La lucha de clases en El Salvador durante el siglo XIX fue básicamente un enfrentamiento inicial entre sectores colonialistas e independentistas, y luego entre sectores de los terratenientes añileros y de la emergente oligarquía cafetalera. Los sectores populares más avanzados acompañaron a los elementos más radicales del partido liberal mientras los más atrasados a los del partido conservador.
Las denominaciones de ambos grupos fueron cambiando, popularmente eran conocidos como bacos y cacos, como imperiales y republicanos, como serviles y fiebres, y finalmente como conservadores y liberales.
Los sectores populares- ladinos, mulatos, negros, indígenas, artesanos, mujeres- no contaron durante todo este siglo ni con organizaciones que representaran sus intereses, a excepción de la gloriosa gesta de Aquino, ni tampoco con una ideología liberadora que reflejara su visión como sectores oprimidos durante la colonia y durante la época republicana.
Los sectores más avanzados de estos grupos supieron captar en los planteamientos de los independentistas y luego de los líderes liberales, los motivos y las fuerzas a las que había que acompañar, más por instinto de clase que por conciencia. Los sectores más atrasados fueron manipulados por caudillos militares y civiles.
Desde los primeros años del siglo XIX registramos las primeras capturas de luchadores independentistas, las cuales es importante rescatar como parte de la historia de sacrificio que acompaña cada tramo de avance histórico popular.
En la interpretación de estos acontecimientos y de sus protagonistas observamos dos visiones contrapuestas: los que sobredimensionan el papel jugado por los “próceres” y ocultan el rol desempeñado por los sectores populares y por otra parte, aquellos que reducen el proceso de lucha independentista y de lucha liberal a una agenda de necesidades económicas de la clase añilera emergente y luego del sector cafetalero, y niegan o minimizan el papel de la ideología, y su fuerza transformadora.
Por nuestra parte, pensamos que debe existir un balance entre ambos enfoques, que permitan identificar las necesidades del desarrollo de las fuerzas productivas en conflicto con las relaciones de producción, con las del papel de los individuos en la historia. En 1810 encontramos el primer ejemplo de luchadores independentistas que son encarcelados por sus ideas. Los sectores populares se incorporan a las fuerzas independentistas criollas que se enfrentan a los “españoles peninsulares” y luego se convierten en base de apoyo de los diversos proyectos liberales.
Durante un siglo los sectores populares acompañaron los esfuerzos de los caudillos independentistas y liberales en diversas formas de lucha y en variados escenarios, desde la lucha electoral hasta la lucha armada, y dentro y fuera de las fronteras patrias. En este proceso y como resultado de los cambios impulsados por las fuerzas liberales, se fue consolidando una oligarquía cafetalera, que vino a desplazar a la antigua oligarquía añilera que encabezó el proceso de independencia, y que sería la fuerza económica dominante durante el siguiente siglo.
En esto cien años, únicamente la gesta guerrillera de Anastasio Aquino rompe con el esquema liberal y establece un original episodio nacional, en el cual los sectores indígenas se lanzan al asalto del poder. Es la tribu de los nonualcos alzada contra la leva de sus jóvenes para guerras “de los blancos” y el despojo de sus tierras ancestrales.
A continuación presentamos esta breve reseña histórica.
1. “Muerte a los chapetones” gritaban los sectores populares en noviembre y diciembre de 1811
“Muerte a los chapetones” fue el grito de guerra de centenares de patriotas, hombres y mujeres, alrededor del país, que se incorporaron a la causa independentista que se fue convirtiendo en un combativo movimiento nacional, que tuvo como vértice la demanda en la ciudad de San Salvador, el 5 de noviembre de 1811, de la liberación del padre Manuel Aguilar, capturado y encarcelado el día anterior en Guatemala por el régimen colonial, por sus posiciones independentistas. El 14 de noviembre estalló otra insurrección independentista en León, Nicaragua.
En esa época, la Intendencia de San Salvador se hallaba dividida en cinco “partidos”: San Salvador, Olocuilta, Zacatecoluca, San Vicente, Usulután, San Miguel, Gotera, San Alejo, Sensuntepeque, Opico, Tejutla, Chalatenango, Santa Ana, Metapan y Cojutepeque. En Metapan estaban los ingenios de hierro y la mayor parte de la población era española. En Cojutepeque la mayoría de la población era india y estaba a cargo de un teniente subdelegado.
Ya en junio de 1810 habían sido capturados y encarcelados en San Miguel, los patriotas de la población oriental de San Alejo, Justo Zaldívar y Valentín Porras, que son los primeros presos políticos de que tenemos registro histórico.( Monterrey 1977) Ese 5 de noviembre de 1811, a las 4 de la mañana José Matías Delgado tocó las campanas de la iglesia La Merced para convocar a la población para exigir la liberación de Aguilar, unas horas más tarde, Manuel José Arce dirigió un mitin con el mismo fin a frente al edificio del Ayuntamiento, con centenares de hombres y mujeres en disposición de lucha.
Arce proclamó: “no hay Rey, ni Intendente, ni Capitán General, solo debemos obedecer a nuestro Alcaldes…” Los sectores populares, conducidos por el núcleo independentista, asaltan la Sala de Armas y se apoderan de los fusiles así como se toman las Cajas Reales. Tenían armas y dinero. Además deponen al Intendente Antonio Gutiérrez y Ulloa. Fue un levantamiento popular.
No obstante que hubo levantamientos en otras partes del país que acompañaron este primer esfuerzo, como en Pedro Grande, Santiago Nonoalco, Cojutepeque, Tejutla
( levantamientos indígenas) Usulután, Chalatenango, Santa Ana, Metapan y en diciembre en Sensuntepeque, al final las fuerzas independentistas fueron aisladas y derrotadas y muchos de sus dirigentes nacionales y locales fueron enviados a la cárcel en la ciudad de Guatemala.
Es importante rescatar de esta primera experiencia en términos de programa y de participación popular, que en Santa Ana los insurgentes del barrio España exigieron las siguientes demandas: 1. Que se quiten los impuestos del fondo de reserva (cuatro reales anuales que tenia que pagar todo hombre desde la edad de doce años hasta la de cincuenta 2. Que se quite la alcabala (medio real por cada peso del valor de la venta de una res) 3. Que se quiten los estancos de aguardiente 4. Que el tabaco se venda en los estancos a tres reales la libra 5. Que dejen de mandar los chapetones y que solamente manden los criollos. Son derrotados por las fuerzas coloniales y capturados Juan de Dios Trigueros y su mujer Juana de Dios Arriaga; Lucas Monzón y su mujer Inés Anselma Ascensio, Juana Dominga Fabia de Reina, mujer del cabecilla Francisco Reina.
