Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

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Qué es y cómo opera la temida Mara Salvatrucha



Los miembros de la Mara Salvatrucha pertenecen a una generación marcada por la guerra, el rechazo y la delincuencia.
Los miles de hombres intimidantes tatuados de pies a cabeza que cometen los más horrendos crímenes en América empezaron como jovencitos roqueros que vestían camisetas de AC/DC.

 ¿De dónde vienen? ¿Para quién trabajan? ¿Están en Nicaragua?

Esta es la historia de la temida MS-13.

Las hormigas marabunta no tienen miedo de devorar a un animal más grande que ellas.

Se organizan y atacan. Muerden, devoran y destruyen sin piedad cualquier cosa que se interponga en su camino.

Si las marabunta tienen que cruzar un río, las menos importantes se sacrifican y se ponen de puente para que otras, las líderes, logren hacerlo.

Las de abajo, las débiles, entran en un estado de catalepsia provocada por la presión de las que caminan encaramadas en ellas.

 Pero así es la vida de las marabunta. Por la pandilla se vive y por la pandilla se muere. Como en la Mara Salvatrucha.

No es casualidad que las hormigas marabunta, también llamadas legendarias o guerreras, sean la respuesta a una de las tantas interrogantes que deja la Mara Salvatrucha: ¿por qué el nombre de Mara?

La teoría apunta a que la especie humana está imitando a la especie animal.

La Mara Salvatrucha, conocida como MS-13, es una de las pandillas más peligrosas del mundo y un dato lo refleja bien: gracias a esta El Salvador, Honduras y Guatemala, el llamado Triángulo del Norte, es considerado, en tiempos de paz, el lugar más violento del mundo.

En Centroamérica las principales actividades delictivas de la pandilla son la extorsión, el tráfico de personas, el narcotráfico, secuestro, control del mercado ilegal de droga, el cobro de peaje a compañías de autobuses, etc.

 “En Estados Unidos, por el contrario, la pandilla opera más como una pandilla callejera estadounidense, con un énfasis en las ventas locales de droga y la ‘protección’ del territorio urbano”, destaca la organización Insight Crime, una organización que investiga amenazas de seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica.

En Nicaragua recientemente se han disparado las alarmas por la captura de Sergio Umaña, un presunto miembro de la Mara Salvatrucha que fue acusado de crimen organizado, transporte internacional de droga, lavado de dinero y otros delitos.

Sin embargo, los expertos consultados aseguran que la presencia de la MS-13 en Nicaragua apenas es testimonial, nada comparada con la intensidad con la que se ha desarrollado en el Triángulo del Norte.

La Mara Salvatrucha no cuaja en Nicaragua

Los líderes de la Mara Salvatrucha, un selectivo grupo llamado La Ranfla, operan desde la prisión. LA PRENSA/ El Diario de Hoy

Roberto Valencia es un periodista e investigador del diario digital salvadoreño El Faro. Valencia ha publicado e investigado temas relacionados con la Mara Salvatrucha en Nicaragua y describe el caso como curioso, ya que en el país las maras apenas tienen una presencia “testimonial”, comparada con la fuerza con que se ha establecido en los países del Triángulo del Norte (Guatemala, Honduras y El Salvador).

“La presencia de la Mara Salvatrucha no ha cuajado.

Nos consta que tenían entre sus objetivos tener ahí (en Nicaragua) una retaguardia, pero no cuajó. Ahí (en Nicaragua) hay pandillas, pero no son maras”, explica Valencia, vía audio desde San Salvador.

Francisco Bautista Lara, fundador de la Policía en Nicaragua, ex subdirector y comisionado en retiro de la misma, explica que, según lo que ha leído en las noticias, en Nicaragua no interpreta un fenómeno de maras en el modelo salvadoreño, hondureño o guatemalteco, sino que lo que interpreta es un grupo de crimen organizado actuando y operando en Nicaragua que tuvo un origen o un antecedente por haber participado en la Mara Salvatrucha.

 “El ser Mara, implica una especie de código, de relaciones, de vínculos, es una especie de logia que tiene simbología, esquema, lenguajes.

