
La visita del secretario de Estado de EE.UU. a Ecuador no es casual: cuando el asedio contra Venezuela es intenso, plagado de falacias mediáticas y políticas, su llegada busca legitimar una coalición de gobiernos a favor de sus tesis intervencionistas.
¿Acaso no han posicionado la idea de que la lucha contra el narcotráfico es una tarea regional y de las “fuerzas democráticas”? Claro, para la lógica imperial, esas fuerzas solo pueden ser de aquellos gobernantes que se someten a sus intereses, sin importar soberanías o acuerdos regionales autónomos.
Marco Rubio ha dicho que quiere mejorar la seguridad fronteriza, la lucha contra el narcotráfico y respaldar la prosperidad económica de Ecuador, pero en la práctica las prioridades estratégicas de la administración de Donald Trump en la región son otras: “contrarrestar la influencia de actores extracontinentales considerados una amenaza para la estabilidad regional”, como decía el comunicado de la cancillería del país andino.
Después de visitar México, para Rubio lo más importante es concretar, en un acto público, la aplicación de medidas rápidas y decisivas “para desmantelar a los cárteles, frenar el tráfico de fentanilo, detener la inmigración ilegal, reducir el déficit comercial y promover la prosperidad económica”. Por supuesto, para el caso ecuatoriano hay algo particular, que no lo podrá plantar a la mandataria mexicana: apoyo directo, abierto, frontal y político en su asedio a Venezuela.
Cuando el asedio contra Venezuela es intenso, plagado de falacias mediáticas y políticas, la visita de Rubio busca legitimar una coalición de gobiernos a favor de sus tesis intervencionistas
Para los voceros estadounidenses, esta cuarta visita de Rubio al hemisferio desde que asumió como secretario de Estado, evidencia el compromiso “inquebrantable” de EE.UU. con la seguridad de sus fronteras y la neutralización de amenazas narcoterroristas. Que en otras palabras significa un alineamiento regional con sus objetivos estratégicos y sus negocios transnacionales. Y, por supuesto, con un claro mensaje a países como Brasil que están en la “órbita” de los BRICS.
Si Diario Red puede publicar lo que casi nadie más se atreve, con una línea editorial de izquierdas y todo el rigor periodístico, es gracias al apoyo de nuestros socios y socias.
Del lado ecuatoriano, según la canciller Gabriela Sommerfeld, la expectativa se configura para “avanzar en una agenda conjunta en pro de la seguridad y el desarrollo de ambas naciones y de la región”. Que en otras palabras significa una mayor cooperación para la lucha contra la violencia criminal y también para el soporte de cualquier “aventura” militarista contra Caracas.
No está por demás señalar que el gobierno de Daniel Noboa ha propuesto una consulta popular para que el pueblo ecuatoriano autorice el establecimiento de bases militares extranjeras, que nadie duda -de aprobarse- sean solo estadounidenses.
Sin embargo, la situación de inseguridad no ha cambiado. Por el contrario, con todo el apoyo militar y de inteligencia desde Washington la violencia ha empeorado, el tráfico de cocaína se ha incrementado, colocando a los puertos de Guayaquil, Manta y Bolívar como los principales puentes de salida de alrededor del 30% de todas las toneladas que llegan a Europa y EE.UU. Por eso siempre cabe la pregunta: ¿por qué se instalan portaaviones y buques de guerra en el sur del Caribe si el tráfico mayor ocurre en las costas del Pacífico de Colombia, Perú y Ecuador?
Si de verdad Marco Rubio y su aparato político y militar quisiera resolver el narcotráfico desde América Latina, no estaría por demás reunirse con todos los mandatarios del subcontinente y trabajar conjuntamente alrededor de una estrategia común y no buscar “cabezas de playa” en Ecuador para las aventuras que ya han experimentado países en Asia y África, con las consecuencias nefastas que son de dominio público.
https://www.diario-red.com/articulo/editorial/que-quiere-marco-rubio-america-latina/20250830120000053301.html