En Metapan “los vecinos indios y ladinos se insubordinan…Los principales autores de la insurrección fueron el Alcalde indio Andrés Flores, su hermano Lucas Flores, el negro José Agustín Alvarado, la señora María Madrid.” En Sensuntepeque, participan del levantamiento las señoras María Feliciana de Los Ángeles y Manuela Miranda.
El arzobispo de Guatemala, Ramón Casaus y Torres, un personaje siniestro, calificó a los patriotas como “bandidos, asesinos y herejes.” Durante 1812 y 1813 los patriotas se repliegan y se dedican a reagrupar sus fuerzas y a realizar labores de propaganda como la colocación de pasquines en las casas de los principales funcionarios coloniales. Se logra crear una sólida estructura organizativa en los cinco barrios de la capital: Concepción, San Esteban, Remedios, Candelaria y San José.
En enero de 1813 se realiza una manifestación para exigir la libertad del padre Manuel Aguilar, encarcelado en Guatemala desde 1811. El Intendente se ve obligado a liberarlo y esto se constituye en una importante victoria popular. Es liberado el 5 de marzo y pronuncia un valiente discurso en el que denuncia a la opresión colonial.
Entre otras cosas plantea Aguilar en su discurso que “si por decir la verdad se me persigue, estoy pronto a marchar al sacrificio, porque como representante de Cristo, es mi deber predicar la verdad…”
En diciembre de 1813 los sectores populares eligen a Manuel José Arce como Diputado a Cortes, derrotando a los candidatos realistas, así como eligen a Alcaldes independentistas en los cinco barrios de la capital. Esta victoria fue celebrada con una misa en la iglesia Parroquial presidida por el padre Vicente Aguilar.
2. Pedro Pablo Castillo y el levantamiento de 1814
El 24 de enero de 1814 ocurre un segundo levantamiento, esta vez como respuesta a una acción represiva del Intendente Peinado que manda poner en la cárcel a algunos de los Alcaldes elegidos democráticamente recientemente por los diversos barrios, aprovechando los espacios abiertos por la Constitución de Cádiz de 1812, que permitió la representación popular, garantizando así a los sectores independentistas un nuevo terreno para acumular fuerzas en contra de la Corona española. Peinado ordenó la captura del Comisionado Francisco Campos, y de los alcaldes Domingo Ramos, de José Obispo Campo y de Pedro Pablo Castillo (1780-1817).
Castillo, de origen humilde, nace en el barrio de Candelaria, cohetero de oficio, mestizo, combativo, fue un destacado luchador independentista. Los españoles lo identificaron acertadamente como el alma de la revolución.
Ya antes en 1813 el Intendente Peinado había invalidado en dos ocasiones las elecciones realizadas de acuerdo a la Constitución de Cádiz de 1812, debido a que siempre ganaban los candidatos independentistas, hasta que en la tercera elección logró que se eligieran algunos de sus seguidores. Entre los Alcaldes electos se encontraban Juan Manuel Rodríguez, Pedro Pablo Castillo, Felipe Herrera, Manuel Delgado, Tomas Carrillo, etc.
Frente a este hecho represivo, Pedro Pablo Castillo, Alcalde segundo de San Salvador -que no fue capturado- se reúne en la sacristía de la Parroquia (Iglesia del Rosario) y convoca a la población a reunirse en el Ayuntamiento. Y se van concentrando grupos de manifestantes, gritando por las calles: ¡libertad! ¡libertad! Se manifiestan en franca actitud insurreccional: 150 en la Parroquia; en un solar vacío detrás de la parroquia otros 150 al mando de Manuel José Arce; frente al Convento de San Francisco (ahora ex Mercado Cuartel) mil hombres, en la plazuela de la Presentación, mil hombres, en la plazuela de Santo Domingo (hoy Catedral), otros mil hombres y también habían concentraciones en La Merced y en el puente del Acelhuate. Pedro Pablo Castillo, al mando de las fuerzas en san Francisco, se enfrentó en duelo de balas con el jefe militar español Zaldaña y lo derrotó. La muerte de Zaldaña asustó a algunos líderes independentistas, pero también caldeo el ánimo insurreccional de los sectores populares.
Las masas populares se indignaron por la captura de los alcaldes y se lanzaron a las calles para exigir: libertad de los presos políticos y desarme de los “voluntarios.” Peinado se negó al principio pero luego cedió en el primer punto. Y ganó tiempo para contraatacar y derrotar a los sectores rebeldes, los cuales fueron capturados y enviados a la cárcel en Guatemala. A los lideres los sometieron a “juicios de infidencia.”
El alcalde Juan Manuel Rodríguez al observar el ánimo insurreccional de los sectores populares decide ir a convencer a Peinado para que ponga en libertad a los capturados y logra su objetivo. Pero a medianoche, una patrulla del Cuerpo de Voluntarios de Fernando VII, grupo paramilitar al servicio de la Corona, dispara de manera criminal contra un grupo de patriotas que estaba en San Francisco y asesinan a Faustino Anaya y hieren a Domingo Lara.
Se declara la insurrección. No se asaltan los cuarteles por falta de armas. El Intendente decreta la ley marcial y sus tropas abren fuego contra los insurgentes. Pedro Pablo Castillo logra huir auxiliado por el padre Vicente Aguilar, que le presta el caballo y sus hábitos sacerdotales, luego que la tarde del día 25 la orden de su arresto fue publicada por bando militar en las cuatro esquinas de la Plaza mayor (hoy Plaza Libertad) y fue despachado por cordillera hacia las otras ciudades de la provincia. El 26 de enero son capturados el Alcalde primero Juan Manuel Rodríguez, Crisogono Perez y Santiago José Celis. En Chalatenango capturan al Alcalde Antonio Valle, en Usulután a Gregorio Melara y Juan José Mariona, agitadores independentistas. Son enviados a la cárcel en Guatemala.
