Pablo Gonzalez

El Salvador: Crónicas de un guerrillero del FMLN

POBLADORES DE CABAÑA-el -salvador

El 15 de marzo de 1981 se da una invasión a un territorio defendido por la guerrilla salvadoreña en el departamento de Cabañas, en los cantones del municipio de Villa Victoria, hoy Ciudad Victoria.

Hablamos de los cantones Santa Marta, San Felipe, Peña Blanca y la Pinte, los cuales comprendían un buen número de caseríos, todos al Norte de dicho municipio.

Las organizaciones guerrilleras que estuvimos en esos lugares fueron las Fuerzas Populares de Liberación y la Resistencia Nacional.

En toda la zona que defendía la guerrilla habitábamos aproximadamente unos 7,000.00 personas entre niños, jóvenes, hombres, mujeres y ancianos. 

La gente con más resistencia para hacer las tareas de defensa de la zona, unida a los jóvenes eran los que tenían una preparación en lo militar.

También había un sector de los hombres y mujeres que participaban en la milicia, esta hacía tareas de abastecimiento de víveres, logística y cuando había que ayudar a los campamentos de la guerrilla para que se mantuvieran alerta a tiempo completo defendiendo sus posiciones.

Unos 500 hombres y mujeres aproximadamente eran los que resguardaban la seguridad de aquella numerosa población.

Carecíamos de todo, no teníamos nada, no teníamos suficiente armamento, era una gran dificultad al inicio de esa lucha; entre las dos fuerzas solo teníamos unas 100 armas largas, el resto eran pistolas y armamento artesanal.

Se tenía una buena preparación militar y nuestra consigna era ¡¡¡Revolución o Muerte!!!, es decir, que la persecución que el gobierno desató a través de los cuerpos represivos a los sindicatos, estudiantes, maestros y a las comunidades organizadas, había una gran cuota del sector campesino, los cuales éramos perseguidos, nos quemaron las casas, mataron el ganado, los caballos, puercos, se llevaban las aves de corral, eso nos hizo tomar más conciencia de que no nos quedaba otra que unirnos y resistir para defendernos.

Es así como el quince de marzo de 1981 se desata una invasión militar contra esa zona guerrillera, el destacamento militar de Sensuntepeque comandado por el coronel Ochoa Pérez (Sigifredo) y apoyados por otros batallones que hacían sus prácticas de contrainsurgencia, rodearon toda la zona y desde el pueblecito de Villa Victoria en ese entonces, emplazaron cañones 120 milímetros para dispararlos con un alcance aproximado de ocho a diez kilómetros, bombardeos con todo tipo de aviones de guerra de los que se utilizaban en esa época que descargaban bombas napal y de fragmentación, avionetas roqueteras, helicópteros que apoyaban a las tropas militares, la gente nuestra en ciertos momentos se resguardaba en los tatu, la ventaja nuestra era el conocimiento del terreno y las posiciones en altura nos garantizaban el control de la zona. 

Resistir más de tres días era imposible por no tener suficiente munición y armamento pesado.

 Estando en la invasión comandado por el coronel Ochoa Pérez el día 18 de marzo de 1981 hicimos la retirada como a las diez de la noche, no podíamos arriesgarnos a que el ejército llegara a masacrar a toda la población como eran los niños, los ancianos, las mujeres y los enfermos.

Yo, José Santana López Varélo, tenía tres días de haber sido herido junto a otros dos compañeros, fuimos las bajas que tuvimos en combate. 

Mientras que el ejército invasor sufrió numerosas bajas sobre todo por el armamento artesanal que fue muy efectivo.

La retirada la planearon para el Río Lempa, en ese momento me cargaban en hamaca, mis heridas eran de gravedad, llegamos al Río Lempa como a las cuatro de la mañana y comenzaron a pasar la gente, unos a través de un lazo que se había colocado de un lado al otro, el cual se reventó, y producto de eso se ahogaron varios compañeros, en bultos flotantes, balsas hechas de madera que pudieran flotar, todo improvisado, se buscó ese paso de Piedras Coloradas porque es un punto ciego hacia Honduras.

Como a las 6.00 a.m. del día 19 fuimos detectados por el ejército, estos mandaron a un helicóptero para que nos ametrallara todos los contornos del Río Lempa, allí nos defendimos cada quien como pudimos. 

