Desde 2011, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el primer ministro Ahmet Davutoglu han intentado derrocar al gobierno sirio de Bashar al Assad por todos los medios, excepto con una intervención militar, escribe el periodista turco Kadri Gursel en Al Monitor.
No obstante, la idea sobre la intervención surgió a principios de febrero, después de que el Ejército sirio, apoyado por Rusia, cortara la ruta desde Alepo a Turquía.
No obstante, esta vez el derrocamiento de Assad no era el motivo, dado que era imposible ya desde el inicio del operativo antiterrorista ruso en septiembre.
Tras la pérdida de la ruta hacia Alepo, lo que quería Erdogan era "salvar a Ankara de ser completamente marginada de la ecuación siria y asegurarse de que tenía voz sobre el futuro de Siria".
"El envío del Ejército turco a Siria, pensó, era la única opción que quedaba para conseguir una posición prominente en la mesa de negociaciones", opina Gursel.
No obstante, Erdogan y Davutoglu no lograron el apoyo de EE.UU. y el Ejército turco también indicó que no estaba a favor de la intervención. Asimismo, "Ankara pensó que una incursión turca unilateral provocaría una respuesta por Rusia y desataría una guerra entre los dos países", añade el periodista.
Como resultado, dos semanas después, Ankara dio marcha atrás. Primero, el portavoz de Erdogan anunció que "nunca han dicho que los soldados turcos deben entrar en Siria ni que las tropas estadounidenses y sauditas deben hacerlo en una operación terrestre". Luego, Davutoglu confirmó que Ankara no iba a intervenir citando la "oposición árabe".
Gursel indica que los recientes ataques de Turquía en la región de la ciudad siria de Azaz, "demostraron que la verdadera preocupación del régimen de Ankara en la región de la frontera siria no es ni el Estado Islámico ni Frente al Nusra sino las YPG [Unidades de Protección Popular] kurdas, que considera una organización terrorista".
Asimismo, comentando las palabras de Davutoglu de que "si la oposición siria moderada existe en la actualidad, es gracias a Turquía" y que si Damasco no controla todo el territorio del país, "es gracias a Turquía y algunos otros países", Gursel señala que el primer ministro asume así "la responsabilidad histórica por la toma de estos territorios por una miríada de fuerzas islamistas radicales y yihadistas, incluido el EI y el Frente al Nusra".
Si la oposición se ha defendido gracias a Turquía, "solo podían haberlo hecho con las armas enviadas desde Turquía.
"Así, los comentarios de Davutoglu también constituyen un reconocimiento implícito del suministro de armas a los rebeldes", concluye el periodista.