Todavía el 27 de enero el pueblo insurrecto se toma el barrio La Vega y es desalojado por las tropas realistas. En marzo encarcelan de nuevo en Guatemala al padre Manuel Aguilar. El 2 de abril encarcelan a Nicolás y Vicente Aguilar, ambos sacerdotes. El 17 de abril José Santiago Celis, sonsonateco, “patriota de corazón, ardiente entusiasta por la libertad, fue estrangulado inhumanamente, ceñido con un cordel al cuello, en un pilar interior de las cárceles de San Salvador, por orden de Quiroa (Larde y Arthes, 1930) El 5 de mayo encarcelan a Manuel José Arce, al padre Mariano Antonio de Lara y a Juan Arauzamendi. Peinado ordena que se declare sospechosa toda reunión de tres hombres y que los rumbos y bailes, sean concluidos en horas tempranas.
En enero de 1817 una real cedula concedió indulto a todos los reos políticos. Con algunas excepciones, a Domingo Antonio de Lara se le condenó en mayo de ese año, a ocho años de presidio en El Morro de La Habana. El 14 de agosto de 1817 muere en Jamaica el luchador independentista Pedro Pablo Castillo. El 4 de julio de 1818 fueron puestos en libertad los reos políticos del levantamiento de 1814. El 25 de mayo de 1819 muere en Guatemala el padre Manuel Aguilar, confinado en ese país desde 1814.
El 24 de julio de 1820 surge la prensa revolucionaria en Guatemala, con el periódico El Editor Constitucional, publicado por el Dr. Pedro Molina, destacado independentista. Para contrarrestar esta iniciativa, los conservadores fundan a su vez el periódico El Amigo de la Patria, conducido por José Cecilio del Valle.
3. El Acta de Independencia del 15 de septiembre de 1821 y el temor a las masas independentistas
Grandes movilizaciones populares obligaron en la ciudad de Guatemala, el 15 de septiembre de 1821 a declarar la Independencia y colocar en su primer artículo que “para prevenir las consecuencias que serían temibles en el caso de que la proclamase de hecho el mismo pueblo.” Tenían los criollos temor de las masas populares.
Durante este año en febrero en la población de Iguala, México, el general del Ejercito Español, Agustín de Iturbide, había proclamado la independencia de México. Este hecho iba a influir sobre las clases dominantes locales para buscar salidas mediatizadas que resolvieran la crisis política existente, pero que evitara una solución radical. Por su parte, los sectores independentistas cuentan ya con una década de experiencia política y están en la disposición de avanzar hacia la independencia.
El 14 de septiembre se realizo en San Salvador un Cabildo Abierto para conocer sobre el Plan de Iguala, en el cual”el vecindario entusiasmado opta por la independencia incondicional” (Monterrey, pág. 61). Ese mismo día en la ciudad de Guatemala, fue convocado otro cabildo Abierto en el Palacio de los Capitanes Generales, para evaluar la situación existente, que acuerda convocar para el siguiente día a Junta General.
El 15 de septiembre luego de una intensa y acalorada discusión, el sector conducido por José Matías Delgado logra en Guatemala que se declare la emancipación política de Centro América. Al acta de esta reunión se le llamó Acta de Independencia y fue redactada por José Cecilio del Valle, quien le imprimió su propia visión ambigua y reaccionaria. Sobre el primer artículo Larde y Arthes (1930) opina que “envuelve una amenaza y teme a la soberanía del pueblo, a quine no concede el derecho de proclamar la independencia. La redacción es maliciosa.”
El 21 de septiembre se conoció la noticia en San Salvador y se convocó al Ayuntamiento, el cual proclamó el Acta de Independencia de San Salvador. El 30 de septiembre se efectúan elecciones para nombrar a los siete miembros de la Junta Consultiva de Gobierno. Las elecciones son ganadas por los patriotas y entonces el Intendente Barriere de manera dictatorial como era su estilo, disuelve la reunión y captura a Domingo Antonio de Lara, Manuel José Arce, Juan Manuel Rodríguez y los remite a Guatemala. El 27 de octubre se nombra a José Matías Delgado como Intendente de San Salvador, que al asumir su cargo libera a los patriotas encarcelados por Barriere, y los incorpora a su gabinete.
El PCS (1964) considera que en 1821 “la independencia llevó a los añileros al poder.”
4. José Matías Delgado, luchador antiimperialista 1767-1832
El sacerdote José Matías Delgado (1767-1832) es la figura más destacada del combativo movimiento independentista que se enfrentó a la Corona española de Fernando VII, a las pretensiones imperialistas del Emperador mexicano Agustín de Iturbide e incluso a la prepotencia del papa León XII. Fue un ardiente patriota, organizador, agitador, educador, organizador, conspirador, diplomático, ideólogo, teórico y conductor político y militar de las primeras décadas del siglo XIX.
En el caso de José Matías Delgado debemos proceder a una minuciosa y objetiva labor de rescate histórico, hay que arrebatárselo a la oligarquía y reivindicar desde los sectores populares su recia figura antiimperialista, porque él fue el símbolo inicial de nuestra lucha desde los oprimidos contra los imperios, derrotó tanto a los españoles como a los mexicanos. Por muchos años la derecha se lo ha apropiado y la izquierda no ha tenido la madurez para asumirlo como figura.
Y es que José Matías Delgado procedía de los sectores terratenientes añileros. Pero su origen de clase era diferente a su posición de clase. Toda su vida la dedicó a luchar por las ideas que ganaron desde muy joven su corazón y su mente: las ideas de la independencia y de la justicia social. Debemos rescatar la herencia teórica y las tradiciones revolucionarias de esta primera generación de salvadoreños y salvadoreñas que rompieron con el pensamiento colonial y se abrieron a las luchas e ideas liberales.
El 5 de noviembre de 1811 Delgado encabezó la revuelta popular con toques insurreccionales que inició con el toque a rebato de las campanas de la Iglesia La Merced. Estuvo acompañado de un grupo de patriotas que desafiaron el orden colonial establecido y proclamaron la independencia. Acompañaron al San Salvador insurrecto las poblaciones de Metapan, Zacatecoluca, Usulután y Chalatenango. Fueron derrotados y muchos de ellos encarcelados y exilados.
La noticia de la independencia se conoció en San Salvador hasta el 21 de septiembre y fue recibido con mucha alegría. Delgado regresa a la capital salvadoreña y asume la jefatura política de esta provincia el 28 de noviembre de 1821.