Y esa organización está inserta en la estructura social; en la comunidad, en la familia, en el núcleo social. Esa no existe aún en Nicaragua”, explica Bautista Lara.


El Salvador empezó a implementar medidas para combatir a la Mara Salvatrucha con mayor intensidad a finales de 2015; algunas de esas medidas fueron usar las fuerzas armadas con mucho más ímpetu, planes conjuntos entre la Policía y el Ejército, controles en los sistemas penales, etc.

Estas acciones provocaron que las pandillas y sus miembros empezaran a buscar refugio en el exterior y en países vecinos ante la presión operativa de las fuerzas militares.

Casos de mareros en Nicaragua



Sergio Antonio Umaña Salamanca, presunto miembro de la MS – 13. LA PRENSA/ Alejandro Flores

1. Sergio Antonio Umaña Salamanca:

El caso más reciente de la Mara Salvatrucha en Nicaragua explotó hace unas semanas, cuando se supo que Sergio Antonio Umaña Salamanca, miembro de la MS-13, lideraba una banda de narcotráfico en el país y que además tenía cédula nicaragüense.

Él dirigía una banda denominada “La Clica”, establecida en las playas Padre Ramos, Venecia, Mechapa, Potosí y Punta Ñata de Chinandega.

Allí se encargaba de dirigir a esta organización que hacía trasiego y tumbe de drogas en altamar. Umaña residía en El Salvador, pero venía a Nicaragua de forma ilegal por vía acuática.

Al detenido se le incautaron tres propiedades, incluida una finca con más de 110 manzanas de tierra.

2. Juan Elías García:

Fue detenido en Nicaragua, el 26 de marzo de 2014.

Él es un marero que estaba en la lista de las 10 personas más buscadas por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI por sus siglas en inglés).

 Lo buscaban porque estaba acusado de haber matado a su novia y al hijo de ella en Nueva York, cuatro años atrás.

Según detalló el FBI, en esa época, García mató a su novia por respeto a su pandilla porque ella tenía vínculos con un grupo rival.

Antes de ser capturado se ofrecía una recompensa de 100 mil dólares a quien condujera a su captura.

3. Pandillas en Madriz:

En el departamento de Madriz se supo de diez casos de pandillas que estaban influenciadas por la Mara. Los municipios de Somoto y San Lucas fueron los más afectados, según detalla un reportaje de Insight Crime, una organización que investiga amenazas de seguridad nacional y ciudadana en Latinoamérica.

Además, afirma que en ambos lugares hay dos bandos de pandillas, la MS-13 y la M-18, y los jóvenes que los forman suman aproximadamente 800.

4. “El Trece”:

Antes de que capturaran a Juan Elías García, en Nicaragua capturaron a “El Trece”, un pandillero y homicida que hasta ese momento, en 2012, tenía una condena que sumaba 86 años.

Él es uno de los líderes más respetados de la MS-13 y su poder es tanto que tiene una lista de nombres oficiales.

 A veces se llama Saúl Antonio Turcios, otras Hugo Ernesto Márquez y también es conocido como Omar Alexander Márquez.

“El Trece” estaba preso, pero se escapó en 2008 y apareció en Nicaragua al año siguiente.

Lo capturaron en Chichigalpa, Chinandega, cerca de un circo. Intentó sobornar a los policías, pero no lo consiguió, detalla un reportaje de El Faro. Ese año, según declaró la directora de la Policía Nacional, primera comisionada Aminta Granera, en el 2009 se capturó al mayor número de pandilleros profesionales en Nicaragua. Siete de ellos pertenecían a la Mara Salvatrucha y siete a la mara M-18.

“El Trece”, es uno de los mareros más peligrosos que han sido capturados en el país. LAPRENSA/Archivo

5. Ocho mareros:

Un grupo de ocho miembros de la mara fueron capturados en Villa 15 de Julio, ubicada a 20 kilómetros al norte de Chinandega, en 2011.

