La corrupción es un tema inevitable que identificar como ancla del desarrollo social o personal de los países y sus ciudadanos.
Su peso es un tonelaje que hunde toda aspiración humana para acelerar los procesos que conduzcan a la superación en todos los sentidos y si no se extirpa se convierte en un fenómeno cancerígeno agresivo y expansivo que solo puede revertirse con el nivel de conciencia que sobre esta peste tengamos todos.
La corrupción es un mal endémico que avanza porque tenemos una visión hipócrita de ella. Cuando la traemos al banquillo de los acusados para determinar fusilarla todos queremos halar el gatillo, pero muchos de los que se adueñan de ese rol de gatilleros en realidad deberían estar frente al paredón para ser fusilados porque son los pecadores que son expertos en señalar a otros.
Es decir, desde el lente de quien señala todos estamos enfermos menos él, pero en realidad ni el que acusa, sobre todo cuando está vestido de sotana, está fuera de la contaminación de la peste porque tendría que ser Dios o Jesús de Nazaret para ostentar la pureza e integridad que solo la santidad emanada de lo alto puede conferir.
En el gobierno tiene que haber gentes que incurren o han incurrido en la corrupción. Es así porque son no son Santos los que están ahí sino hombres y mujeres llenos de fortalezas, pero también llenos de debilidades y son seres humanos, gentes de carne y hueso y aunque no se trata de justificar nada, la verdad es que en esta área no he sabido de una sola denuncia ante la Contraloría General de la República, por parte de personas que hablan de corrupción, que sustenten el acento político que imprimen a su discurso cuando acusan.
Otro aspecto alrededor del endoso que de la corrupción se hace al área gubernamental y que hay que tomar muy en serio, es que uno solo de los organismos internacionales con los que Nicaragua trabaja y recibe asistencia y financiamiento ha dicho o denunciado que sus fondos fueron desviados, que alguien abusó de ellos o se los robó y tengan la plena seguridad que si así hubiese sucedido el divieso ya habría explotado.
Sobre este tema de la corrupción, que también ha sido puesto sobre la mesa por la empresa privada y que la he conversado con algunos visibles dentro del partido gobernante, lo que debo compartir es lo que está a vista y es que no pocos alcaldes, funcionarios municipales sobre todo en zonas turísticas y costeras y hasta altos administrativos de los cuales dependieron concesiones, permisos o similares y que se dedicaban a pedir coimas para avalar tal o cual cosa fueron despedidos de sus funciones una vez que fueron cogidos en la ilegalidad, irregularidad o el robo y eso me parece excelente porque la corrupción se combate dónde está y se origina y no donde se inventa.
Saben qué es corrupción cuando en el matrimonio hay infidelidad; cuando los padres de familia prefieren una cerveza antes que comprar un cuaderno para los apuntes del hijo; cuando nos hacemos los enfermos para no llegar al trabajo o nos robamos los lapiceros o la papelería de la oficina para llevarla a nuestra casa; cuando traveseamos la pesa para vender menos de lo que el cliente compra y ganarle más; cuando acumulamos los productos para disparar los precios y crear inflación; cuando botamos la basura en la calle y nos quejamos que la alcaldía no la recoge; cuando inventamos cosas para no pagar los impuestos y nos declaramos víctimas cuando el fisco nos pisa los talones; cuando robas agua, luz, cable y la señal de internet a tu vecino; cuando en un bus ves una persona de edad avanzada, una mujer con un niño en brazos, o algún minusválido y la persona que viene sentada en el asiento se hace la dormida para no dárselo y si alguien te reclama te levantas, pero para dar un golpe o decir una mala palabra que se oye a kilómetros; cuando el vendedor por ver en el rostro de cualquier ciudadano a alguien bien vestido, se le ocurre que tiene riales, entonces te aumenta más él precio; cuando haces una publicidad falsa y mientes desde un black fridey diciendo que la mercadería está rebajada y no es cierto.
Hay corrupción cuando somos de un país donde su gente está llena de faltas que quiere ignorar, pero que disfruta criticando a sus gobernantes.
Seremos corruptos mientras existan jóvenes imberbes e irrespetuosos que hablan pestes de sus mayores creyéndose mejores personas que todos pese a haber comprado las preguntas de los exámenes de mañana. Seré corrupto por haber estafado a un cliente al que ofrecí mis servicios y le hice un fraude para ayudarme a pagar algunas deudas o comprar para el domingo el guarito que tanto me gusta y al que priorizo en vez de llevar la comida que tanta falta hace en mi hogar. Seré corrupto cuando desesperadamente busque cómo prestarle dinero a alguien y después me le hago el chancho y no le pago.