5. La resistencia popular contra el Imperio Mexicano de Iturbide 1822
Y el primer desafío que enfrenta Delgado es encabezar la resistencia popular contra las pretensiones imperialistas del Brigadier Agustín de Iturbide que confiaba en anexar la provincia al Primer Imperio Mexicano. Ya el 7 de diciembre de ese año san Vicente rechaza la anexión a México. Y lo mismo hace el Ayuntamiento de San Salvador. Fueron los únicos, los demás capitularon.
El 5 de enero el Capitán General Gabino Gainza acuerda la incorporación de Centro América al Imperio mexicano. El 11 de enero San Salvador en protesta se separa de Guatemala y nombra como Presidente de la Junta Provisional Gubernativa a José Matías Delgado. “La Junta abolió el tributo que se pagaba a los reyes de España, declaro abolidas la esclavitud, y a El Salvador, libre e independiente de España y de México.” (Monterrey, pág. 76) Por su parte, Santa Ana, Sonsonate y San Miguel se unieron al Imperio de México.
El 3 de marzo de 1822 se libra en los Llanos del Espino, en Ahuachapán, la primera batalla victoriosa en defensa de nuestra primera independencia, en contra del Imperio Mexicano, conducida por el Coronel Manuel José Arce, recién nombrado jefe del Ejercito Nacional, que logra apoderarse de Sonsonate, y anteriormente había asegurado Ahuachapán. Un siglo después, en diciembre de 1944, en el mismo lugar se libraría una heroica gesta de la juventud salvadoreña contra las dictaduras militares. El11 de junio de 1822 el ejército de Iturbide, al mando del coronel Manuel Arzu, penetra en San Salvador, y ocupa el Barrio El Calvario, donde las tropas invasoras saquean, asesinan y queman casas. Pero son derrotados y tiene que huir hacia Guatemala.
El año siguiente 1824, Delgado realiza una colecta popular con la que compra en Guatemala la primera imprenta y el 31 de julio aparece el primer periódico salvadoreño, Semanario Político Mercantil, con una clara línea antiimperialista y liberal, desde donde se desarrollaron importante polémicas contra la ideología colonial y conservadora.
Una de estas polémicas fue la que desarrolló contra el arzobispo Casaus y Torres, de Guatemala e incluso contra el mismo Papa, dado que los sectores populares y liberales acordaron nombrarle el 5 de mayo de 1824 como Obispo y esto desató la furia de los conservadores. Delgado se mantuvo firme hasta que abdicó en 1829, luego de las amenazas “condenatorias” del mismo Vaticano.
6. José Simeón Cañas y la Abolición de la Esclavitud 1823
El 31 de diciembre de 1823 José Simeón Cañas propuso y fue aprobada su moción por la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas de Centroamérica la abolición de la esclavitud. Este fue un paso de avance histórico en el camino hacia la igualdad social, en una época marcada por la existencia de elites feudales y esclavistas. Otra medida relevante fue la aprobación de una nueva Declaración de Independencia en la que de manera categórica se manifestaba que las naciones centroamericanas eran libres tanto de España como de México.
Dijo Cañas en esa ocasión: “vengo arrastrándome y si estuviera agonizando, agonizando viniera, para hacer una proposición benéfica a la humanidad desvalida…”
En 1825 se realizan elecciones para la presidencia de las provincias Unidas de Centroamérica y se enfrentan el salvadoreño Manuel José Arce y el hondureño José Cecilio del Valle. Con el apoyo de las fuerzas progresistas gana Arce, pero después ya en su gestión establece alianzas con los sectores conservadores, dándoles la espalda a sus antiguos aliados, y su gestión es al servicio de las fuerzas oligárquicas, por lo que los sectores liberales organizan la resistencia. Y surge un conflicto entre los gobiernos federal y los estados federados, que al final conduce a la disolución de la unión. Es en este contexto que surge la figura combativa de Francisco Morazán.
Ese mismo año 1825 en un gesto audaz y necesario se somete a censura las pastorales, edictos y circulares del archirreaccionario arzobispo Casaus y Torres, bajo pena de muerte, destierro o presión. El siguiente año, 1826, la Asamblea legislativa define las Fiestas Cívicas del Estado, que resultan muy ilustrativas de la visión política de la época: Día de la Santísima Trinidad, 6 de febrero, en memoria de los muertos por la libertad de la Patria; 4 de marzo, fecha de instalación del Congreso Constituyente del Estado de El Salvador en 1824; 3 de junio, en recuerdo de la victoria que el año 1822 se obtuvo sobre el primer ejercito imperialista de Guatemala; 12 de junio, fecha en que se decreto en 1824 la primera Constitución del estado; y 6 de agosto, día de El Salvador.
En 1827 llega al país y se nombra al internacionalista Coronel Rafael Merino, guayaquileño, del Ejercito del Libertador Simón Bolívar, como Comandante General del ejército salvadoreño; lo acompañan su hermano Guillermo Merino, y Alejo Sumaestre. Contribuyeron a la reorganización de esta institución, que todavía no era permanente. El 30 de abril de 1828 Rafael Merino será fusilado en San Miguel por tropas federales. El 9 de agosto de ese año fuerzas salvadoreñas al mando del colombiano Coronel Juan Prem se toman la población de Ayutuxtepeque.
En 1829 asume el gobierno José María Cornejo (1829-1830 y 1830-1832), y es el primer dictador salvadoreño ya que impulsa una política represiva contra los sectores populares, además de ser corrupto, servil, impuso la censura, suspendió periódicos, exiló opositores. Encabezó el movimiento para separar el país de la Federación Centroamericana. Junto a Arce proclamó la independencia de El Salvador (1832). Derrotado por Morazán, fue encarcelado en Guatemala.
7. La lucha contra los tributos injustos y las guerras. 1832
En agosto de 1832 el gobierno de Mariano Prado aprobó un impuesto individual para todos los ciudadanos del estado. Alrededor de la protesta contra este infame decreto se nuclearon los sectores populares hasta lograr su derogación en enero de 1833, en lo que fue una sonada victoria popular. Entre los levantamientos más destacados se encuentran los siguientes: en octubre se levantaron los barrios capitalinos; el 10 de noviembre en Izalco, conducidos por el padre Pablo Sagastume, Felipe Vega y Manuel Anaya, se tomaron el pueblo y luego se dirigieron a la ciudad de Sonsonate y la saquearon.