Una patrulla de la guardia Nacional se desplazó desde el Guayabo (un caserío que esta en la Presa Cinco de Noviembre) Lempa abajo pero fueron repelidos por una escuadra de compañeros que guardaban seguridad del resto que íbamos en paso hacia Honduras. 

La masacre de la población la hizo el ametrallamiento que realizó el helicóptero.

Lo que no pudo hacer el ejército Salvadoreño en el paso, lo hizo el ejército Hondureño.

 Ya en territorio de ellos nos mataron a 25 compañeros a machetazos, unos por que vestían camisas de las que visten los soldados, gorras o pantalones verde olivo, estos pretendían evitar el ingreso de toda esta gente que huía del ejército salvadoreño.

 Ya en territorio Hondureño tuvimos el apoyo de la Iglesia Católica Progresista de Honduras, Los Médicos sin Frontera y de los Derechos Humanos e internacionales. Sin este apoyo hubiera muerto mucha mas gente.

Así se dio origen a los primeros campamentos de refugiados en Honduras, se improvisó ya en Honduras en el Caserío Los Hernández y luego se formalizaron los Campamentos de La Virtud.

A mi persona, como iba herido me trasladaron a Tegucigalpa, Honduras, a un Hospital Escuela, ahí fui operado y logré salvar mi vida, esto es parte de esa historia que no me la contaron, la viví para contarla.

EN LA FOTO CENTENARES DE POBLADORES DE CABAÑA,INTENTANDO CRUZAR EL RIÓ LEMPA Y DONDE FUERON SORPRENDIDOS POR LOS BOMBARDEOS DE LOS AVIONES,MURIENDO MUCHOS POR EL ATAQUE Y OTROS POR AHOGAMIENTO,25 ASESINADOS POR TROPAS DE HONDURAS DESPUÉS DE CRUZAR EL RIÓ,SEGÚN ESTE RELATO.

Como informó el New York Times en junio de 1981:

“La matanza del Río Lempa el 17 de marzo, a cuatro millas de aquí, ocurrió a la vista de médicos, sacerdotes, trabajadores de asistencia y refugiados sobrevivientes que ahora están alojados en tres campamentos en esta aldea llena de lodo. Las víctimas de los ataques fueron principalmente mujeres, niños y ancianos que cruzaban el río. 

El piloto del helicóptero salvadoreño no podía pensar que eran guerrilleros, ya que volaba tan bajo que los testigos dicen que podían verle la cara.” 

El periódico calculó que hubo unos 200 muertos, un número repetido más adelante por otras fuentes; es imposible llegar a una cifra más exacta porque el río se llevó los cadáveres.

En una entrevista con UWCHR en 2014, Yvonne Dilling, una enfermera estadounidense que trabajaba en ese momento con refugiados salvadoreños en Honduras, confirmó que había visto el cruce del 18 de marzo porque había ido al río con los religiosos de los campamentos humanitarios para ayudar a la gente a cruzar; ella cargó a sus espaldas a numerosos niños. Dilling describe la escena en su libro titulado In Search of Refuge (En busca de refugio):

“El helicóptero bajó en picada una y otra vez. 

Esta vez mucha gente se había quedado en el río. 

En vez de correr por la orilla, saltaron al agua y se aferraron a una roca de lava. 

Cada vez que el helicóptero descendía, ellos se sumergían en el agua. 

El soldado del helicóptero estaba increíblemente concentrado en matar gente. 

Una y otra vez hizo fuego con la ametralladora a apenas unos centímetros de la gente en el agua. 

Una vez bajó tanto que casi toca los árboles sobre nosotros. 

Un niño murió. Lo vi saltar al agua con un arco de heridas de bala en la espalda. 

Movía los brazos tratando de nadar, mientras la sangre le chorreaba por la espalda. 

Luego el agua se lo llevó río abajo.”El periodista estadounidense Alex Dressler llegó a la escena al día siguiente con el Padre Fausto Milla, un sacerdote hondureño. 

En una entrevista con UWCHR en 2013, describió el olor de los cadáveres en putrefacción, un perro que comía el cadáver de una niñita, y el descubrimiento de un niño con lesiones que le impedían moverse.

Mi nombre: José Santana López Varélo
Seudónimo: Salvador
Veterano de guerra

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