Al principio era exigencia.
Luego petición.
Ahora, ya en el gobierno, la posición del FMLN sobre la posibilidad de derogar la Ley de Amnistía es que no hay que eliminarla solo por eliminarla.
El coordinador general del partido le agrega una matizante invitación a "reflexionarlo". Lo que antes le parecía una cortina de impunidad, ahora es algo que puede convenir al país.
Sergio Arauz
"¡Es necesario derogar esa ley que mantiene oculta la verdad, que no deja destapar a los asesinos de san Romero!” El hombre grita esto a escasos metros de distancia del coordinador general del FMLN, Medardo González, quien ha llegado a enflorar. Es el 24 de marzo de 2010, cuando se cumplen 30 años del asesinato del arzobispo de San Salvador. El discurso del hombre está muy a tono con la posición oficial del FMLN cinco años atrás, cuando a propósito de la Ley de amnistía, el partido de izquierdas reiteró su exigencia de derogarla. "En nombre de la libertad se ha mantenido un estado de impunidad que reproduce la violencia... ya el Comité de los Derechos Humanos de la ONU señaló que se violentaba el derecho a la verdad y pidió, al igual que otros sectores lo hemos hecho, derogar esa Ley de amnistía", señalaba la proclama efemelenista con motivo de los 25 años del homicidio de Romero. Este 24 de marzo, sin embargo, Medardo González dará vuelta al discurso histórico de su partido y, por primera vez públicamente, dirá que se opone a eliminar la ley como si fuera cualquier cosa. El hombre que predica contra la Ley de amnistía de 1993 no es un efemelenista, sino un religioso que viste sotana de franciscano. En la cripta hay unas 200 personas, algunas que le escuchan y otras que están ensimismadas junto al mausoleo. Hay extranjeros con cámaras y mestizos con camisas del Che Guevara.
Este día, el presidente de la República, Mauricio Funes -que llegó al cargo como candidato del FMLN-, ha pedido perdón, en nombre del Estado, por el homicidio de Romero. Funes, sin embargo, desde cuando era candidato dejó claro que no tenía interés en promover la abolición de la Ley de amnistía, argumentando que no conviene al país reabrir heridas.
Su partido, no obstante, siempre ha exhibido un discurso contrario a la ley que perdonó los crímenes políticos y aquellos comunes con motivaciones políticas, ocurridos durante la guerra civil, y que organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos vienen pidiendo desde hace una década que se revoque.
Este día, González es perseguido por cámaras, micrófonos, grabadoras y manos que quieren estrechar su mano. Él saluda a quien le da la mano. A ocho metros, la voz del hombre de túnica que grita y repite "¡justicia!" se vuelve tan intensa que se transforma en ruido. Sin embargo, frente a la tumba de Romero, la voz que más se oye es la del máximo líder del FMLN, quien subraya a los periodistas que tras 30 años de la muerte del arzobispo, su partido se siente orgulloso de haber logrado que la Asamblea declarara el 24 de marzo como día de monseñor Romero. Después, se retira y saluda.
-Mire, El Faro reveló que el único condenado por el asesinato de monseñor Romero señala una serie de nombres de supuestos involucrados en el crimen. ¿Qué piensa de que esto pueda ser punto de partida para investigación judicial?
-Le voy a dar una opinión política... jurídica no la puedo dar, no soy abogado. Creo que la información es muy importante y puede ir aclarando cosas para ir llegando a la verdad. En este momento no podría... en este día, Medardo González, estoy conmemorando una fecha importante del martirio de monseñor Romero, logramos que en la Asamblea Legislativa después de 20 años se decretara el 24 de marzo Día Nacional de monseñor Romero.
El coordinador general dice haber ganado una lucha. Esa de conseguir votos para dedicar un día del año a Romero. Sin embargo, cuando se le pregunta por la otra, la de derogar la ley, deja claro que el FMLN ya no está convencido. Evade, divaga, da rodeos e invita a reflexionar. Si antes el verbo favorito del FMLN para la Ley de amnistía era derogar, ahora es reflexionar.
Hace dos años y medio, el 4 de septiembre de 2007, el entonces diputado Walter Durán precisó a una agencia internacional de noticias la importancia de anular la ley de 1993: “La Ley de amnistía fue un error, los crímenes de lesa humanidad no pueden dejar de ser castigados y esa normativa lo que hace es cerrar esa posibilidad a quienes buscan justicia, esa ley no debería ser.”