También hubo levantamientos en Zacatecoluca y San Miguel. Este último fue dirigido por Vicente Goyenaga, y fue muy radical, ya que fusilaron a las principales autoridades del gobierno central y municipal. Lo mismo pasó en Chalatenango y Tejutla, en donde fusilaron a las autoridades, en un levantamiento conducido por el padre Felipe Vides.
El ánimo insurreccional de las masas también se manifestó en noviembre de 1882 contra del reclutamiento obligatorio en las poblaciones de San Juan y Santiago Nonualco, que protestaron por ser blanco predilecto de las infames “reclutas.” Es en este marco que luego surgiría la gloriosa insurrección de Anastasio Aquino.
8. La epopeya de Anastasio Aquino 1833
El indio Anastasio Aquino se rebeló en enero de 1833 contra las levas forzadas de jóvenes indígenas para pelear en las guerras entre conservadores y liberales, así como en contra del saqueo de su tierras ancestrales por los europeos y luego por los criollos, y logró organizar un ejercito guerrillero de 3000 hombres armados de lanzas de huiscoyol con los que logró tomar las ciudades de Zacatecoluca y San Vicente, y en esta ultima ciudad se coronó rey de los Nonualcos con la corona de la imagen de San José, que se veneraba en el templo del Pilar
Aquino derrotó el 1 de febrero a las fuerzas gubernamentales en el río Guisculapa. El 5 de febrero se toma Zacatecoluca y nombra como Comandante a su lugarteniente Francisco Castro, el 15 de febrero fusila al alcalde de Apastepeque y se tomó la ciudad de San Vicente. El 16 de febrero da a conocer en Tepetitan sus famosos decretos legislativos. El 27 de febrero obtiene una nueva victoria entre Olocuilta y Comalapa, sobre las tropas de San Martin. El 28 de febrero es derrotado en Santiago Nonualco. El 24 de julio es fusilado en san Vicente y su cabeza puesta en una jaula en la cuesta de “Monteros.”
Colocarse la corona de san José fue un gesto de profundo simbolismo revolucionario, de ruptura ideológica con la religión opresora que se les había impuesto por la conquista española. Además de estratega militar, Aquino promulgo los Decretos de Tepetitan y diseño una táctica guerrillera llamada cien arriba, cien abajo. Fue fusilado en la ciudad de San Vicente y su cabeza fue expuesta para escarmiento de los futuros rebeldes, como “ejemplo de revoltoso.” Lo mismo harían cien años después en 1932 en Izalco con la cabeza del cacique indígena Feliciano Ama.
Aquino enfrenta al gobierno de Mariano Prado (1823-1824,1826-29, 32-33) que había llegado al gobierno como resultado del derrocamiento por Morazán de Cornejo, y contaba con el apoyo de José Matías Delgado y de Doroteo Vasconcelos. Prado entregó el gobierno a Joaquín de San Martin.
Roque Dalton considera que en El Salvador Aquino “es una figura central en la historia revolucionaria.” Por su parte Jorge Arias Gómez, escribe que “Aquino esta y estará presente, oculto o en la vanguardia de la protesta, con su grito reivindicador enarbolado en su alta figura, mientras las masas del campo vivan en condiciones menos humanas, marginados de los beneficios de nuestra ponderada cultura occidental…”
El PCS considera que la gesta de Anastasio Aquino “enlazó las reivindicaciones de las masas campesinas comuneras con la lucha por el poder…es el primer acto insurreccional de los jornaleros semi-libres, precursores de los actuales asalariados agrícolas, proletarios del campo.”
En 1838 Timoteo Menéndez (1838-1839) sofocó una rebelión indígena en Zacatecoluca y Cojutepeque que el 23 de mayo de 1837 atacaron la guarnición de san Vicente, cinco años después del ataque de Anastasio Aquino
9. Francisco Morazán y la lucha por la unión centroamericana. 1829-1842
Morazán fue Presidente Federal 1829-1842 y figura principal de las luchas populares del siglo XIX. Se enfrentó a Arzobispo Casaus, según Dalton “la siniestra figura, brazo armado de la mas negra reacción.” Luchó contra el General reaccionario guatemalteco Rafael Carrera y contra el Cónsul ingles Federico Chatfield. Por lo que fue un consumado jefe liberal, unionista, anti-ingles, anti-clerical, anti-oligárquico, y estratega político-militar.
Su historia inicia en abril de 1827 cuando asume la defensa del gobierno liberal de Dionisio Herrera y derrota la rebelión de Justo Milla en la Batalla de la Trinidad, convirtiéndose en el líder de los liberales centroamericanos. En esta batalla participo un destacamento de tropa salvadoreña al mando del capitán Vicente Huezo. Luego va en ayuda de los liberales salvadoreños y logra el triunfo en la batalla de El Gualcho (1828) y también gana la batalla de La Charca en solidaridad con los liberales guatemaltecos (1829).
En enero de 1829 nombra a sus fuerzas como Ejercito Aliado Protector de la Ley. El 10 de julio expulsa de territorio guatemalteco hacia Cuba al nefasto Arzobispo Casaus y Torres así como a otros religiosos. En 1830 y 1834 es elegido Presidente de la Republica Federal de Centro América. En 1839 es nombrado Jefe de estado de El Salvador, cargo al que lo obligaron a renunciar y a embarcarse al exilio en Perú. Regreso para enfrentar la amenaza imperial inglesa.
Fue fusilado en la Plaza de San José, Costa Rica el 15 de septiembre de 1842, a los 50 años, había nacido en Tegucigalpa, Honduras, el 3 de octubre de 1792. Antes de ser fusilado escribió su Testamento Político, en el que llama a la juventud a asumir el ideal unionista.
Abolió los diezmos y primicias de la iglesia, decreto la desamortización de los bienes de las comunidades religiosas, otorgó libertad de cultos y la libertad testamentaria, promulgo la Ley de Divorcio, convirtió en prisiones modelos y escuelas los conventos de los curas y monjas, fomentó y democratizo la enseñanza, instaló imprentas en todos lo estados, propicio el surgimiento de periódicos, impulso el arte y la ciencia, etc. (Dalton 1962)
Morazán no pudo terminar el periodo para que fuera electo, debido a que los conservadores lograron imponer el separatismo y solamente El Salvador se mantuvo firme, al final triunfo según Dalton (1963) “la gran ofensiva reaccionaria que había logrado desmembrar Centroamérica.”
