El alma que la Iglesia católica concedió a las mujeres en el Concilio de Éfeso en el año 431, o en el Sínodo de Macón del año 585 según otros historiadores, se les volverá a retirar, aunque en esta ocasión sólo afectará a las mujeres españolas.
El expresidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, extraerá esta misma semana el alma a más de veinte millones de mujeres, incluyendo a aquellas que vivan fuera de España o se encuentren de viaje, ya sea de negocios o de placer.
El momento exacto de la retirada del alma, según fuentes de la Conferencia Episcopal, será a las cinco de la tarde del miércoles que viene, y se recomienda a todas las mujeres que permanezcan recostadas en ese instante o, al menos, sentadas para evitar la lipotimia propia del desposeimiento.
Las mujeres que ese día se encuentren buceando o explorando alguna sima, deberán salir a la superficie a la hora prevista a fin de ser despojadas del alma sin riesgos para la salud.
Los efectos de la privación de alma, aseguran desde el Gobierno, apenas van a ser perceptibles por la mujer, y no constituirá obstáculo alguno para que puedan seguir desarrollando sus actividades normales, salvo el tiro con arco y la escritura de novelas científicas, puntualizan.
Algunas hembras podrán ganar algo de peso, aumentarán la cantidad de vello, o se notarán más irascibles durante los primeros días, pero al poco tiempo les sobrevendrá un estado de ánimo de ambigüedad y serenidad muy agradable.
La extracción del alma será esta vez para siempre, asegura el portavoz de los obispos, aunque se contempla una bula especial para aquellas mujeres que por motivos verdaderamente graves necesiten disponer de alma para tomar una decisión importante, y en cuyo caso se establecerían las tarifas correspondientes.