No tengo una respuesta para determinar porqué cíclicamente se producen situaciones en las que de por medio hay patrones que se repiten y se convierten en agentes exterminadores que estremecen y enlutan a la sociedad en su conjunto, pero sí es curioso observar que las unidades de buses de transporte colectivo, cuyos conductores son irresponsables, de cuando en vez, se convierten en pandemias matando gentes en cualquier parte del país y sean al final una especie de espejo para otros en su mismo ramo como los taxis o las mototaxis o caponeras, que siempre hacen lo que quieren, manejan como quieren y se meten por dónde quieren y son causantes de la alta accidentalidad que todos los lunes denuncia tránsito nacional en sus habituales conferencias de prensa. No tengo idea qué porcentaje de muertos por accidentes de tránsito existan en nuestros cementerios, pero sí de algo estoy seguro es que no no son pocos y la estadística seguirá creciendo porque somos irresponsables.
A la par de la bestialidad motriz que causan muchos vehículos que ruedan por el país, conducidos por criminales que van borrachos, drogados o simplemente que accidentan o matan porque no tienen el menor sentido de la responsabilidad, también cíclicamente hacen su aparición asesinos que hacen de la mujer un objetivo y las terminan matando porque son misógenos, de esos que odian al sexo femenino o porque por robar un pinche celular, a lo mejor celular chiclero, acaban con la vida de una niña de manera cruel, despiadada y salvaje.
Recién los nicaragüenses, después de un buen rato de no saber de mujeres asesinadas, hemos sido despertados por dos pesadillas en las que por un lado un tipo al que la “Alianza Cínica” tiene como ex-prisionero político asesinó a su esposa, además embarazada en Jinotepe y por otro el caso de una jovencita, una niña de 17 años asesinada en Chichigalpa por un taxista, delincuente con un amplio record de criminalidad y líder “democrático”, que estuvo al frente de los tranques, que a punto de gata, maneral y patadas, acabó con la vida de una criatura solo por robarle un pinche celular y espero que a ese par de maricones les caiga todo el peso de la ley.
Estos dos crímenes, aunado al rescate de otras dos niñas que pretendieron ser secuestradas, claramente por abusadores de mujeres, volvió a poner sobre la mesa el tema del femicidio por un lado y por otro el planteamiento de la pena de muerte para los hechores de estos graves delitos y quiero detenerme en esto porque de pronto conferimos más importancia al debate sobre si es femicidio el que se comete cuando alguien acaba con la vida de una mujer siempre y cuando exista una relación directa con ella o si no lo es cuando el criminal ni siquiera la conoce y por supuesto si el misógeno, que además de asesino puede también ser violador, debería ser castrado física o químicamente con la receta de 30 años de cárcel o simplemente recetarle la pena de muerte.
Yo no pierdo tiempo en el tema del debate alrededor de la misoginia, francamente para mí eso solo obedece al alto interés de algunas organizaciones no gubernamentales, que además son actúan como agentes políticos, a las que les interesa el tema solo para agrandar estadísticas de las que culpan al gobierno para justificar la plata que reciben desde afuera a manos llenas.
Un asesinato es un asesinato y su pena está establecida por la ley y cuando su raíz es misónega la pena es de 30 años que pienso no deberían ser conmutables. ¿Y en cuanto a la pena de muerte no es acaso más doloroso que un asesino, siempre y cuando no tenga la menor oportunidad de ser excarcelado, se la pase tras las rejas 30 años sufriendo y padeciendo por lo que hizo, no es eso más duro que la muerte misma con la que a lo mejor se le premiaría?
Como siempre he dicho no me considero dueño de ninguna razón y por eso mismo no creo en las verdades absolutas pero lo que expongo aquí es solo mi punto de vista y por ese mismo punto de vista, que el medio donde estoy me permite trasladarlo con toda libertad y sin tremor al qué dirán, cuando supe lo del asesino de Jinotepe que acabó de una puñalada con la vida de su esposa, que además estaba embarazada, y me enteré de lo de la niña molida a golpes en Chichigalpa, lo único que puse como comentario en Facebook y en interrogante es que si los hechores por casualidad habían sido “Prisioneros Políticos” e inmediatamente se lanzó sobre mí el más letal serpentero de la “Alianza Cínica”.
