Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

Un informe sobre carencias económicas en Cuba pagado por quien las provoca.


Medios y agencias nos hablan de un “Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales” en Cuba, presentado por el llamado Observatorio Cubano de Derechos Humanos, que afirma que “la pobreza” en la Isla “se ha duplicado desde enero” (1) (2). Una ONG, un informe con estadísticas (3). Parece algo serio. ¿O no?


Veamos. En primer lugar, este “informe” no es un informe. Es una simple encuesta, de muestreo aleatorio, que –leemos- “recopila las percepciones” (percepciones, no datos empíricos) de 1.200 personas, mediante “una red de observadores” en la Isla (4). 

¿Y quiénes forman esta “red de observadores”? Se lo contamos: son miembros de la llamada “disidencia” cubana. Una encuesta, por tanto, con un sesgo ideológico absoluto y sin el menor valor científico.

El estudio nos “descubre” que, en estos meses de pandemia, ha habido una disminución drástica de los ingresos familiares en Cuba, así como de los indicadores de nutrición o salud: una conclusión de Perogrullo, si tenemos en cuenta que este país turístico tiene, desde marzo, cero ingresos por turismo (5).

Además, las carencias reales de la población cubana, ya antes de la pandemia, no son un secreto que descubra esta encuesta (6) que silencia cuál es el elemento estructural que está en su raíz: el bloqueo de EEUU que, solo en el último año, ha causado pérdidas por cinco mil millones de dólares a un país pobre como Cuba (7).

Un bloqueo que es silenciado, también, en las notas de medios y agencias. Que censuran, además, otro aspecto, quizá el más importante para entender la esencia de este “informe”: quiénes lo pagan.

Son la National Endowment for Democracy (NED) y la Agencia de los EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID). Es decir, el gobierno de EEUU. La NED, en los últimos cuatro años, ha entregado 454 mil dólares al citado Observatorio Cubano (8). La USAID, solo este año, 127 mil (9).

Por eso, el Informe fue presentado por quien lo paga: el mismísimo jefe de la USAID, John Barsa (10), que declaró culpable de todos los males al “sistema comunista” de Cuba y su “fallida política económica” (11).

Ni la menor mención, por supuesto, a las 130 nuevas sanciones de su gobierno contra la economía cubana en los últimos dos años, 50 de ellas en tiempo de pandemia (12). A la crisis de combustible en la Isla debido a la persecución de las compañías navieras (12). 

A la prohibición de viajes, cruceros y compras, que ha reducido aún más los ingresos por turismo (13). 
Al cierre del envío de remesas (14), o a la Ley Helms–Burton, que cercena la inversión extranjera (15).

 El informe, un traje a medida de la Casa Blanca, concluye que las carencias en Cuba se deben –oigan bien- a la falta de “reformas (…) para que haya un estado de bienestar” (16).

Resumiendo el mecanismo. El gobierno que bloquea la economía de Cuba paga a una ONG –de Madrid, mejor que de Miami- para que haga un informe sobre las carencias económicas del pueblo cubano. La ONG, a su vez, paga a miembros de grupos “disidentes” de la Isla que encuestarán a personas de su entorno. 

El estudio no mencionará una sola vez la palabra “bloqueo” y endosará la culpa de todos los problemas al gobierno cubano.

Será difundido por varios medios corporativos, además de por un enjambre de medios digitales, financiados también por Washington (17) (18). Dos ejemplos: Diario de Cuba y Cubanet han recibido, cada uno, en cuatro años, 1.300.000 dólares de fondos federales (19).

Con el informe y las noticias publicadas, las organizaciones “disidentes” harán lobby para pedir más sanciones contra Cuba en EEUU y Europa y, así, ahogar, aún más, la economía del país (20). Para, en el próximo “informe”, volver a denunciar los bajos salarios o la escasez de medicamentos en la Isla.

En Cuba hay prestigiosos centros de investigación que sí realizan verdaderos informes sobre pobreza, desigualdad, racialidad o violencia de género, como el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS) (21). 

Que aplican metodologías verdaderamente científicas, con muestras extensas y representativas, y plantean, además, críticas y propuestas de cambio. Cambios desde La Habana. 

Y no… desde Washington.


https://zonafrank.wordpress.com/2020/11/11/un-informe-sobre-carencias-economicas-en-cuba-pagado-por-quien-las-provoca/}

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