El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, calificó hoy los resultados de la reciente consulta popular como una «tremenda paliza» contra el Gobierno de Daniel Noboa, al que acusó de manipulación y de haber llegado al poder mediante un fraude en las elecciones de 2023.
Durante una entrevista, el exmandatario sostuvo que la abrumadora victoria del «No» es la prueba de que el actual jefe de Estado nunca contó con el respaldo popular que le atribuyeron los resultados oficiales. «¿Cómo te puedes explicar que después de siete meses de haber ganado ‘abrumadoramente’, pierda abrumadoramente una consulta popular? Es evidente que nunca tuvo el porcentaje que se le dieron. Todo fue un fraude», afirmó.
Correa enfatizó que el pueblo ecuatoriano percibió la consulta como una «maniobra deshonesta» para validar a un Gobierno que considera ilegítimo. «La gente lo percibió perfectamente. Cuando se dan esas circunstancias, si usted pregunta ‘¿quieres a tu mamá?’, tienes que decirles ‘no’, porque está rechazando ese Gobierno manipulador», argumentó.
Asimismo, subrayó que uno de los resultados más significativos fue el «rotundo no» a la pregunta sobre la rehabilitación de bases militares extranjeras en territorio nacional.
Para Correa, esta respuesta demuestra que «el pueblo ecuatoriano tiene dignidad y orgullo nacional de su soberanía«.
Destacó que el rechazo fue aún mayor en Manta, ciudad que albergó una base estadounidense durante diez años.
El expresidente manifestó que, en la práctica, este resultado equivale a una revocatoria de mandato. «Es un farsante completo, un mentiroso completo, un desastre de Gobierno», sentenció, al tiempo que acusó a Noboa de sostenerse en el poder gracias al apoyo de «la oligarquía, cierta cúpula militar, cierta cúpula religiosa y obviamente los Estados Unidos».
El rechazo mayoritario en la reciente consulta popular de Ecuador representa una contundente ratificación de la Constitución de 2008, considerada por diversos sectores como un pilar fundamental de la soberanía y los derechos sociales del país.
Según esta perspectiva, el pueblo ecuatoriano le dijo «sí a la Constitución», defendiendo un texto que, con 17 años de vigencia, fue aprobado abrumadoramente en su momento y se ha consolidado como un marco para el «buen vivir».
La Carta Magna, que ha sobrevivido a numerosos intentos de reforma, es vista como la «gran ganadora» de la jornada. Se destaca que esta victoria no pertenece a ningún líder político en particular, sino al pueblo que ha refrendado un documento que «contiene derechos que nos dan orgullo».
El análisis de Correa subraya que el resultado es un claro mensaje contra quienes, según la fuente, buscan una Constitución «a la medida de sus intereses para privatizar y rifar su país».
El voto popular, por tanto, se interpreta como una barrera de protección a los principios de soberanía y justicia social establecidos en Montecristi.
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