Pablo Gonzalez

USA: Trump, Bannon y el peligro de las profecías autocumplidas

Mientras Trump hacía campaña, era prudente abstenerse de llegar a conclusiones definitivas sobre su carácter o intenciones.



 Gran parte de lo que dice un candidato presidencial antes del día de las elecciones es retórica, marketing y blofeo, diseñados para atraer tantos votos como sea posible. 

Como regla general, las palabras de un político, particularmente uno que se enfrenta a una elección, rara vez se traducen en una política real. 

Las acciones y los resultados son lo que cuenta, no el discurso o el estilo. 

No seguir esta regla es lo que hizo que la "izquierda disidente" anti-Bush y anti-guerra de Estados Unidos cayera ante el engaño de Obama y, a la inversa, participara en campañas anti-Trump antes de que él asumiera el cargo. 

La regla todavía se aplica ahora que Trump se ha convertido en presidente, aunque sus palabras tienen más peso porque ahora están a una firma de convertirse en órdenes ejecutivas. Alguien en su posición entiende que la inconsistencia entre las palabras y las acciones corroe su autoridad. 

Comencemos dejando a un lado algunas de las ideas estereotipadas comunes acerca de Trump que actualmente andan flotando alrededor. Supongamos que Trump no es ni "un nuevo Hitler" (vea esta publicación de un blog para una crítica razonable de ese tema), ni un fascista, ni racista. También, rechacemos la idea de que Trump es igual que sus predecesores. 

Hasta ahora, todos los presidentes estadounidenses han seguido políticas muy similares caracterizadas por aventuras imperiales y la interferencia encubierta o abierta en otras naciones; así como la perpetuación de un sistema económico interno que alimenta a las corporaciones y los sectores bancario y financiero, a expensas de la población.

 Claro, George Bush apenas podía expresar una frase coherente, y Obama era tan propio y "encantador"; pero si sus acciones y las cifras resultantes se comparan, ¿hubo una diferencia tan grande? 

Y esto demuestra que, históricamente, los presidentes de Estados Unidos no han estado a cargo (al menos desde Kennedy), simplemente han sido el rostro de las Relaciones Públicas del gobierno, llevando a cabo una agenda dictada por el "estado profundo". Es decir, el conglomerado de la burocracia no elegida (especialmente las agencias de inteligencia y de seguridad), los poderes financieros y corporativos, el Complejo Militar-Industrial que, en conjunto, forman una estructura de poder que es casi imposible que sea cambiada por los funcionarios electos. 


© AFP 2016/Josh Edelson/AFP

Pero, ¿es Trump sólo otro "insider de Washington"? Algunos podrían citar sus promesas de 'recuperar los puestos de trabajo' y detener el 'cambio de régimen' de países que no siguen al liderazgo de Estados Unidos como evidencia de su independencia, pero las promesas pueden romperse. La evidencia mucho más convincente de que Trump al menos pretende ser algo más que un simple político del establishment es la extensión de los ataques mediáticos que recibió, tanto antes como después de las elecciones; lo que llevó a manifestaciones masivas, muchas violentas y de dudosa legitimidad debido a que la gente fue pagada para que protestaran

En el contexto de la histeria creciente en EE.UU., Vladimir Putin señaló que el clima social no es diferente a lo que sucedió en los primeros días del "EuroMaidan" y el golpe de estado violento en Ucrania. Algunos comentaristas de los medios y celebridades han sugerido abiertamente que Trump sea asesinado, o que la Casa Blanca sea bombardeada en una toma de poder militar. ¿Puede imaginar que tales sentimientos fueran expresados públicamente durante las administraciones de Obama? ¡No sin una condena masiva y prontas visitas del Departamento de Seguridad Nacional o del Servicio Secreto! El Establishment parece estarle señalando a la gente que Trump no es amigo suyo, y por lo tanto debe ser condenado al ostracismo y vilipendiado por el público. 

¿Quién es "El Donald"? 

Pero si Trump no es como cualquiera de sus predecesores, ¿quién es? En primer lugar, es un hombre de negocios que cree plenamente en un espíritu empresarial de éxito en todos sus esfuerzos. Se podría decir que ve a Estados Unidos como su nuevo proyecto de negocios y, a su manera, quiere hacerlo exitoso. Para Trump, el país en sí es como un negocio que necesita ser administrado de manera eficiente para impresionar a un "consejo de administración", es decir, a los votantes. Desde este punto de vista, las masas estadounidenses son el capital humano y países como México o China son empresas competidoras que están "recortando las ganancias" al quitarle trabajo a los estadounidenses. Uno debe intimidarlos para que hagan negocios a la manera que uno desea, porque eso es lo que hacen (o tratan de hacer) las corporaciones poderosas con sus competidores. De ahí el "muro" de Trump. 



Irónicamente, situar a "Estados Unidos primero" en estos términos comerciales da como resultado una estrategia económica proteccionista que rechaza los "supertratos" multilaterales de libre comercio como el TTP o el TLCAN (él tiene la intención de renegociar este último) y, en vez de ello, se concentra en el desarrollo de la economía doméstica a través de la inversión en la infraestructura pública y la creación de empleos. Éstos son movimientos que normalmente asociaríamos con los modelos socialistas clásicos, ¡ciertamente no con el marco neoliberal que nos ha dado la globalización! 