Según declaró, en ese entonces, el comisado mayor Douglas Pichardo, este grupo tenía vínculos en Somotillo, Villa 15 de Julio y Potosí.

El último en entregarse fue Edwin Omar Cáceres, quien usaba un nombre falso.

Todos fueron deportados.

Roberto Valencia visitó Nicaragua hace unos años para estudiar la presencia de la MS-13 en el país. “Nos consta que ha habido un interés muy explícito, no solo de la Mara Salvatrucha, sino también del Barrio 18, de ganar Nicaragua para la causa, pero también nos consta que la sociedad nicaragüense tiene unas barreras sociales para el control de este fenómeno o para que se les dificulte tanto la proliferación que han hecho que la presencia del fenómeno de las maras en Nicaragua sea testimonial”, dice Valencia.

El experto en temas de Seguridad Roberto Orozco había expresado anteriormente a LA PRENSA que “con solo el proceso judicial ya se está confirmando que las maras están presente en Nicaragua y no solo están presente, sino que están operando en Chinandega y Estelí, donde históricamente han tenido presencia, pero ahora con niveles de organización y ese es el punto”.

En Chichigalpa, Chinandega, por ejemplo, en 2012 fue capturado Saúl Antonio Turcios, conocido como “El Trece” y líder de uno de los programas más fuertes de la Mara Salvatrucha, La Libertad.

Se había fugado de El Salvador, explica Roberto Valencia.

En el caso de la Mara Salvatrucha, el fenómeno de la migración ha sido determinante para su formación y desarrollo. Por ejemplo, los lugares donde la MS-13 tiene mayor presencia es en la ruta migratoria centroamericana: Honduras, El Salvador, Guatemala, el sur de México y finalmente Estados Unidos.

El Salvadortiene un gran flujo migratorio. Se estima que unos tres millones de salvadoreños viven fuera del país.

En esos flujos migratorios, explica Valencia, suele irse el germen de la pandilla.

 “Hay presencias notables en Estados Unidos y en Milán, Italia, donde hay una comunidad de salvadoreños establecida que se estima forman unas 50 mil personas”, dice el periodista.

Sin embargo, el origen de la Mara Salvatrucha no está en El Salvador. Como decíamos antes, los integrantes de la MS-13 conforman una generación marcada por la guerra y el rechazo. El germen dio sus frutos más jugosos en El Salvador, pero la semilla se sembró en Los Ángeles, a finales del siglo pasado.

El génesis de la Mara Salvatrucha

A pesar de que es una pandilla transnacional, la Mara Salvatrucha tiene su núcleo en las cárceles de El Salvador. 

La Mara Salvatrucha nació por la guerra. Francisco Bautista Lara explica que lo que marcó aquella generación fue una triple exclusión que comenzó en su propio país.

A finales de la década de los setenta y durante la década de los ochenta los salvadoreños tuvieron una guerra que hizo que la población más vulnerable tuviera que abandonar el país por la violencia armada que enfrentaban.

Estas personas se refugiaron en Estados Unidos, principalmente en Los Ángeles.

 “Los salvadoreños que abandonaron el país no fueron acogidos de manera amplia y tuvieron que insertarse por sus propios mecanismos y enfrentarse a un alto nivel de exclusión”, explica Lara.

Esa fue su segunda exclusión; la primera había sido la de su propio país gracias a la guerra.

Llegaron a un destino que no los acogió y debían sobrevivir, así que empezaron a hacerlo en lo subterráneo y en condiciones de rechazo.

El Faro explica que en Los Ángeles, a finales de los años setenta la Mara Salvatrucha “era solo una pandilla de adolescentes desarrapados y aficionados al heavy metal.

Se hacían llamar ‘stoners’ en traducción del término “roquero” y por influencia de los Rolling Stones, como muchos otros grupos de jóvenes que por esos días consumían rock y marihuana en las esquinas y parques de sus barrios”, dice el medio digital salvadoreño.

Ningún “stoner” era mayor de 18 años y la mayoría de ellos eran migrantes salvadoreños que llegaron huyendo de la guerra y la pobreza de su país de origen.