Cuando pregunté, queriendo decir con seguridad que estos eran de los llamados “prisioneros políticos” me dijeron que ya estaba politizando un acto doloroso, pero tenía razón en mi afirmación. De un hecho así cualquiera que haga un manejo político es detestable y como no lo hice con ese fin me resbala que haya quien piense que lo hice con ese fin, pero como siempre escarbo para tocar o llegar al origen no me equivoqué porque el asesino que mató a su esposa embarazada en Jinotepe, donde torturaron y acabaron con la vida de Bismarck Martínez, fue excarcelado y amnistiado por delitos brutales perpetrados en los tranques y estaba en el listado de los llamados “prisioneros políticos” de la Alianza Cínica y se advirtió a la representación oposicionista en el INCAE del tipo de murcielaguito por el que estaban abogando y que ellos insistían era un “angelito” y tampoco me equivoqué con el taxista asesino de Chichigalpa porque este también estuvo en los tranques como altísimo “paladín y libertador” de la democracia y quien molió a golpes, maneral y gata en mano, a una pobre criatura que iba rumbo a su centro escolar para matricularse al que nunca llegó porque fue asesinada por robarle un celular.
Artículos Relacionados
Dicho todo lo anterior, ahora sí voy al tema político, es necesario que los nicaragüenses estemos claros que en el contexto de los eventos derivados del 18 de abril de 2018 toda la delincuencia del país, además muy bien pagada, partiendo de aquello de que en rio revuelto la ganancia es de pescadores, realizaron que estaban en su charco y por eso hicieron de los tranques un arma para estrangular al país, -financiados por supuesto por el imperio y el narcotráfico- y desde los mismos hicieron sus propios negocios, pero además centros de tortura, de detención y de muertes y cuando entonces la gota rebalsó el barril y el Presidente Ortega dio la orden para liberar a Nicaragua de sus secuestradores, todas esas cucarachas que nos tenían a todos en calidad de rehén huyeron del país, bien cargadas de riales con la seguridad de que como el gobierno constitucionalmente electo de Nicaragua caería ellos volverían después como sí nada a recibir sus expedientes abiertos en la policía totalmente limpios como premio por haber puesto en la presidencia a los delincuentes de corbata que por ser empresarios, banqueros e intelectuales creen que son menos criminales que sus imaginarios “Prisioneros políticos”.
Ahora sucede, y nuestros “gloriosos azulitos” lo saben, que todos estos esperpentos del crimen organizado y bendecido por algunos obispos y sacerdotes de la iglesia católica, están regresando particularmente de Costa Rica porque se les acabó el dinero manchado de sangre que se llevaron y porque se hartaron de dormir en las calles de San José sobre tucos de cartón y plástico, mientras que la realeza golpista regresó y seguirá regresando con la cola entre las patas para decir que lo hace aunque no haya condiciones para el retorno y mientras repite a sus tontos útiles, que andan pidiendo para comer en la capital costarricense, que mejor se queden allá porque aquí no sirven y de eso han hecho una mercancía que solo tiene mercado en un discurso político donde la tal “diáspora” es solo un cuento para conseguir más financiamiento para la dulce vita que ha hecho el oposicionismo para vivir en nuestro país como rey y país que usa solo para dormir porque se la pasan en avión viajando por el mundo para repetir mentiras que pocos los que las creen porque la realidad que vive Nicaragua es otra y solo es asaltada por las atrocidades y crímenes que comenten los tales “prisioneros políticos”.
Esta calaña de la que hablo está volviendo y una vez aquí, ya cuando el oposicionismo no pudo evitar ese retorno, entonces los inducen desde sus descarados llamados a la violencia, a la sedición y al terrorismo, en los mercenarios medios de desinformación que financia el imperio como instrumento de desestabilización, para que cometan asesinatos, robos o cualquier hecho vandálico para oscurecer la imagen del país y ponerlo como un lugar peligroso e invivible.
Nuestros “azulitos” cada vez y cuando descubran en las investigaciones que hacen sobre cualquier delito y tengan bajo captura a los hechores, deberían agregar, en el caso de que exista certeza de ello, si el delincuente es un “prisionero político” o si es un “libertador y salvador” de esos que estuvieron en los tranques donde violaron, torturaron, quemaron y asesinaron policías para que aquellos que aún no quieren leer, ver y oír, sepan en qué clase de chiquero se están revolcando.
QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.
Por: Moisés Absalón Pastora.
https://redvolucion.net/2020/01/30/asesinos-de-mujeres/