Los grupos terroristas que siembran la muerte en Siria, gracias a las armas y el dinero que les llega desde Qatar, Turquía y Arabia Saudita (con el apoyo financiero de EE.UU., Gran Bretaña y Francia) han elegido una nueva estrategia asesina en su oleada de crímenes.
En esta ocasión, las víctimas son personalidades de la vida cultural y artística, como la del conocido actor, Mohammad Rafea, mitad sirio, mitad palestino, que era un ardiente defensor del gobierno legítimo de Bashar al Assad y un activista incansable que luchaba contra el terror.
Mohammad fue secuestrado en Damasco a principios de noviembre por un grupo mercenario y algunoss días más tarde, los asesinos del llamado Ejército Libre de Siria reconocieron haberle matado.
El pasado 7 de noviembre, los medios locales divulgaron las imágenes de su cuerpo cubierto de sangre.
En esta ocasión, las víctimas son personalidades de la vida cultural y artística, como la del conocido actor, Mohammad Rafea, mitad sirio, mitad palestino, que era un ardiente defensor del gobierno legítimo de Bashar al Assad y un activista incansable que luchaba contra el terror.
Mohammad fue secuestrado en Damasco a principios de noviembre por un grupo mercenario y algunoss días más tarde, los asesinos del llamado Ejército Libre de Siria reconocieron haberle matado.
El pasado 7 de noviembre, los medios locales divulgaron las imágenes de su cuerpo cubierto de sangre.