En la recta final de esta temporada vacacional, ya ha comenzado de modo paralelo y con mayor intensidad durante toda esta última semana de agosto, los preparativos para el inicio del curso escolar el próximo lunes 1 de septiembre.
Sobre este próximo período lectivo hemos tenido abundante información en los medios por estos días, que abarcó desde el recorrido de la ministra de Educación, Ena Elsa Velásquez, por todo el país, hasta la comparecencia en televisión de las principales autoridades de los diferentes niveles y tipos de enseñanza.
Las constantes transformaciones que caracterizan al sistema educacional del país en busca de su perfeccionamiento continuo, hacen que sea imprescindible que estudiantes y padres estemos muy atentos a toda la explicación que se nos brinda, para poder entender mejor las condiciones en que arrancará y transcurrirá el curso, y de eso modo llegar a obtener los mejores resultados.
Porque todos los que de alguna manera u otra estamos involucrados con el sistema de enseñanza en cualquiera de sus niveles, ya sea como estudiantes, padres, docentes o trabajadores de este sector, nos percatamos de lo estratégico que resulta aunar voluntades para continuar el perfeccionamiento progresivo del modelo educativo cubano.
Elevar el rigor y la calidad en los procesos de enseñanza y aprendizaje, completar al máximo posible la cobertura docente con los mejores profesores y agotar todas las alternativas para no dejar asignaturas sin impartir, incrementar la preparación de los maestros, son algunos propósitos que no pueden quedar solo en manos de las instancias de educación, sino que hay que monitorear y acompañar también desde la comunidad y la familia.
El perfeccionamiento de los métodos evaluativos y la elevación del rigor en el proceso de organización y aplicación de exámenes, de tal manera que se aminoren resultados desfavorables y desterremos prácticas fraudulentas vergonzosas, sin dudas también están en el centro de atención de nuestra ciudadanía para la próxima etapa de clases.
Todas estas prioridades son esenciales no solamente por el impacto que deben tener en una mejor formación de las nuevas generaciones de cubanas y cubanos, sino también por su incidencia en el desempeño económico de la nación, necesitada de una mayor racionalidad y exactitud en el empleo de los cuantiosos recursos que nuestro país destina a la educación.
Pero además, en este corto periodo que resta antes de que arranquen las clases, son determinantes otras tareas organizativas como la limpieza y organización previa de las instalaciones, la distribución de los materiales docentes, el siempre conflictivo asunto de la disponibilidad a tiempo de los uniformes escolares en las tallas requeridas, entre otras muchas prioridades en las cuales es decisivo el apoyo que puedan dar la familia y los propios estudiantes, para contribuir a solucionar los posibles contratiempos puntuales que puedan presentarse en algún territorio.
En fin, que ya cede el distendido clima del verano y sus abundantes opciones recreativas, sustituido por un ambiente más activo de movilización, donde debe primar la colaboración intensiva entre la escuela, la familia y la comunidad. (Haciendo Radio)
