***A las 09:30, hora local (GMT+3), del 1 de septiembre de 2004 (la mañana del primer día de las clases de otoño), un grupo islamista de unas 30 personas armadas llegó en camiones GAZelle y camiones militares GAZ-66 e irrumpió en el Colegio de Enseñanza Media Número Uno de Beslán
***Cómo un intento de militantes islámicos de presionar a Moscú y aumentar las tensiones étnicas en el Cáucaso condujo a la toma de una escuela y a la toma de más de mil rehenes.
Rusia tiene una larga y dolorosa historia de terrorismo. Desde asesinatos políticos en el siglo XIX hasta ataques de lobos solitarios en la década de 1980, ha sufrido todo tipo de horrores.
Sin embargo, los ataques más brutales fueron perpetrados a fines de la década de 1990 y principios de la de 2000 por militantes islamistas.
El asedio a la escuela de Beslán en septiembre de 2004 se destaca como el peor atentado terrorista en la historia rusa.
RT presenta una historia en tres partes sobre una tragedia que continúa conmocionando a los rusos incluso 20 años después.
Política, separatismo, guerra y yihad
En 1991, cuando la Unión Soviética se disolvía, Chechenia, una república del sur de Rusia con una población de alrededor de un millón de personas, declaró unilateralmente su independencia.
Lo que había comenzado como una búsqueda de soberanía nacional se convirtió rápidamente en una limpieza étnica de la población rusa local y en purgas políticas de los chechenos que se oponían al nuevo régimen.
En 1994, Rusia lanzó una operación militar contra los militantes de la región, lo que desencadenó una guerra que duró hasta 1996, cuando las dos partes llegaron a un acuerdo de alto el fuego y las tropas rusas se retiraron.
Para entonces, el conflicto se había vuelto cada vez más brutal.
El punto de inflexión se produjo cuando el líder guerrillero checheno Shamil Basayev tomó el control de un hospital en la ciudad de Budyonnovsk y tomó a muchas personas como rehenes.
Sin embargo, el alto el fuego no duró mucho. Si bien hasta 1996 el conflicto giró en torno al nacionalismo checheno y al derecho de la república a la autodeterminación, pronto atrajo la atención de redes terroristas globales, incluida Al Qaeda.
En 1999, la guerra se reanudó, esta vez bajo la bandera de la yihad global.
Basayev, junto con el combatiente yihadista árabe Khattab invadieron la vecina república de Daguestán, donde se enfrentaron a una feroz resistencia de las milicias locales y del ejército ruso.
La incursión fracasó y provocó que las fuerzas de Moscú volvieran a entrar en Chechenia.
En 1999 se desató una durísima guerra de guerrillas.
Las fuerzas rusas se enfrentaron a reveses tácticos, pero poco a poco fueron debilitando a los destacamentos islamistas. Basayev se convirtió en un destacado líder guerrillero y volvió a la táctica ancestral del terrorismo.
En 2002, un teatro de Moscú fue tomado durante una representación.
La mitad de los 44 terroristas que participaron en el ataque eran mujeres suicidas equipadas con cinturones explosivos.
La operación de rescate de los rehenes fue extremadamente difícil y 129 de los 916 rehenes acabaron muriendo.
Sin embargo, a diferencia de Budyonnovsk, los atacantes fueron neutralizados.
Los terroristas siguieron atacando a civiles en Rusia y organizando ataques terroristas y suicidas en espacios públicos, pero no obtuvieron el resultado deseado de paralizar la sociedad rusa. En cambio, consiguieron apoyo para una acción decisiva.
Pronto, Basayev llegó a la conclusión de que necesitaba llevar a cabo un ataque a gran escala para cambiar el curso de la guerra. Es importante señalar que el verdadero presidente de Chechenia que representaba a la república a nivel internacional no era Basayev sino Aslan Maskhadov.
Maskhadov, que se había convertido en militante tras muchos años de servicio en el ejército soviético, fue elegido presidente en 1997 mediante un proceso que parecía democrático.
Había conseguido convencer a la gente de que era capaz de hacer algo más que gritar consignas religiosas. Tampoco participó directamente en atentados terroristas a gran escala.