Pero ellos se sentían malvados. “Vestían jeans ajustados y rotos a la altura de las rodillas, camisas negras con portadas de discos de AC/DC, Led Zeppelin o KISS, y largas melenas que gritaban rebeldía”, narra una extensa investigación de El Faro.

Empezaron peleándose con grupos similares a ellos; robaban caseteras de los carros y se hacían respetar en las escuelas. Incluso, algunos presumían de ser satánicos, cantando por las calles Hell Bent for Leather, de Judas Priest.

Poco a poco, los primeros miembros de la Mara Salvatrucha empezaron a crecer a medida que más migrantes llegaban a Estados Unidos. Ganaban territorio con peleas y los defendían con armas. Empezaron a unirse y a buscar protección de bandas importantes como la Mafia Mexicana, en cuyo nombre adoptaron el número 13.

La tercera exclusión de esta violenta generación llegó cuando la guerra terminó, según Francisco Bautista Lara. “¿Qué sucede cuando termina la guerra en el 92?

Los flujos migratorios de Estados Unidos empezaron a incrementar de forma significativa. Solo el año pasado, 20 mil salvadoreños fueron deportados de los Estados Unidos.

 Pero no es solamente el año pasado, eso ha ocurrido en los últimos 10 o 15 años”, dice Bautista Lara.

Héctor Silva Ávalos, periodista salvadoreño e investigador de InsightCrime.org, explica que “la mayor parte de comunidades migrantes vienen a barrios de la costa este de Estados Unidos, de mucha criminalidad y de mucha pobreza ya existente y una de las respuestas a esto es la violencia y la formación de estas pandillas criminales centroamericanas en Estados Unidos.

Luego la dinámica estadounidense hace que a muchos pandilleros se les deporte y vuelvan a El Salvador a hacer crecer la pandilla”.

Llegaron a un país devastado que no supo cómo recibirlos, sin trabajo, sin opciones y sin vida. Excluidos por tercera vez.

 “Eso comenzó a alimentar estos grupos insertados en la comunidad y comenzaron a desarrollar métodos violentos para enfrentarse al sistema institucional y la sociedad”, explica Lara.

A pesar de que en Nicaragua sucedió lo mismo durante los años ochenta, cuando miles de nicaragüenses huyeron hacia Estados Unidos por la guerra, los expertos aseguran que la diferencia fue que sí se les recibió bien.

Los salvadoreños regresaron a vivir la vida que llevaban en Los Ángeles: la de pandillas.

La Mara Salvatrucha se convirtió en una alternativa de vida para niños y jóvenes.

No hay salida

La Mara 18 es una de las pandillas enemigas de la Mara Salvatrucha. LA PRENSA/Archivo

Cuando se le pregunta a Roberto Valencia qué tipo de crímenes comete la Mara Salvatrucha, con una risa casi resignada responde que casi todos los que están en el Código Penal.

“Homicidio, violación, extorsión, robo.

Son los más tradicionales”, dice.

Basta pronunciar el nombre de la Mara Salvatrucha para provocar miedo. En el Triángulo del Norte, el lugar más violento en tiempos de paz, comunidades enteras deben vivir a merced de las clicas (células formadas por varios miembros de la MS).

Algunos estudios han evidenciado que la MS-13 es una opción para jóvenes y niños que viven en la pobreza, en hogares disfuncionales y problemáticos.

No por gusto un estudio de la Universidad de Florida señala que las edades promedio en las que los miembros de la Mara Salvatrucha se involucran son entre los 9 y los 12 años.

De alguna forma, la Mara representa una alternativa de vida estable para quienes pertenecen a esta: una familia, personas, un ingreso de dinero para mantener a su familia, etc. Entre las tareas que se imponen en las clicas están la venta de drogas.

Si uno de los miembros logra venderla, se queda una parte como ganancia.

Eso sí, de la Mara Salvatrucha no hay salida. Los pocos que logran huir de las garras de la MS-13 solo pueden hacerlo por dos vías: la muerte y la religión, y esta última tampoco es garantía de una vida en paz, ya que sus viejos compañeros querrán seguir dándole vida a su lema: vive por la mara o muere por la mara.

