Pese a que las relaciones entre Washington y Teherán han mejorado tras las últimas negociaciones sobre el programa nuclear iraní, aún se respira tensión entre ambos países. Sin embargo, si EE.UU. decide lanzar en el futuro una operación terrestre en el país persa, saldría perdiendo, sostiene 'The National Interest'.
Las autoridades norteamericanas han reiterado en numerosas ocasiones que EE.UU. podría efectuar ataques aéreos contra Irán para impedir el desarrollo de su programa nuclear, considerado por Washington como una 'amenaza'. Zachary Keck, experto de la revista 'The National Interest', considera que el país norteamericano podría llegar aún más lejos, barajando la posibilidad de una invasión terrestre para impedir que Teherán reconstruya sus instalaciones militares.
Sin embargo, el experto advierte que existen razones para pensar que este escenario se traduciría en un gran fiasco militar para EE.UU., muy diferente a sus operaciones "fáciles" en Irak y Afganistán.
Según Keck, la mayor ventaja de la defensa iraní a la que debería hacer frente el Ejército estadounidense es su inmensa geografía: el país está rodeado por tres partes por montañas mientras que en el sur lo 'protege' el océano.
La vía más plausible para la invasión norteamericana sería la frontera con Afganistán, donde Washington tiene tropas desplegadas, conjetura el experto.
Sin embargo, en este caso Washington tendría que superar no solamente la cadena montañosa de la zona, sino también dos grandes regiones desérticas del país para alcanzar las principales ciudades de Irán.
Ambas regiones se extienden por una zona muy poco poblada con un pantano enorme cubierto de arena donde resulta extremadamente fácil atascarse.
wikipedia.org / Hadi Karimi / CC BY-SA 3.0
El noroeste de país limita con Turquía, aliado de EE.UU. y miembro de la OTAN, que, no obstante, ya se negó a que Washington usara su territorio para la invasión de Irak en 2003, pudiendo hacer lo mismo en un posible conflicto armado con el país persa.
En cualquier caso, las montañas en el oeste de Irán hacen que resulte casi imposible emprender una operación militar terrestre desde esta región.
Otra opción sería por el sur, a través de la misma frontera donde se encuentra el río Shatt al-Arab, la zona que utilizó en los años 80 el exdictador iraquí Sadam Husein para entrar en territorio iraní. Sin embargo, tras aquella experiencia, Teherán fortaleció enormemente la zona.
De este modo, la única opción que queda es la invasión desde la costa del sur iraní, que se extiende por más de 1.200 kilometros.
Sin embargo, parece que tampoco sería una tarea fácil para EE.UU., ya que en las últimas décadas Iran ha centrado todos sus esfuerzos en mejorar su potencial militar y todas las ramas de su Ejército en el sur, haciendo hincapié en la Armada del país.
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En concreto, Teherán se ha centrado en el desarrollo del llamado sistema de anti-acceso/negación de área (A2/AD) contra EE.UU., y actualmente cuenta con un gran número de misiles guiados de precisión, naves militares, drones, submarinos y minas.
Por lo tanto, Keck considera que, pese a la retórica militar, es poco probable que Washington se atreva a lanzar una operación terrestre en el país persa.
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