Las estrechas relaciones entre la Administración del presidente estadounidense Donald Trump y el Gobierno saudí continúan ayudando a ocultar el papel de Riad en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, denunció el fundador del portal de activismo 28Pages.org, Brian McGlinchey, en una entrevista a Sputnik.
El lunes se cumplen 16 años de los ataques terroristas del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington.
“La Administración de (Donald) Trump ha mostrado un acercamiento muy inquietante al Gobierno saudí”, sostuvo McGlinchey.
El Pentágono, agregó, también tiene intereses en Arabia Saudí.
“La administración del anterior presidente George W. Bush ocultaba muchos nexos entre los funcionarios del Gobierno saudí y los ataques del 11 de septiembre, y, al mismo tiempo, inventaba vínculos inexistentes entre los ataques y el Gobierno iraquí”, indicó McGlinchey.
A principios de este año, las familias de las cerca de 3.000 víctimas mortales de los atentados presentaron una demanda contra Riad por supuesta financiación y apoyo al grupo terrorista Al Qaeda (proscrito en Rusia).
Muchas de esas familias creen en una posible conexión saudí con los atacantes.
El proyecto 28Pages fue lanzado en 2014 para desenmascarar los vínculos entre Arabia Saudí y los ataques terroristas del 11 de septiembre.
Los activistas se centraron en la desclasificación de 28 páginas de un informe del Congreso sobre las actuación de los servicios de inteligencia estadounidenses antes y después de los ataques terroristas.
La Casa Blanca desclasificó parcialmente las 28 páginas en 2016, pero llevó a cabo cerca de 90 redacciones alegando “razones de seguridad nacional” que siguen vigentes.
McGlinchey ha expresado sus dudas acerca del motivo oficial dada para las redacciones y cree que la medida fue tomada para preservar las relaciones de amistad entre Washington y Riad.
Un informe desclasificado y publicado por el Congreso en julio de 2016 reveló que los funcionarios saudíes tenían conexiones directas con los secuestradores del 11 de septiembre.
El documento mostró también que el FBI inexplicablemente no informó sobre las relaciones financieras entre los contactos saudíes y los terroristas.
McGlinchey denunció que el 11 de septiembre sigue siendo invocado para justificar las intervenciones extranjeras, las tácticas de la guerra antiterrorista que son, en última instancia, autodestructivas y la violación de las libertades civiles de los ciudadanos estadounidenses.
Los ataques del 11-S ejecutados por islamistas suicidas dejaron 2.996 muertos y más de 6.000 heridos.
Ese día, aviones comerciales de United Airlines y American Airlines repletos de pasajeros fueron usados como proyectiles contra sitios tan simbólicos como las Torres Gemelas de Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington.
Dos aviones impactaron en las torres, un tercero en un ala del edificio del Pentágono y un cuarto, presuntamente también dirigido a Washington, se estrelló en un campo en Virginia.
Sputnik Novosti