O mueren o siguen viviendo como hormigas marabunta, devorando todo a su paso.

La historia tras el número


Los rituales de la Mara Salvatrucha giran alrededor de su número, el 13. LA PRENSA/ Cortesía de El Diario de Hoy

Hay muchas teorías sobre el uso del número 13 en la Mara Salvatrucha.

Una de ellas, que incluso ha sido mencionada por el expresidente de El Salvador, Mauricio Funes, dice es porque la Mara Salvatrucha nació en la calle 13 del suroeste de Los Ángeles. Pero es errada.

Una investigación del periódico digital salvadoreño El Faro, realizada en 2012, indica que si bien el número 13 se usa porque la letra M es la número 13 del abecedario, no es para hacer referencia a la eme de Mara, sino a la Mafia Mexicana, conocida en el mundo de las pandillas solo como “La eMe”.

La Mara Salvatrucha acuñó el 13 para rendir pleitesía a la Mafia Mexicana.

A finales de los años cincuenta en una correccional ubicada cerca de San Francisco, California, Estados Unidos, una docena de adolescentes de distintas pandillas decidieron crear una pandilla líder.

“Una banda integrada por los delincuentes juveniles de peor reputación y destinada a controlar por la fuerza ese y cualquier reclusorio al que los enviaran”, explica la investigación de El Faro. Aquella pandilla tendría un gran nombre y pequeños integrantes: se llamó la Mafia Mexicana y estaba conformada por menores de edad condenados por pequeños delitos.

A costa de brutales asesinatos, la pandilla logró tomar el control en cada cárcel en la que fueron ubicados.

Para inicios de los años setenta, a pesar de que solo estaba conformada por unos 30 integrantes, la fama de la Mafia se había extendido por todo el Sistema Penitenciario de California.

“Y atemorizaba desde allí a casi todos los pandilleros latinos que se sabían predestinados a pasar en algún momento por sus dominios amurallados”, resalta el diario.

 Con el tiempo, en el mundo pandilleril bastaba mencionar la letra eme para referirse a ella.

A finales de la década de los ochenta, para obtener protección de la Mafia Mexicana que dominaba las cárceles y evitar caer en sus violentas manos, las pandillas latinas del sur de California comenzaron a identificarse como Sureñas e incorporaron el número 13 como tributo a la letra M (la número 13 en el alfabeto) que representaba a la Mafia: Florencia 13, Artesia 13, Norwalk 13 y claro, la MS-13.

“Los primeros en entrar a los dominios de la eMe sufrieron las violentas consecuencias de la indefensión, pero para finales de la década toda la pandilla había entendido que necesitaba el blindaje del 13”, dice el medio salvadoreño.

Fuente: El Faro

Origen del nombre


En El Salvador, comunidades enteras viven a merced de los mareros. LAPRENSA/Cortesía de El Diario de Hoy, de El Salvador

Alrededor del nombre de la Mara Salvatrucha giran varias teorías.

Una de ellas asegura que fue por una calle de San Salvador llamada “Mara”. Sin embargo, tal calle no existe.

Otra, dice que viene del nombre de una guerrilla que había peleado en la guerra civil de El Salvador.

Sin embargo, la más común asegura que el nombre “Mara” viene de la marabunta, una agresiva hormiga que arrasa todo lo que encuentra a su paso para sobrevivir.

También es conocida como hormiga guerrera y hormiga legionaria. Tan temible y respetada, que se hizo una película llamada Cuando ruge la marabunta (The naked jungle, 1954), que fue protagonizada por Charlton Heston.

Salvatrucha

El apellido de esta pandilla, el Salvatrucha, tiene otras teorías: una de ellas dice que es una combinación de “Salva”, que hace referencia a salvadoreño o El Salvador y Trucha, un término usado para referirse a una persona “aguda”, “inteligente” o “alerta”.

También, algunos portales aseguran que en algún tiempo el término “Salvatrucha” se usó como término despectivo para referirse a los salvadoreños.


