Se puede decir con certeza que la revolución interna que escaló a partir del asesinato de George Floyd, el 25 de mayo, aceleró la decisión del inquilino de la Casa Blanca
El 29 de diciembre de 2018, el analista argentino Diego Pappalardo anticipó que Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, dejaría de cumplir con el rol de gendarme mundial.
En un artículo publicado por el blog mexicano Sin Compromisos, Pappalardo lo explicó de la siguiente manera:
Siendo así, insistimos en que la transformación del rol de gendarme mundial de los Estados Unidos es un constitutivo neurálgico en la primera fase empírica del enfoque trumpiano, porque algunas piezas configurantes del entorno del Proyecto priorizan la lucha dentro de los Estados Unidos con la finalidad de asumir fácticamente el control del país frente a la coalición de facciones que están sufriendo fragmentariamente el desmantelamiento de su poder e influencia desde enero de 2017. En consecuencia, al ser muy fuerte el área antagonista de Trump, el presidente y esos grupos que lo sustentan evaluaron razonablemente la complicación riesgosa de contender, concomitantemente, de la misma forma y en la misma intensidad, tanto en la zona americana como en el resto de los espacios abiertos globales.
De modo que optaron por pelear exigentemente en el escenario de los Estados Unidos, pero sin desconectarse totalmente del mundo, hasta tanto se reestructure el país y sea rescatado de su declive para ascenderlo nuevamente al podio de preeminencia mundial.¹
Pues bien, Trump anunció el pasado 13 de junio, en la emblemática academia militar de West Point, que los Estados Unidos de América dejaban de ser «el gendarme del mundo».²
Cuando Pappalardo escribió eso habían ocurrido algunos ataques contra Trump, otros, sin embargo, quizá ni siquiera estaban dentro de los planes de sus adversarios globalistas (con los Soros, los Obama, los Clinton, los Biden y Nancy Pelosi a la cabeza).
Aquel 29 de diciembre de 2018, Trump había controlado las movilizaciones feministas organizadas por las fundaciones sorosianas, y había obligado al gobierno de México a militarizar el país para evitar que las caravanas de migrantes (financiadas y controladas por Soros) pudieran cruzar la frontera sur de los Estados Unidos. Al inquilino de la Casa Blanca le fue suficiente amenazar con la imposición progresiva de aranceles a las importaciones mexicanas para salirse con la suya.
El magnate convertido en presidente de los EE.UU. mantenía entonces —y la mantiene hoy— una feroz lucha contra los medios de comunicación globalistas y sus noticias falsas (fake news); también, contra las facciones demócratas que lo acusaban de haber recibido ayuda ilegal de Rusia para ganar las elecciones de noviembre de 2016.
Trump superó la «trama rusa», pero sigue su litigio contra los medios de comunicación globalistas (con la CNN a la cabeza); téngase presente su guerra abierta contra Twitter, CNN e, incluso, La Voz de América (que pertenece ¡al gobierno de los EE.UU.!).
Lo que no se imaginaba Trump, a finales de 2018, es que la izquierda globalista le iba a desestabilizar el país a mediados de 2020, luego del asesinato del ciudadano afroamericano, George Floyd, perpetrado por un policía de Minneapolis, el 25 de mayo del presente año.
Soros y compañía lanzaron a las calles de decenas de ciudades de los Estados Unidos a fogueados activistas profesionales al grito de «Black lives matter» («Las vidas negras también importan»). Lo mismo hicieron en otras urbes del mundo, con el fin de agudizar la presión contra mister Donald.
Trump encomendó al Ejército la seguridad de la capital, Washington, y entró en conflicto con alcaldes y gobernadores que se opusieron a la militarización del país. Entre ellos, mencionaremos de manera muy especial a los demócratas Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, y a Andrew Cuomo, gobernador del estado del mismo nombre.
Trump tampoco se imaginaba que la pandemia de Covid-19 —pronosticada en 2015 por Bill Gates, fundador de Microsoft y correligionario de Soros— iba a causar tanta devastación en los Estados Unidos.
Coincidimos con el colega argentino Diego Pappalardo en que el grupo trumpiano optó por controlar la revolución interna sorosiana-demócrata-globalista sin tener que sufrir, además, el desgaste que le representaría mantener el rol de gendarme del mundo —que tanto agradó a los dos presidentes Bush, a Bill Clinton y a Barack Obama—.
Diego Pappalardo concluyó su artículo con las siguientes palabras:
Por último, corresponde puntualizar, que ese trazado trumpiano es alentado como respuesta única a los procesos globales imparables que, entre otras singularidades, expresan el desgaste político, económico y moral de EE.UU. y el encumbramiento de los centros de gestión chinos, turcos, iraníes, rusos e indios porque el unipolarismo ha muerto.³
Por nuestra parte, sólo agregaríamos —de momento— dos datos concretos:
El presidente de China, Xi Jinping, tiene el control absoluto de su país, y se podrá reelegir cuantas veces quiera. Xi se dispone a ocupar los espacios que deje Trump en el lejano oriente. (Digamos a manera de ejemplo, que ya inició negociaciones con Japón y Corea del Sur para firmar sendos tratados de libre comercio). Al buen entendedor…
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, también tiene el control absoluto de su país, al que convirtió ya en la primera potencia militar. Al igual que Xi, Putin se podrá reelegir…
Las luchas intestinas han mermado la fuerza de los Estados Unidos; China y Rusia, en cambio —para bien o para mal— no padecen de la corrosión democrática.
El unipolarismo, en efecto, ha muerto. Sin embargo, cabe la pregunta: ¿será para bien de la humanidad? Usted tiene la mejor opinión.
Referencias electrónicas:
Diego Pappalardo. «Estados Unidos se retira de Siria». Sin Compromisos. (Publicado el 29 de diciembre de 2018). Consultado en https://periodismosincompromisos.wordpress.com/2018/12/29/estados-unidos-se-retira-de-siria/
Sputnik Mundo. «Donald Trump promete terminar con “la era de las guerras interminables”». Sección de Política. (Publicado el 14 de junio de 2020). Consultado en https://sptnkne.ws/CFgx
Diego Pappalardo. «Estados Unidos se retira de Siria». Sin Compromisos. (Publicado el 29 de diciembre de 2018). Consultado en https://periodismosincompromisos.wordpress.com/2018/12/29/estados-unidos-se-retira-de-siria/