Según Cuenca (1994) para Morazán “la lucha no era otra que el choque entre los intereses del pueblo, intereses económicos, sociales y políticos, contra el bastión de los intereses de las castas feudales aristocráticas y reaccionarias.”
10. La invasión militar inglesa a El Salvador en 1844
Ya durante la presidencia de Juan José Guzmán (1842-1844) el buque ingles Champion bloqueo el puerto de La Unión. Durante la presidencia del conservador general Francisco Malespín, (mayo a octubre de 1844) el imperialismo ingles invadió El Salvador. Malespín, había ascendido a la presidencia gracias a las influencias de su padrino, el siniestro Obispo Jorge Viteri y Ungo, quien un año después en 1845 tuvo que excomulgar debido a que fusiló al presbítero Pedro Crespín y saqueo varias iglesias en León, Nicaragua.
Sucedió que “a causa de reclamos hechos a su cónsul por varios ingleses en El salvador, reclamos de tipo económico, enfilados contra el Gobierno, varios barcos ingleses bloquearon el puerto salvadoreño de La Unión y sus marinos desembarcaron en islas salvadoreñas del Golfo de Fonseca. Pese a su original oposición a aquella medida de fuerza del imperialismo ingles, el gobierno de Malespín, pagó finalmente las deudas reclamadas.” (Dalton 1963)
Por su parte, el historiador Monterrey (1977) plantea que en octubre 26 de 1849 fuerzas navales inglesa se apoderaron d e las islas Meanguera, Martin Pérez, y Zacate Grande de la bahía de Conchagua y establecieron un férreo bloqueo en el puerto de La Unión, con el fin de impedir la “Feria de la Paz” que se celebraba en San Miguel.” Pensamos que ambos historiadores se refieren al mismo suceso, aunque le damos mayor crédito a Monterrey.
Por otra parte, el 2 de enero de 1845 Micaela Guzmán organizó una manifestación de mujeres calvareñas en apoyo al vicepresidente Joaquín Eufrasio Guzmán. Asimismo el 23 de noviembre de 1846, los indígenas de Santiago y San Juan Nonualco, bajo el mando de Petronilo Castro, se sublevan contra el gobierno de Eugenio Aguilar.
11. Los ingleses bloquean el puerto de Acajutla en 1848
Doroteo Vasconcelos que gobernó del 1848 al 1851 fue un Presidente liberal, progresista, morazanista. “Durante su gobierno, el barco ingles Gorgón bloqueó el puerto de Acajutla en reclamo de una deuda de la extinta federación.” (Dalton 1963)
Monterrey (1977) establece que “en octubre 27 de 1850 el Comandante de la Armada Inglesa notificó en Acajutla del bloqueo de toda la costa salvadoreña, y advirtió que si se les negaba víveres y agua, procederían al bombardeo hasta destruir la población.”
Vasconcelos se enfrenta con el dictador Carrera pero es derrotado en la Batalla de La Arada, lo que permitió que Carrera impusiera al presidente títere Francisco Dueñas en 1851. Dueñas fue un elemento conservador, precursor de la oligarquía cafetalera, represivo, nada más y nada menos que el bisabuelo de Archie Baldocchie Dueñas (+), quien fuera hace algunos años Presidente del Banco Agrícola Comercial y del partido ARENA.
Durante la década de los años 40 el imperialismo inglés había avanzado en sus pretensiones territoriales ya que Honduras había sido despojada de las islas Roatán y pretendían arrebatarle Amapala; Nicaragua había sido despojada del puerto de San Juan del Norte y La Mosquitia; Costa Rica de Bocas del Toro y Guatemala de Belice, mientras México pretendía apoderarse del Soconusco (Chiapas) y al final lo logró.
12. Gerardo Barrios y la lucha contra la oligarquía. (1858-1863)
Gerardo Barrios fue un fiel seguidor de Francisco Morazán, incluso participó siendo un joven de 15 años, en 1828 en la famosa batalla de Gualcho, luego fue el que encabezó el contingente salvadoreño que se enfrentó al filibustero William Walker que había invadido Nicaragua. Fue parte del Estado Mayor del Ejército Federal, junto con Trinidad Cabañas.
Progresista, liberal, anti-oligárquico, anti-imperialista, anticlerical, unionista, apoyo siempre a los coquimbos o morazanistas. El 21 de abril de 1857 sale hacia Nicaragua conduciendo la 4ta. División Auxiliar, con la cual El Salvador completaba los 6,000 combatientes con los que contribuyo para la derrota de los filibusteros en Nicaragua. Cuando regresa a El Salvador luego de la derrota de Walker se enfrenta a Rafael Campo. Cuenta con el apoyo del incipiente movimiento artesanal.
Enfrentó también al dictador Carrera, aliado con Francisco Dueñas, que gobernó de 1863 a 1871. En 1863 Barrios es derrotado por la invasión salvadoreña-guatemalteca, desde entonces quedo sellada alianza entre ambas oligarquías. Es fusilado el 29 de agosto de 1865, luego de ser capturado en Corinto, Nicaragua y entregado a Dueñas.
A las 3 a.m. fue llevado al Cementerio General de San Salvador, en donde fue ejecutado. Al pasar por El Calvario, donde vivían sus fieles partidarios, dijo: “¡Los calvareños duermen, y yo voy a la muerte!” Se cuenta que sacó su pañuelo, se enjugó con él la frente y se lo entregó a su cuñado Ansaldi, diciéndole: “Ultimo recuerdo para mi pobre Adelaida”
Sus ultimas palabras fueron: “He sido vanidoso, pero mi vanidad ha servido para el engrandecimiento de El Salvador. He sido ambicioso, lo soy y lo seré hasta en la otra vida. Uds. no van a matar a un hombre común, a un cualquiera. ¡No!, Matarán a un hombre de Estado, que ha dedicado la mayor parte de su existencia a la grandeza de su Patria. Mi sombra os perseguirá y el pueblo salvadoreño me vengará algún día...”