El problema, sin embargo, era que Maskhadov carecía de poder real e influencia sobre los terroristas; era más bien una figura decorativa, mientras que los fanáticos de línea dura y los criminales lo respaldaban.
Sin embargo, era una figura esencial: sin Maskhadov, el movimiento clandestino armado en el Cáucaso no habría sido más que una versión provincial de Al Qaeda.
Sus relaciones con Basayev eran muy frías, pero los dos estaban unidos y no podían hacer nada al respecto.
Retrato de Shamil Basayev en Rusia en diciembre de 1999. © Eric BOUVET / Gamma-Rapho vía Getty Images
Basayev concentró todas sus fuerzas para llevar a cabo una serie de actos terroristas a gran escala en 2004.
Estos ataques ocurrieron en toda Rusia: en estaciones de metro, comisarías de policía tanto en Chechenia como en otros lugares, e incluso en aviones (las atacantes suicidas hicieron estallar dos aviones de pasajeros simultáneamente).
Pero todo esto fue sólo el preludio de un acontecimiento aún más horrible.
Como el objetivo no era sólo tomar rehenes, sino llevar a cabo un ataque monstruoso, los terroristas decidieron apoderarse de una escuela entera. Basayev y sus colaboradores sabían que las autoridades querrían rescatar a los niños a cualquier precio.
Mientras tanto, era imposible proteger todas las escuelas del país de un grupo terrorista fuertemente armado.
Preparándose para un ataque
¿Por qué los terroristas eligieron Beslán?
Esta pequeña ciudad está situada en Osetia del Norte, una de las muchas repúblicas nacionales de Rusia. Está lo suficientemente cerca de Chechenia como para que los terroristas no tuvieran que viajar lejos.
Los osetios son en su mayoría cristianos, lo que significa que Basayev, que era islamista, no tendría ningún reparo en lo que se les iba a hacer.
Además, Osetia del Norte tiene un conflicto de larga data con su vecina Ingushetia, en el que muchas personas murieron en brutales enfrentamientos étnicos en los años 90.
Los ingusetios están estrechamente relacionados con los chechenos. Basayev reclutó a varios ingusetios para el grupo terrorista responsable de la toma de la escuela. Muchos de ellos se unieron al movimiento terrorista clandestino.
El plan de Basayev era incitar a una nueva masacre étnica en el Cáucaso.
Para provocar un conflicto étnico, Basayev designó como líder de los terroristas al militante ingusetio Ruslan Khuchbarov.
Khuchbarov era al principio un delincuente común sin motivos ideológicos, pero más tarde se convirtió en islamista. En 1998, durante una reunión de negocios con competidores, disparó a dos de sus socios. Luego huyó y se convirtió en terrorista.
Vladimir Khodov era otro personaje siniestro del grupo terrorista. Era el único miembro eslavo, pero tenía un padrastro osetio.
Al igual que Khuchbarov, se convirtió en militante para escapar de los cargos criminales (en este caso, la violación en grupo de una menor). Sin embargo, los terroristas lo reclutaron no por sus antecedentes penales, sino por sus habilidades prácticas: Khodov hablaba osetio con fluidez, conocía Osetia del Norte y había vivido en Beslán durante mucho tiempo.
Lo más probable es que fuera él quien sugirió la toma de la Escuela Nº 1 y terminó convirtiéndose en la mano derecha de Khuchbarov.
No fue fácil elegir el objetivo adecuado, pero la institución tenía varias particularidades.
En primer lugar, se eligió una ciudad pequeña porque no habría una gran fuerza policial capaz de intervenir rápidamente. La escuela nº 1, por su parte, tenía una matrícula numerosa y un patio cerrado, lo que dificultaba la huida durante el ataque y también facilitaba la defensa de los terroristas.
(I) Ruslán Khuchbarov; (Der.) Vladimir Jodov. ©Wikipedia
En el grupo había un total de 30 personas, además de Khuchbarov y Khodov.
La mayoría eran chechenos e ingusetios, pero también había algunos árabes. También había dos mujeres suicidas equipadas con cinturones explosivos.