Los tatuajes de la Mara Salvatrucha



Uno de los elementos de comunicación e identificación para los miembros de la Mara Salvatrucha son los tatuajes. Los tatuajes de un marero pueden determinar el lugar de donde viene, cuántos asesinatos ha cometido, tipos de delitos, la posición que ocupa dentro de la Mara o puede también denotar lealtad.

El diario hondureño El Heraldo consultó a un experto en maras para descifrar el significado de los tatuajes más comunes de la banda delictiva.

 Asimismo, el diario El País determinó algunos significados tras una entrevista realizada a un exmarero.

Identificación: llevan tatuajes con las siglas de la pandilla: MS-13 o simplemente su nombre “Mara Salvatrucha” dibujado con letras góticas en lugares visibles como el cuello, la cabeza, el pecho, las manos, los brazos e incluso el rostro.

Plegarias: el dibujo de dos manos juntas, a veces incluido un rosario, en posición de oración, quiere decir: “Perdona, madre mía, por mi vida loca”. La frase implica el reconocimiento de que un marero no puede dejar la vida pandilleril o sus madres pueden ser asesinadas como represalia.

Telarañas: según un artículo publicado por El País, las telarañas significan que una persona está atrapada en las drogas; otro publicado por el diario El Heraldo asegura que se encuentran tatuadas en hombros, rodillas, partes visibles del cuerpo y significan poder y expansión.

Alambre de púas: las púas representan el sometimiento a la vida pandilleril. Es común ver este tipo de tatuajes en lugares cilíndricos del cuerpo, como los brazos, piernas y hasta en el cuello.
Los tres puntos: entre los miembros de la Mara Salvatrucha es común encontrar un tatuaje que consiste en tres puntos que forman un triángulo, el cual significa “mi vida loca”.

Jesucristo: es especialmente común en los pertenecientes a la MS-13 la imagen de Jesucristo crucificado con una corona de espinas y barba, lugares donde suelen incluir una M y una S.

Lágrimas negras: las pequeñas gotas negras en la cara simbolizan la muerte de una persona. Puede ser un alguien querido. Figuras satánicas: son para intimidar al enemigo, significa que es un guerrero.

Lápidas y cruces: las lápidas como tatuaje significan que un marero fue herido en algún enfrentamiento con otra pandilla. Las cruces representan a amigos de la hermandad de la Mara que están muertos.

Mujeres: cuando tienen tatuadas a mujeres desnudas se asocia a que obliga a las mujeres que pertenecen a la mara a prostituirse; en cambio, si tiene Vírgenes, evidencia su relación con los delitos sexuales que ha cometido.

Los cuernos del diablo: una mano con el dedo índice y el meñique levantado y los otros dos dedos del centro hacia abajo simbolizan unos cuernos que significan liderazgo. También se hace referencia a una eme invertida. El símbolo también puede hacerse con las dos manos unidas, solo levantando el meñique en cada una.

Tatuajes en el rostro: Carlos (llamado así para proteger su identidad), un exintegrante de la Mara Salvatrucha, aseguró al diario El País, que tatuarse en la cara es una vía de escape para no realizar operaciones directas.

“Un man tatuado en la cara ya no es útil en la Mara porque se convierte en un blanco más débil para perseguirlo y matarlo. Para la Policía e incluso para la limpieza social que ejerce el Gobierno.

Los que tienen liderazgo con tatuajes en la cara lo obtuvieron casi seguro pagando condenas en prisión”, explicó.

Carlos también indica que para las personas que se tatúan la cara es mucho más difícil insertarse en la vida cotidiana, moverse de un lugar a otro e incluso salir del país.

Las autoridades de diferentes países centroamericanos y norteamericanos han advertido a los jóvenes que deben evitar hacerse tatuajes relacionados a la Mara Salvatrucha aunque no pertenezcan a ella, ya que si visitan un territorio dominado por una pandilla enemiga de la MS-13, pueden tomar el tatuaje como ofensa y sufrir consecuencias.



Fuente: InsightCrime.org/ El Heraldo/ El País.

