no muy conocido para la opinión pública mundial, fue cuando en 1954, John F Kennedy fue el único senador demócrata que no se adhirió a la moción de censura impulsada por su propio partido (el demócrata) contra el macartismo, también conocido como “caza de brujas”, una política que el senador republicano Joseph R McCarthy, impulsó desde el Comité de Actividades Antiamericanas, para perseguir, con métodos de dudosa legalidad, a aquellas personas que por sus opiniones o conductas pudieran ser sospechosos de simpatizar con el comunismo.
El macartismo no sólo llevó a muchas personas a la cárcel por sus ideas políticas (algunos fueron condenados a penas de muerte) sino que condenó al desprestigio público a actores, escritores y deportistas.
Es cierto que John F Kennedy se encontraba convaleciente de una operación en la espalda, durante la votación, pero hay muchas sospechas de que oportunamente eligió la fecha para operarse, para no tener que votar con su partido contra el senador McCarthy, pues éste era amigo íntimo de su padre (también firme partidario del macartismo) y su hermano Bobby había formado parte del equipo de McCarthy en 1953.