Un desertor sirio del Estado Islámico cuenta que huyó del grupo terrorista aterrorizado por el nivel de violencia, que les llevó a perpetrar matanzas indiscriminadas de niños y mujeres inocentes.
Un miliciano del Estado Islámico de nacionalidad siria, Abu Almouthanna, de 27 años, escapó del grupo terrorista a Turquía, donde se encuentra bajo la amenaza constante de la muerte, informa 'Daily Mail'.
Almouthanna ha revelado que después de entrar en las filas del EI le pagaban 150 dólares al mes, pero tenía que seguir reglas estrictas, cuya violación podía ser en todo momento una sentencia de muerte.
Almouthanna ha confesado que no tenía inconveniente en matar a cristianos, kurdos y yazidíes, pero sí le cuando le tocaba atacar a rivales yihadistas y sus familias.
El exmiliciano sirio ha relatado que antes de unirse a los radicales había luchado durante tres años contra el régimen de Bashar al-Assad.
Tras haber pasado 10 meses en prisión en 2012, se unió al Ejército Sirio Libre, para luego pasar a las filas del Frente Al Nusra.
No obstante, cuando este fue atacado por el EI, decidió unirse a este grupo terrorista.
"Estaba contento con haberme unido al EI. Tenían la mayor cantidad de dinero y las mejores armas, pero aparte de eso, eran lo mismo", comentó Almouthanna.
Hubo un momento en que estábamos matando a todo y a todos, incluidos mujeres y niñosEl miliciano ha recordado que lo mandaron a un campamento de entrenamiento dirigido por chechenos y afganos, donde hizo contactos con varios combatientes extranjeros.
Ha contado que tres franceses y un británico eran particularmente escalofriantes.
"Desde el primer día, hacían bromas sobre cortar cabezas y hacer pagar al enemigo".
Almouthanna estuvo 14 meses luchando dentro del EI entre Raqqa y Deir ez-Zor y, en la mayoría de los casos, contra el Ejército Sirio Libre.
Ha asegurado que las batallas lideradas por los chechenos eran las más organizadas ya que tenían el mayor conocimiento táctico, mientras que los libios preferían los combates mano a mano.
Según Almouthanna, la mayoría de los ataques empezaban con una serie de atentados suicidas. No obstante, después de la batalla, los milicianos del EI mataban, de forma rutinaria, a mujeres y niños inocentes.
El excombatiente ha contado que tomó la decisión de huir después de una batalla de cinco semanas por la ciudad de Markada.
"Al final, estábamos matando a todo y a todos, incluidas las mujeres y niños en los pueblos de los alrededores y los que se habían quedado en la ciudad".
Almouthanna ha negado haber participado en matanzas de civiles inocentes, aunque ha admitido que si el EI lo encontrara lo ejecutaría.