En la misma semana en que las autoridades sanitarias cubanas declaraban que en la Isla las drogas no constituyen un problema de salud, desde las páginas del periódico madrileño El País se profetizaba un futuro vinculado al narcotráfico para la mayor de las Antillas.
Joaquín Villalobos, que firma en el diario del Grupo PRISA como alguien que “fue guerrillero salvadoreño y es consultor para la resolución de conflictos internacionales”, publicó allí un artículo el pasado 20 de junio dedicado a dar consejos a los países centroamericanos para el combate a la violencia y el narcotráfico.
En en el texto se anuncian los deseos del autor y seguramente también los de El País: “cuando México termine de desmantelar a los grandes carteles, la cocaína se moverá de nuevo por la ruta Caribe y más claramente por Cuba, que conecta directo a Sudamérica con EE UU sin pasar por Centroamérica y México”
Villalobos es uno de los ideólogos de la fracasada estrategia implantada por el presidente Felipe Calderón, que le ha costado a México ya más de 30 000 vidas, y que en días recientes ha movilizado a la sociedad civil mexicana exigiendo su modificación.
Pero esas no son las únicas muertes que carga sobre su conciencia quien dicta cátedra y hace trasnochados pronósticos desde las páginas del diario del Grupo PRISA.
En agosto pasado escribí sobre su responsabilidad en el asesinato del poeta salvadoreño Roque Dalton:
“En su libro autobiográfico –recién publicado en Cuba- Con sueños se escribe la vida, el actual vicepresidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén (Comandante Leonel del FMLN) se refiere con dolor al asesinato del poeta Roque Dalton, el 10 de mayo de 1975. Cuenta Sánchez Cerén:
“El gran poeta tenía la visión no militarista de construir un gran movimiento popular y fue de los que impulsó en el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) la necesidad de levantar un frente de masas, de este modo chocaba con quienes defendían la necesidad de un enfoque militarista dentro del ERP.
En las FPL (Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí) se valoraba que fue el grupo dirigido por Joaquín Villalobos el que se enfrentó con el pensamiento de Roque y eso llevó a que dentro del ERP consideraran incorrecta y desviada la posición del poeta, y como todos aquellos que no compartían la visión militarista fue objeto de persecución y asesinato […] no podíamos comprender ni concebir que las diferencias de ideas se resolvieran por la vía de ajusticiar a aquellas personas que pensaban de otra manera”.
Uno de los hijos de Roque Dalton, en recientes declaraciones a un periódico mexicano afirma que “Joaquín Villalobos no es solamente el asesino de mi padre, sino quien levantó la mano a la hora de decidir su asesinato y participó en la ejecución del mismo”.
“Terminada la guerra en su país, lejos de laborar en la reconstrucción, Villalobos recibió una beca en Oxford (…) y con ese aval es hoy “experto en la solución de conflictos internacionales” y ha asesorado a gobiernos de derecha en México, Colombia y El Salvador en “temas de seguridad”.
De acuerdo con su trayectoria de asesino y cómplice de la represión a los movimientos populares, el ex guerrillero aparece habitualmente en el diario español El País, atacando los procesos revolucionarios en América Latina, especialmente a Cuba y Venezuela.
Su opinión, publicada en ese periódico, sobre el golpe militar en Honduras es una joya: “El Gobierno de facto representa a una sociedad asustada, no es ni una dictadura real, ni una dictadura potencial.”
“El centro de la intriga que Villalobos tejió contra el autor de Taberna y otros lugares, se basaba en acusarlo de ser agente de la CIA.
Al cabo de treinta y cinco años, pocos han contribuido mejor a los objetivos de la agencia norteamericana en América Latina que el extremista de 1975.”
Sobre Cuba, los vaticinios de El País tienen bastante mala puntería pero quizás hay algo en que el cotidiano ibérico pudiera –más que dar consejos- hacer una contribución positiva a una nación como El Salvador.
Coincidentemente, mientras sus páginas servían de tribuna colonial a su asesino, en La Habana se presentaban dos libros inéditos de Roque Dalton, y Aida Cañas, quien fuera la compañera del gran poeta afirmó:
“En nombre de mi familia, de mis hijos, de mis nietos, exigimos justicia y pedimos solidaridad para que al fin podamos, nosotros y todo El Salvador, conocer dónde quedaron sus restos”
¿Pudiera El País, que tan buena comunicación tiene con Villalobos, ayudar en este reclamo?