Para nadie es un secreto que el actual gobierno tiene una evidente y escandalosa preferencia por el proveedor francés del satélite, a pesar de existir varios proveedores.
Este gobierno se ha reunido con los franceses en múltiples oportunidades, tanto en viajes oficiales a Francia, como en extrañas y subrepticias escapadas como la del mes pasado, donde el presidente Ollanta Humala abandonó un día antes la cumbre de APEC para reunirse con su homólogo Françoise Hollande en París, y que ocasiono todo un escándalo nacional, incluso luego –como lo denunciara el congresista Mauricio Mulder, ticket aéreo en mano– se supo que también lo habría hecho en mayo del 2012, en ambos casos sin permiso del Congreso y en evidente intención de que sea un viaje con destino y agenda secreta….
¿Qué se oculta y trama en estos extraños viajes no oficiales?
Debemos recordar que el ministro Pedro Cateriano viajó a Francia el 9 de noviembre, y el presidente Ollanta Humala el 14 de noviembre del 2012; luego vinieron a Lima el canciller francés, Laurent Fabius, el 22 de febrero de este año; el ministro delegado de Defensa de Kader Arif el 4 de mayo y, más recientemente, el 4 de noviembre de este año lo hizo el ministro de Defensa, Jean-Yves Drian, coincidentemente el día de la presentación de propuestas. En todas las oportunidades se supo que era para negociar la compra del satélite.
Lo grave de la situación es que en todos los casos previos a agosto del 2013, se estaba negociando la compra del satélite, aun cuando no había ni viabilidad económica, ni especificaciones técnicas, por lo que la pregunta que cae de madura es: ¿qué estaban negociando si no se sabía con precisión qué se tenía que comprar?
Imágenes por compensación
Como es público, la empresa francesa Eads Astrium –que está ofreciendo al Gobierno peruano el satélite AstroSat-300– es la misma que le vendió a Chile su actual satélite SSOT, el cual está basado en una plataforma satelital del tipo AstroSat-100.
Este satélite, que también fue bautizado irónicamente como satélite “Bicentenario” y que debió ser puesto en órbita antes del 12 de febrero del 2010 (para el Bicentenario de la independencia de Chile), fue puesto en órbita recién en diciembre del 2011, 21 meses después de la fecha comprometida y 40 meses después de la firma de contrato.
Habiendo pasado más de un año de retraso y sin aún fecha de lanzamiento definida, el ministro de Defensa chileno, Jaime Ravinet, pidió compensaciones en una reunión con Claude Guéant, secretario general de la Presidencia de Francia y principal asesor del presidente Nicolás Sarkozy.
En las negociaciones estuvieron presentes el encargado de Negocios de Chile en Francia, Jaime Chomaen, y la embajadora francesa de entonces en Chile, Maryse Bossière. Ravinet le pidió que Francia proveyera imágenes satelitales de Chile mientras no se lanzara el satélite, a lo cual Guéant accedió de inmediato, y se sabe que conociendo los franceses las tensas relaciones entre ese país y el Perú, no encontró mejor manera de congraciarse que ofreciéndole el uso de satélites militares franceses, ello a pesar de poder haber podido ofrecer satélites civiles como SPOT.
Lo grave del asunto, y al ser satélites militares, es que se sabe que estos enfocaron sus potentes cámaras en todos los objetivos militares peruanos.
Preguntas se caen de maduras
¿Acaso este es un socio comercial confiable para el Perú?
¿Acaso el ministro de Defensa, Pedro Cateriano, no está enterado de esto cuando es información de dominio público y está hasta en internet?
¿Sabrá el presidente Ollanta Humala, oficial en retiro del Ejército Peruano, que el proveedor preferido en este proceso le dio información estratégica a Chile?