Le decimos mentirosos a todos y nos quedamos fuera, pero le pegamos o regañamos al hijo porque lo mandamos a la pulpería y lo maltratamos porque nos mintió al decir que estaba llena, cuando en realidad se quedó jugando con sus amiguitos, pero minutos después de haberlo castigado, llegan los cobradores de cualquier cosa a nuestras casa y le decimos al niño: “diga que no estoy”, ¿ENTONCES QUÉ? le mostramos que la honestidad y la mentira está en dependencia del momento, el lugar y de quien es la autoridad para ejercerla.
Me fascina referir esta bella postal sobre la corrupción porque ahora mismo algunos sectores aquí rebasaron la frontera de la corrupción y se encarnaron en el cinismo más descarado que he conocido porque ahora que estamos en el contexto del impacto de ETA sobre el territorio nacional, en que estamos sintiendo en estos precisos momentos con el Iota, esperando que no venga otro más, hay hipócritas que están aparentando una solidaridad que no les luce y que creen que a base de comunicados llenaran de esperanzas a los damnificados sufrientes que ahora mismo requieren de acciones, de hechos, no de palabras vacías y que son las que sobran en cada uno de esos párrafos oposicionistas que no engañan a nadie.
En estos precisos instantes mientras editorializo sobre la corrupción e hipocresía oposicionista hay cabecillas terroristas que se dicen “libertadores y salvadores” de la patria que están desayunando en esos lujosos hoteles que solo ellos frecuentan para conspirar con agentes extranjeros contra Nicaragua, a la que ponen patas arriba para tramitar más millonadas para sus bolsillos en vez de gestionar recursos para los que ya están damnificados en todo ese tramo de nuestro territorio que fue devastado por el ETA y sobre el que ya cayó IOTA para rematarlo.
Uno quisiera en el día a día tener espacios para hablar de humanidades, de integración, de valores, de propuestas, de unidad de nación, pero estos individuos no paran en su insensatez y todos son iguales porque en el contexto uno de esos sacerdotes, el llamado Vicario General de la Arquidiócesis de Managua, Carlos Avilés, en vez de condescender misericordiosamente con los que sufren en nuestro caribe norte, él hablaba, desde sus caracterizadas y frecuentes proclamas, de temas políticos que nada tienen que ver con la realidad del país, pero sí mucho con su agenda perversa y lo afirmo así porque lo conocí personalmente en el fracasado diálogo nacional de 2018 como coordinador de una de las mesas en las que participé y lo que miraba en él no era a un sacerdote sino a un individuo pedante, arrogante y prepotente que actuaba en función de los propósitos golpistas de aquellos tiempos para que se hiciera lo que el partido Conferencia Episcopal quería.
Pero lo cómico de estos oposicionistas, sean estos sotanudos, empresarios de maletín, defensores de terroristas, ONGs, siglas que se dicen pueblo o cualquier otra cosa que se les ocurra, llaman a la población a protegerse y redactan de tal manera los pírricos dos párrafos que sacan en elegantes PDF por las redes sociales, que además son para salir del paso, de una manera qué uno debe entender que han sido ellos, gracias a sus llamados, quienes salvaron las vidas de las personas que obedientes a sus instrucciones se auto evacuaron y se pusieron a buen resguardo.
¿Saben qué hacen muchos de esos individuos que en el oposicionismo hacen rodar lágrimas de cocodrilos sobre sus mejillas cuando calamidades de la naturaleza nos golpean?
No voy a mencionar nombre alguno porque de por medio está una persona muerta que en tiempos de Arnoldo Alemán fue un alto funcionario del PLC y del gobierno, y al menos yo no hablo de quienes no pueden defenderse, pero la esposa del difunto cuando el Huracán Micht hizo su devastador pasó por Nicaragua, realizó el negocio de su vida, porque como si se tratara de poner a un ratón a cuidar el queso, donaciones que veían por diferentes vías quedaron bajo su “resguardo” y adivinen qué la que hoy es viuda puso varias tiendas porque lo mejor de lo venía pasaba por su filtro y en ella quedaba.
Toda hipocresía golpea y ningún corrupto debería vestirse de angelito porque calladitos están mejor y así como este caso, el de la viuda, que es solo un ejemplo, hay muchos en la acera del oposicionismo que refrescar, pero en su momento, porque ahora solo nos corresponde ser parte de la voluntad de quienes tenemos por propósitos salvar con franqueza y sinceridad la vida de las personas y los medios de comunicación tenemos mucha esperanza que dar y trasladar a los sufridos porque es mucho más techo, alimentación y abrigo que las mentiras de aquellos manipuladores que por estar apegados a sus altas comodidades no son capaces de interpretar el dolor ajeno.
Por: Moisés Absalón Pastora.