( www. comisioncivicademocratica.org)
Barrios dijo antes de morir, mientras rezaba el padrenuestro: “hágase la voluntad del Arzobispo Zaldaña y del Presidente Dueñas” (Dalton 1963)
El economista Menjivar (1978) señala el año de 1864, bajo el gobierno de Dueñas, como el año que madura la transformación de “la estructura económica colonial” basada en la economía añilera y que luego culmina “en el periodo de acumulación originaria…ubicable en su parte más intensa entre 1880 y la segunda década del siglo siguiente.”
Por su parte el PCS (1980) considera que “la burguesía cafetalera, en tanto burguesía agraria, dio origen a una ideología política más parecida la de la burguesía prusiana que a la de los enciclopedistas franceses…. La burguesía agraria y los terratenientes terminaron uniéndose para desplazar del poder a los restos en descomposición de los grupos de políticos aferrados al liberalismo deforme que surgió durante la lucha por la independencia de España y que propició la gesta morazanica. Este liberalismo como corriente política, tuvo su momento de mayor florecimiento bajo el liderazgo de l Capitán General Gerardo Barrios, y culminó con la frustrada Constitución de 1885.
Agrega el documento partidario que “El ultimo gobierno dominado por los liberales fue el de los hermanos Ezeta, (iniciado en 1890); su autoritarismo se enfiló, precisamente, contra los señores de la tierra y el capital agro-exportador de café; el llamado “despotismo” de los Ezeta era en realidad defensiva: la lucha final por la supervivencia del liberalismo. Por eso, el golpe de estado de “los 44” que los derrocó (1894) fue, por un lado, el triunfo de los terratenientes retrógrados, pero, también, la “partida de nacimiento” del que llegaría a ser férreo poder de la oligarquía cafetalera.”
13. La creación de la Concordia y la entronización de los liberales durante el régimen del mariscal González.
El 2 de diciembre de 1870 todavía bajo el gobierno de Francisco Dueñas, los volcaneños de Santa Ana se sublevan bajo el mando de Nicolas Lemus exigiendo que se les devuelvan sus tierras de las que habían sido despojados por los terratenientes. Bajan y atacan el edificio del cabildo, lo queman, así como ponen en libertad a los reos de la cárcel, incendian las casas de funcionarios y los ajustician. El gobierno captura luego a Lemus y lo fusila.
El Mariscal Santiago González, que gobernó de 1871 a 1876, había traicionado a Barrios, y también traicionó a Dueñas, pero trató de reivindicarse permitiendo amplias libertades políticas, ya que en su régimen se aprobó una constitución progresista y fue apoyado por el entonces alcalde de Ahuachapán, Francisco Menéndez.
El año que asume el gobierno González muere en Honduras el general morazanista Trinidad Cabañas. González además desarrollo una muy cercana relación con sectores artesanales urbanos, que lo llevó a apoyar la creación en 1872 de la Sociedad de Artesanos “La Concordia” el año siguiente, en 1873, se crea la Sociedad de Artesanos de El Salvador, que publica el periódico “El Obrero.”
Guidos Vejar (1980-45) considera que fue precisamente con González en 1871, que se origina el estado oligárquico liberal al servicio de la producción y exportación de café. Plantea que “El café, así, removía hondamente todas las estructuras salvadoreñas, modificando desde el paisaje geográficos hasta las relaciones de poder en la nación. Desde la base de la producción cafetera surgirá una nueva sociedad que terminará por romper definitivamente con la sociedad colonial que había sobrevivido medio siglo a la independencia. Los rasgos coloniales más persistentes serán redefinidos en las nuevas relaciones sociales emergentes. “
Considera el autor citado que “los cafetaleros llegaron al poder mucho antes que las nuevas relaciones sociales de producción, de las que eran portadores, se hubiesen generalizado en la sociedad salvadoreña.”
14. La lucha contra el dictador Rafael Zaldívar. 1876-1885
González se enfrentó a Rafael Zaldívar (1876-1885) que fue finalmente impuesto por una singular alianza con el presidente y reformador liberal guatemalteco Justo Rufino Barrios, no obstante su talante conservador. Zaldívar que muy represivo y en sus ocho años de gobierno, fue pilar para la formación de la oligarquía financiera, aunque ya algunas familias habían acaparado tierras desde los gobiernos de José María Cornejo y Francisco Dueñas (Vallecillos 1987) La influencia política de Dueñas era clara y fuerte durante su gobierno.
En su régimen se aprobaron leyes como la de Extinción de Ejidos (1881) y la de Tierras Comunales (1880), que fueron claves para el afianzamiento de una economía de naturaleza capitalista, ya que afectaron a “no menos del 40% del territorio nacional.” (Menjivar 1978) asimismo considera el mismo autor que fue en el periodo que llega hasta 1880 “en el que El Salvador se articula al mercado mundial.”
También Menjivar considera que estos procesos condujeron “al surgimiento del proletariado y semiproletariado agrícola…en este marco podemos ubicar los reducidos núcleos de obreros que giran en torno de minas, y ferrocarriles controlados por ingleses primero, y norteamericanos después, además de los beneficios de café en manos de inmigrantes.”
Durante su administración, en 1882 se autorizo a la Compañía del Ferrocarril de Acajutla “para construir una vía que conectara las principales zonas cafetaleras entre Acajutla y Sonsonate…la compañía contrajo deudas externas (con el mercado ingles) e internas (crédito otorgados por los señores Medina y Guirola) y luego asumidas por el estado en su calidad de Garante.” (Menjivar, 1980). En 1892 continua la expansión de las vías férreas.
Fue el 4 de Junio de 1882, que el Presidente Rafael Zaldívar inauguró oficialmente el servicio del ferrocarril, con la llegada a Sonsonate de la primera locomotora que conducía un convoy de pasajeros y carga. A partir de aquel día, la región fue ensanchada de una fuerza generadora de progreso y turismo que convirtieron a Sonsonate en paso obligado y lugar de estacionamiento del movimiento de carga y pasajeros, que por Acajutla entraban al país hasta llegar a la ciudad capital. La máquina rodante constaba de dos locomotoras "American Type", de 16 toneladas de peso cada una; un carro para pasajeros de primera clase con ventanilla de vidrio y persianas, ventilación suficiente y cómodos asientos; un carro góndola con techo, descubierto a los lados; catorce carros pequeños de trabajo y un carro para rieles. (www.cepa.gob.sv)
“En 1880 empezó a funcionar el Banco Internacional de El Salvador como banco privado emisor de billetes. El banco fue fundado mediante un contrato entre el Ministro de Hacienda, don Pedro Meléndez y don José Francisco Medina, el 5 de abril de 1880. Tenía la facultad de emitir billetes de curso legal, pagados a la vista y al portador. Le fue concedida la facultad de emisión exclusiva por 25 años.”