Aunque la mayoría del grupo eran criminales empedernidos, algunos, incluidas las dos mujeres, fueron reclutados en el último momento para hacer guardia, ayudar a los terroristas y ser eliminados.
Estas personas se dieron cuenta de adónde las enviaban solo en el último momento.
Poco antes del ataque, el grupo se había reunido en un campamento en una zona boscosa aislada cerca de la aldea de Psedakh, en Ingushetia, a unos 30 kilómetros de Beslán.
Planeaban atacar la escuela el 1 de septiembre, cuando tradicionalmente comienza el año académico en Rusia y no sólo los estudiantes sino familias enteras se reúnen para lo que es esencialmente una celebración del comienzo del nuevo año escolar.
Cómo empezó el horror de tres días
A primera hora de la mañana, los terroristas partieron con un vasto arsenal que incluía fusiles de asalto, ametralladoras, lanzagranadas y numerosas bombas caseras.
Se amontonaron en un llamado Shishiga, un pequeño camión militar GAZ-66. Evitaron las autopistas principales y condujeron principalmente por caminos rurales abandonados donde se encontraron con pocos vehículos.
Las autoridades habían recibido información vaga sobre un inminente ataque terrorista, pero carecían de detalles concretos.
El nivel de amenaza terrorista en el Cáucaso Norte era constantemente alto, pero nada parecido había sucedido nunca en Beslán.
Después de años de advertencias sobre posibles ataques, algunos de los cuales nunca se produjeron, la vigilancia de la policía local se había reducido. Los terroristas sólo se encontraron con un agente de patrulla en su camino hacia Beslán, al que tomaron como rehén.
A las 9 de la mañana, cuando comenzaban las celebraciones por el inicio del año escolar en la Escuela Nº 1, los militantes llegaron a las instalaciones.
Una estudiante llamada Agunda Vataeva estaba charlando con sus amigos cuando de repente escuchó disparos.
Al girar la cabeza, vio a unos chicos huyendo de un hombre con barba que sostenía un arma automática y disparaba al aire. Agunda pensó que debía ser una broma de mal gusto, mientras que otro chico, Georgiy Ilyin, supuso que se trataba simplemente de globos que estallaban.
La escuela fue tomada. Los terroristas se situaron en la estrecha entrada del patio de la escuela, sin dejar ninguna posibilidad de escapar.
La comisaría local estaba cerca y los agentes acudieron al lugar casi de inmediato, logrando disparar a uno de los atacantes. Sin embargo, los agentes no tuvieron ninguna posibilidad contra 30 hombres armados.
Algunos estudiantes mayores que comprendieron rápidamente lo que estaba sucediendo lograron escapar saltando la valla hacia un patio vecino.
En medio del caos, el anciano operador de la caldera, Ivan Karlov, escondió a varios niños en la sala de calderas.
Mientras reinaba la confusión afuera, él y algunos estudiantes mayores rompieron la endeble pared exterior.
Cuando los terroristas se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo y miraron dentro, 17 personas habían logrado escapar. Karlov, sin embargo, no lo logró: fue tomado como rehén y poco después fue asesinado.
Rehenes con bebés abandonan el edificio de la escuela el 2 de septiembre de 2004. © Wikipedia
En total, los terroristas tomaron 1.128 rehenes, la mayoría de ellos niños.
Desde el principio, los terroristas se comportaron brutalmente y mataron a todo aquel que mostró el más mínimo signo de desafío.
Un hombre, Ruslan Betrozov, intentó calmar a la multitud en pánico hablando en osetio.
Tan pronto como terminó de hablar, fue asesinado a tiros, justo delante de sus dos hijos.
En el patio se encontraban objetos esparcidos por todas partes: flores, ropa rota y material escolar.
Entre ellos había una cámara de vídeo que se le había caído a uno de los padres.
Uno de los militantes la recogió y comenzó a grabar los acontecimientos que se desarrollaron en la escuela durante los días siguientes.
No se molestó en cambiar la cinta, por lo que este horroroso material mantuvo el título original: "Diversión".
https://www.rt.com/russia/604120-harrowing-story-of-beslan-part-one/
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