Otras pandillas

La Mara Salvatrucha debe pelear por el control de los barrios contra la Policía y contra bandas rivales.

Mafia Mexicana:

Este grupo delincuencial nació en los años cincuenta. También se les conoce como EME, MM o como los Emeros. Al principio la idea era proteger a los presos latinos. Actualmente es la banda con más poder de California, controlan las cárceles del sur de California y parte de los Estados de Arizona, Texas y Florida. Según explica un reportaje de la BBC, este grupo se dedica a la venta de droga, extorsión, asesinatos y fraudes. Se contabilizan unos 30 mil miembros solo en Estados Unidos (EE.UU).

Los Sureños:

Aunque están estrechamente ligados a la Mafia Mexicana son dos grupos independientes. Nacieron en los barrios del sur de California y tienen presencia en al menos unos 20 Estados de EE.UU. E incluso en otros países. Su enemigo principal, al igual que los EME, es la pandilla Nuestra Familia.

Nuestra Familia:

Los NF son la unión de la unión de pandillas de origen latino que operan en el norte de California, por eso también se les llama Los Norteños. Su símbolo es el número XIV y su color es el rojo. Llaman a California septentrional con la palabra “Norte”.

Barrio 18:

Esta es la banda que históricamente ha sido rival de la Mara Salvatrucha. Según explica un reportaje publicado por la BBC, “el grupo comenzó a tomar su forma actual en los años setenta tras escindirse de la pandilla Clanton 14th Street”.

En el grupo hay varias células conocidas como clicas, inicialmente estaban formadas exclusivamente por inmigrantes mexicanos del sur de California.

Pero, después se integraron grupos de otros orígenes, principalmente centroamericanos.

Por eso se les conoce como la Mara 18 (M-18).

Barrio Azteca:

Operan en los Estados del sur de EE.UU., como Nuevo México y Texas, pero traspasan la frontera. Hay unos cinco mil que están en la ciudad Juárez, México.

Esta pandilla está vinculada al Cártel de Juárez, de México. Se dedican al asesinato, tráfico de cocaína y masacres carcelarias.

Trinitarios:

Se formaron en Nueva York y está compuesta por inmigrantes dominicanos.

Está es una de las bandas que más crecimiento tiene en EE.UU. Tienen presencia en Nueva Jersey, Connecticut, Rhode Island, Pennsylvania, Carolina del Norte y Ohio.

Y se dedican al tráfico de cocaína, marihuana, crack y otros estupefacientes.

Fuente: BBC

Ritos de iniciación de la MS-13

A lo largo de los años, los ritos de iniciación de la Mara Salvatrucha han ido evolucionando.

 Por ejemplo, en los inicios de esta,bastaba con aguantar una golpiza por algunos miembros de la clica para pertenecer a esta.

Ahora, investigaciones antropológicas aseguran que quien quiera ser miembro de la MS-13 puede pasar años esperando a que lo acepten.

Primero debe matar a alguien; puede ser un civil común, incluso un familiar o un miembro de la pandilla enemiga, el Barrio 18.

Después de haber cometido asesinato, el aspirante a pertenecer a una clica se gana el derecho de ser golpeado durante 13 segundos por miembros de la Mara Salvatrucha.

El miembro iniciado solo puede cubrirse los genitales y la cara.

 También se ha detectado la realización de cortes en diferentes partes del cuerpo.

Los rituales de iniciación se hacen los días 13 de cada mes.

Según un reportaje publicado en El Espectador, para el que entrevistaron a un miembro de la Mara Salvatrucha, después de la golpiza, sus nuevos compañeros le dan marihuana y alcohol para que el dolor pase.

Después es hora de escoger un apodo para el iniciado.

Después del rito de iniciación, el nuevo miembro pasa una serie de pruebas, como vaciar un subfusil conocido como mini-Uzi, desde un carro en movimiento en una calle controlada por otras pandillas, después empieza a vender droga, a extorsionar, robar carros, etc.

Finalmente, con un tatuaje de las siglas MSX3 en la parte interna del labio, el ingreso a la Mara Salvatrucha está consumado.

