Militar retirado de 47 años, Humala se ha convertido en el gran fenómeno de la campaña presidencial peruana, con un ascenso en las últimas semanas que lo llevó a sobrepasar a los tres líderes, el ex presidente Alejandro Toledo, la congresista Keiko Fujimori -hija del encarcelado ex presidente Alberto Fujimori- y el ex alcalde de Lima Luis Castañeda, reporta – a su manera – la agencia francesa AFP.
Fundador del Partido Nacionalista y unido en esta elección a varias formaciones de izquierda bajo la alianza Gana Perú, Humala empleó un tono más mesurado en esta campaña que en 2006, cuando se presentó como candidato anti-sistema y estuvo a punto de convertirse en presidente del país.
Esto se refleja incluso en su forma de vestir: si en 2006 hacía campaña enfundado en una camiseta roja, ahora luce trajes oscuros y corbata.
“Ha cambiado el Perú y yo también he cambiado”, dijo recientemente Humala, señalando que mantendrá el modelo económico que ha permitido al Perú el mayor crecimiento de Sudamérica en el último lustro.
El ascenso vertiginoso de Humala ha llevado a sus rivales a recurrir nuevamente al “fantasma de Chávez”.
“El modelo de Humala es el modelo chavista, es el modelo de control y obviamente esta perspectiva asusta a la economía, que es bastante susceptible”, dijo Castañeda el martes.
“El podrá tener terno pero aunque la mona se vista de seda, mona se queda”, dijo por su lado Keiko Fujimori.
Poco después de que el derechista Pedro Pablo Kuczynski describiera a Humala como “un lobo con piel de cordero”, el ex presidente Toledo le pidió “que se saque la piel de cordero”. “Él quiere hacer lo mismo que ocurrió en Venezuela, Ecuador y Nicaragua, perpetuarse en el poder”, dijo Kuczynski.
El nuevo Humala una y otra vez toma distancia de lo que él mismo fue en 2006. En una declaración pública, el lunes, señaló que gobernaría cinco años y ni un día más y el martes hizo una ronda por varios medios de comunicación para defenderse de los ataques en su contra.
El martes se refirió por primera vez a Chávez, señalando que si éste “ha colocado al margen al Congreso de su país está gobernando como un dictador; así de simple”.
Tras el bajón registrado en la Bolsa de Valores de Lima (5,16%) el lunes, atribuido a su ascenso en los sondeos, Humala descartó el martes en la radio RPP que vaya a implementar un modelo socialista. “No es un tema ideológico, si vamos a hablar de economías socialistas retrocedemos al siglo XX”, dijo.
Luego señaló en la cadena de televisión ATV que si logra la presidencia, renegociaría un contrato de exportación de gas, así como tratados de libre comercio, cesiones de obras públicas y buscaría avanzar hacia un Estado empresario.
Aldo Panfichi, politólogo de la Universidad Católica de Lima, dijo a la AFP que el giro de Humala hacia posiciones más moderadas le ha dado réditos políticos, pero tiene sus riesgos.
“Humala ha sorprendido pero hay una interrogante: hasta qué punto los giros hacia el centro pueden desalentar o generar tensiones con sus bases históricas.
Hay un tema de tensión interna en sus bases que no sé cómo lo va a manejar”, afirmó Panfichi. Su bases electorales se encuentran especialmente en el sur andino, de gran población indígena, adonde no llega la nueva prosperidad.
Político atípico, Humala participó en los 90 en el combate contra la guerrilla de Sendero Luminoso. Organizaciones de derechos humanos lo han acusado de sembrar el terror en las regiones donde ejerció como militar, un tema que la justicia investiga.
En 2000 se sublevó junto a su hermano Antauro en el sur del país contra el gobierno del presidente Alberto Fujimori, ya debilitado por acusaciones de corrupción.
Ambos fueron apresados, pero después de que Fujimori se fugara del país, fueron amnistiados.
Humala lidera los sondeos en Perú con un 21% de intención de voto y una diferencia que fluctúa del 0,5 al 2,2% sobre Keiko Fujimori y del 1,1 al 2,6% sobre el ex presidente Alejandro Toledo, sus más cercanos rivales.