“El Banco Salvadoreño, que había nacido en 1885 con el nombre de Banco Particular de El Salvador, fue creado por una concesión del Ministerio de Fomento a los señores Mauricio Duke y Francisco Camacho. A éste también se le dio la facultad de emitir billetes pagaderos a la vista al portador y se le autorizó para negociar con el Banco Internacional su permiso para que sus billetes tuvieran curso legal. Fue en 1891 que cambió su nombre a Banco Salvadoreño.” (www.bcr.gob.sv)
15. El gobierno progresista del General Francisco Menéndez 1885-1890
Gobernante ahuachapaneco, liberal, progresista, patriota, derrocó a Zaldívar en la “revolución de mayo” de 1885. En su gestión se realizo la Constituyente de 1886 de donde surgió una Constitución avanzada para su época. Contó con el apoyo de intelectuales como Francisco Gavidia.
En 1888 se produce “la primera exportación de capital como capital industrial en la rama de la minería…se trata de la Divisadero Gold and Silver Minning Co. Ltd. Que se extendería en poder de capital ingles hasta aproximadamente 1920, para luego pasar a manos de capitalistas norteamericanos” (Menjivar 1980) La actividad minera, especialmente la extracción de oro y plata, se inicia en el tiempo de la colonia, los primeros registros históricos de producción minera data de 1780, sin embargo la producción de metales preciosos tuvo su mayor auge en la década de los 50. En el 2004, la empresa canadiense Pacific Rim solicitó al Ministerio de Medio Ambiente, permiso para la explotación minera la zona de El Dorado, en San Isidro, Cabañas.
El año de 1888 aparece el Compendio de Geografía de Centro América, en el que González nos dice que El Salvador “posee ricas minas de oro, plata, cobre, hierro, plomo y carbón de piedra. Las minas de más nombradía son las de Loma larga, Corozal, Divisadero, Encuentros, Tabancos y otras de los departamentos de Metapan y San Miguel. Las minas de hierro más notables existían en Metapan, departamento de santa Ana. En el departamento de Cabañas hay algunos buenos minerales, aquí, cerca de Ilobasco, hay una rica mina de carbón de piedra.”
“En 1889 comienzan los empréstitos para la construcción de ferrocarriles, que en definitiva pasarían a manos de los ingleses…” señala Menjívar (1980).
El Banco Occidental nació en noviembre de 1889. Fue fundado por León Dreyfus y el colombiano Emilio Álvarez y funcionaba en Santa Ana. También obtuvo la facultad de emitir billetes pagaderos a la vista y al portador.
El Banco Agrícola Comercial fue fundado en 1895, por José González Asturias y Rodolfo Duke. A éste se le facultó para emitir billetes al portador, al igual que a los otros bancos fundados anteriormente. Para 1898 funcionaban en el país cinco bancos: el Banco Internacional, el Banco Salvadoreño, el Banco Occidental, el Banco Industrial y el Banco Agrícola Comercial. (www.bcr.gob.sv)
16. El gobierno de los generales Ezeta 1890-1894
En junio de 1890 los hermanos Ezeta encabezaron un golpe de estado contra el General Menéndez. Opina Dalton (1963) sobre este gobierno que “no puede negársele algunos aspectos progresistas a favor de la economía nacional y en defensa de la soberanía…Terminó con los canones de guerra que se pagaban anualmente a Guatemala, reorganizo el ejercito y “aumentó los salarios de los trabajadores urbanos.”
17. La rebelión oligárquica de los 44 (1894)
Fue una sublevación de 44 “patriotas” de raigambre conservadora y oligárquica, que tuvieron éxito en derrocar a los Ezeta, como resultado de este movimiento asumió General Rafael Antonio Gutiérrez 1894-1898, “durante su Gobierno se firmo en Amapala un nuevo pacto unionista entre Honduras, Nicaragua y El salvador, que posteriormente fue desconocido por el general Regalado.
Pero fue un gobierno represivo, Vallecillos (1984) denuncia que “en 1897 los estudiantes universitarios José Gustavo Guerrero y Vicente Trigueros publicaron en san Salvador un periódico de combate al que llamaron El Látigo, y en el cual defendían con ardor y decisión la libertad del pueblo salvadoreño. En una ocasión, Gutiérrez los mando a arrestar y los incorporo al ejército como soldados rasos. Esto hizo que abandonaran el país.
Por otra parte, Prudencio Alfaro junto con el general Tomas Regalado fue uno de los 44 que aspiraba también al poder, aunque en su caso se le atribuye una tradición de apoyo popular. Gutiérrez es desplazado por quien consideraba como “su mejor amigo” el santaneco General Tomas Regalado Romero 1898-1903. Regalado murió en 1906 en un combate en Guatemala en contra del dictador Manuel Estrada Cabrera en el que participó totalmente ebrio.
Siguiendo la tradición académica de Paniagua Serrano (2002) podemos apuntar que Tomas Regalado fue el esposo de Concepción González (hija del Mariscal Santiago González) y de este matrimonio nacieron Marisa Regalado González y Tomas Regalado González. Este último fue el esposo de Marta Dueñas Palomo, nieta del expresidente Francisco Dueñas. Y de esta unión nacieron Miguel, Tomas, Raúl y Ernesto Regalado Dueñas. Tomas Regalado Dueñas es actualmente un reconocido empresario cañero, presidente del Grupo CASSA. En el gobierno de Regalado se “organiza una nueva explotación minera, la “Butters Salvador Mines Ltd.” (Menjivar 1980,44).
Y así terminamos esta breve reseña histórica del siglo XIX, que tiene el propósito de iniciar un estudio más profundo de nuestra historia, desde la visión de los que sueñan y luchan, ya que donde hay opresión hay resistencia.
Bibliografía
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San Salvador, agosto de 2010
Por Roberto Pineda*
*Docente de la Universidad de El Salvador