Si la voz del FMLN en 2007 era clara, lo venía siendo prácticamente desde siempre. En 2005, por ejemplo, cuando se conmemoró el cuarto de siglo del asesinato de Romero, reclamó públicamente una investigación del crimen: “Falsamente la oligarquía salvadoreña, los políticos de la derecha y todo el aparato militar, en nombre de la libertad pisotearon la soberanía, en nombre de la libertad se cometieron los delitos de lesa humanidad más graves, tenemos más de 80 mil muertos y 8 mil desaparecidos, miles de familias en el exilio. En nombre de la libertad se ha mantenido un estado de impunidad que reproduce la violencia, porque jamás en El Salvador alguien que cometió abuso del poder y cometió corrupción ha sido juzgado", decía la proclama efemelenista, haciendo énfasis en lo feo de los años previos. La declaración continuaba aterrizando en la Ley de amnistía: "... Se violaron los acuerdos de paz al no aceptar la aplicación de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y con la Ley de amnistía y la derogación de dos artículos de la Ley de Reconciliación se premió a los impunes. Es una deuda con la sociedad salvadoreña, ya el Comité de los Derechos Humanos de la ONU hace dos años señaló que se violentaba el derecho a la verdad y pidió, al igual que otros sectores lo hemos hecho, derogar esa Ley de amnistía...”
Ahora, el partido de gobierno del que forma parte Durán como cónsul en Los Ángeles, da un golpe de timón. Un golpe de timón que aunque tampoco es un giro de 180 grados -pues no hay oposición manifiesta a derogar la ley- sí es un cambio brusco en la dirección que traía.
En octubre pasado, ya algunos ex diputados efemelenistas que ahora integran el gabinete de Funes, habían mostrado señales de retroceso. El canciller, Hugo Martínez, y el viceministro Carlos Castaneda, consultados por El Faro, se rehusaron a aclarar si seguían manteniendo su exigencia de que se derogue la ley. "Si yo fuera aún diputado, te podría responder esa pregunta, pero ahora no te la voy a responder", dijo Martínez. Castaneda dijo que esa vez, desde una posición en el gobierno, era diferente. Que era algo que había que pensar bien antes de responder.
Este 24 de marzo, quien da un paso atrás es el mismo coordinador general del partido, Medardo González, aunque sus respuestas están llenas de amplios rodeos.
-Hoy quisiera tener tiempo para reflexionar políticamente y entrar a una temática que tenga que ver si ahora es el momento para empezar a hablar de si hay que derogar la ley de aministía -dice González a la salida de catedral.-¿Y ahora qué piensa?
-No estoy de acuerdo de tope así, que simplemente se quite esa ley porque hay que quitarla.
Lo dijo. El coordinador general del FMLN acaba de retroceder en la retórica de su partido sobre esa ley que pretendió echar tierra a crímenes como el de monseñor Romero. Esa ley a la que el FMLN había condenado a muerte, ahora tiene esperanzas.
-Pero explíquenos qué piensa.
-Pienso que la verdad tiene que florecer totalmente, estoy diciendo que nada debe quedar impune, pero también hay que saber hacer las cosas, así que yo en este día, aquí en esta misma hora que estamos, me parece que hay nueva información que arroja esa entrevista que hizo El Faro al señor Saravia, es importante tomarla en cuenta.
-Ajá. ¿Y entonces?
-Hay que reflexionar y posicionarse al respecto de si se va a quitar o no esa Ley de amnistía, si se va a dejar libre el camino para poder juzgar a todas las personas que participaron en este tipo de asesinatos.
-¿Dice que tiene que pensarlo?
-Eso es lo que estoy diciendo, por eso lo acabo de decir ahí -dice el coordinador general, para luego hablar de otros temas, como si el de la Ley de amnistía ya no fuera tan importante para su partido-. No creo que a estas alturas... ¿en qué momento estamos? Este no es un momento de preguerra, no es un momento de dictadura, no es un momento de represión, por decirlo de esa manera. Este es un momento de búsqueda, como en cualquier otro país... claro que hay que pelear porque la pobreza se termine y hay que buscar maneras... la gente que tiene mucho dinero tiene que compartir con los que no tienen. Hay que saber en qué marco nos encontramos, 30 años atrás era otro mundo distinto en este país.
-¿Este momento le parece adecuado para derogarla?
-No estoy diciéndote... no quiero que saqués conclusiones por mí; quizá si mañana me preguntás ya te tenga una respuesta, no te estoy diciendo que nos tiremos cinco meses, seis meses o un año, si es correcto o no, lo que estoy diciendo es que hay que ser responsables con el país, con lo que estamos viviendo.
-¿Qué piensa de este momento para derogar la ley?
En este punto pareció que González iba a elaborar su justificación ante el cambio de postura. Pero en realidad estaba solo preparando su salida.
-Te voy a decir algo: estoy viendo que hay preocupación en el pueblo, en nosotros, sobre la criminalidad, pero yo miro que hay medios de comunicación que más que preocupación lo que están es tirando leña al fuego para generar una opinión adversa al gobierno... Decime: en ese marco de condiciones, no es así no más que te vas a meter, tenés que saber hacer las cosas.
-Ajá.
-Tengo que irme, gracias.
Y se marcha.