En el caso de las mujeres que quieren ingresar a la pandilla, deben aguantar golpizas y violaciones grupales.

Los castigos son similares y siempre giran en torno al número 13. Dependiendo de la falta cometida, un homeboy puede ser golpeado durante 13, 26, 39 segundos, etc.



El idioma de los mareros Salvatrucha

Como toda organización criminal, la Mara Salvatrucha tiene su propio “diccionario” para comunicarse.

Por ejemplo, para comunicarse por escrito tienen unas 150 palabras, asegura la ABC. “Big Palabra”, significa jefe.

A los enemigos se les llama “chavalas”; la orden de disparar a alguien se dice “cohetear”; un disparo de arma de fuego se llama “cohetazo”.

Cuando se castiga a un compañero por algo que hizo se dice “dar corte”.

Entrar al territorio enemigo se llama “misión”; una golpiza es una “talegada” y una mujer de fácil acceso sexual se le dice “tronera”, explica la ABC.

El lenguaje en que se comunican es conocido como “willa”.

En cuestiones del lenguaje, la MS-13 tiene algunas particularidades, por ejemplo, nunca utilizan el número 8 porque lo relacionan directamente con su pandilla enemiga: la M-18.

Además, según explica la ABC, tienen dos tipos de comunicación cuando hablan por escrito: la cifrada y la decodificada.

Fuente: ABC

Las mujeres en la Mara Salvatrucha

Las mujeres dentro de la Mara Salvatrucha tienen papeles meramente sexuales y serviciales.

Deben dedicarse a cuidar a los hijos que han procreado con los mareros, aunque también colaboran con la transferencia de información importante.

También son las que llevan recados, drogas o dinero de una clica a la cárcel cuando sus maridos o novios son apresados por las autoridades.

En algunas ocasiones estudian, trabajan y hasta tienen negocios donde lavan el dinero sucio.

Cuando a un marero le gusta una mujer, no hay salida para ella.

Se han registrado casos de féminas que simplemente son amenazadas con el ultimátum de un pandillero:

“O sos mi mujer o pagás las consecuencias”.

Las consecuencias pueden ser el asesinato de algunos miembros de la familia de ella.

Algunas se convierten en sus esposas por miedo y otras lo hacen voluntariamente.

Algunas sobrevivientes al mundo pandilleril de la MS-13 han expresado que el control sobre ellas no lo tiene solo su pareja marera, también lo tiene el resto de miembros de la pandilla.

Por ejemplo, si una mujer es novia de un marero, ella no puede dejarlo.

Hay mujeres que dejaron de visitar a sus esposos en la cárcel, lo cual se considera traición dentro de la Mara Salvatrucha, y han sido asesinadas por los compañeros de clicas de sus parejas.

La Mara Salvatrucha es acusada de innumerables delitos sexuales.

La forma más común de operar es secuestrando mujeres y jóvenes para violarlas en grupo.

Al final, pueden matarlas o dejarlas ir, pero con amenazas de muerte.

A veces también son secuestradas y obligadas a prostituirse.

Según el diario La Prensa de Honduras, las mujeres que pertenecen a las maras llevan tatuajes de rosas, pájaros, nombres y la MS-13.

Perfil del marero

Un informe titulado La nueva cara de las pandillas callejeras: el fenómeno de las pandillas en El Salvador, presentado por el Centro Kimberly Green para América Latina y el Caribe y la Universidad Internacional de la Florida, concluye que la mayoría de jóvenes se integra en estos grupos cuando tienen entre 9, 10 y 12 años.

Algunos estudios y entrevistas hechos por medios de comunicación y consultados por Domingo han evidenciado que los miembros de las pandillas buscan a jóvenes y niños provenientes de hogares problemáticos, disfuncionales y pobres para captar futuros pertenecientes a las clicas de la Mara Salvatrucha.

Por Alejandra González C.

http://www.laprensa.com.ni/2017/09/10/suplemento/la-prensa-domingo/2294797-que-es-y-como-opera-la-temida-mara-salvatrucha

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