Pero hay dificultades con el enfoque del 'Director Ejecutivo (CEO) benevolente'. Para empezar, todo lo que se interponga en el camino de "hacer a América grandiosa nuevamente" se considera una obstrucción. 

El medio ambiente, la diplomacia y los derechos humanos me vienen a la mente. ¿Quién tiene tiempo para tales cosas cuando hay un negocio que administrar? Además, Trump tiene, digamos, un ego inflado; es él, después de todo, quien va a arreglar las cosas haciendo movimientos audaces que nadie se atrevió a hacer antes. 

Esto es un problema, porque un ego grande lo hace arrogante y mal oyente. Y los malos oyentes arrogantes tienden a enojar a la gente. ¿Acaso él era consciente de las ramificaciones cuando llamó recientemente a Chelsea Manning "una traidora" y amenazó a Irán en Twitter? ¿O cuando le dijo a un entrevistador de ABC News que "la tortura funciona"? Para decirlo educadamente, él puede estar sufriendo del efecto de Dunning-Kruger

El caricaturista autor de Dilbert y blogger pro-Trump, Scott Adams, escribió recientemente acerca de una manera interesante de entender una de las acciones más controvertidas de Trump hasta ahora, la prohibición temporal de inmigración de siete países musulmanes. El argumenta:
La mitad del país piensa que el presidente Trump está en camino a convertirse en un dictador como Hitler. Pero muchos otros estadounidenses piensan que Trump es una persona de negocios eficaz con buenas intenciones. No pueden tener razón ambos. [...] 

El filtro de Hitler [es decir, "Trump es como Hitler"] claramente no está haciendo feliz a la gente. La gente que está viendo esa película está protestando en las calles. Mientras tanto, la gente que ve a Trump como un buen negociador que está cuidando al país, es bastante feliz con el trabajo que él ha hecho hasta ahora. El Filtro de Persuasión [es decir, "Trump como negociador"] dice Trump abre con una gran primera oferta y negocia de nuevo hasta llegar a algo razonable. Si no reconoces el método, parece loco, aleatorio y racista. [...] 

La izquierda ve las órdenes ejecutivas de Trump sobre la inmigración como puro comportamiento al estilo de Hitler. Eso le da un montón de espacio para negociar hasta el punto medio. Las órdenes iniciales son demasiado amplias y claramente hacen blanco de demasiadas personas equivocadas. Mientras arregla esos casos especiales, él se alejaría del modelo de Hitler hacia el centro. Y la gente está más influenciada por la DIRECCIÓN de las cosas que la posición absoluta de las cosas. Mientras se esté alejando de la analogía de Hitler, la gente se relajará, incluso si piensan que estaba demasiado cerca de esa posición antes. La dirección importa. 

La prohibición de inmigración temporal de Trump estableció un ancla mental en su cerebro que es francamente impactante. Hará que su eventual plan de inmigración permanente ("examen extremo") parezca habitual al compararlo. El Filtro de Persuasión dice que ésa es su estrategia. Porque ésa es SIEMPRE su estrategia. Actúa de la misma manera en cada ocasión. Escribió un libro sobre eso. Habla de ello públicamente. Luego lo hace justo delante de nosotros, una y otra vez. 

Y no importa cuántas veces lo haga, la mitad del país sigue pensando que la oferta inicial es la verdadera.El argumento de Adams explica mucho sobre el comportamiento de Trump hasta el momento, y confirma la opinión de que es un hombre de negocios de corazón. Por ejemplo, a través del Filtro de Persuasión, la propuesta de Trump de construir un muro en la frontera con México, junto con sus comentarios acerca de que México lo pagará, tal vez mediante un impuesto del 20% a los bienes mexicanos que cruzan la frontera; constituiría una oferta de apertura impactante para suavizar a México y llevarlo a negociar acuerdos comerciales en términos determinados por Trump. Incluso el hombre más rico de México, el magnate de las telecomunicaciones Carlos Slim, se presentó ante los medios mexicanos para explicar que Trump no es "Terminator, sino un negociator". 

Esto tiene sentido y calma algunas preocupaciones porque significa que hay razón detrás de la aparente locura. Hay una estrategia y el hombre no está sólo disparando de izquierda a derecha como un capricho. Sin embargo, el problema de las consecuencias negativas que señalé anteriormente sigue siendo válido, aún más porque él es Presidente. La escena política y social global no es lo mismo que una sala directiva ejecutiva. En la política internacional, otras variables están en acción: la diplomacia, los mitos y miedos patrióticos, las diferencias culturales, etc. 

En el caso de México, la mayoría de los mexicanos se sienten humillados por Trump. Los agravios históricos con Estados Unidos han resucitado. Si Trump está "negociando", no es así como millones de personas al sur de la frontera lo han interpretado. ¿Trump se da cuenta de que puede ser peligroso llevar las cosas demasiado lejos? ¿Y el gobierno mexicano correría el riesgo de provocar el enojo de los mexicanos si cede ante Trump? Podrían, por ejemplo, hacerse los duros, rechazar los términos de Trump y seguir el camino de una guerra comercial (que corre el riesgo de convertirse en una guerra real). ¿Trump realmente quiere eso con su vecino, uno de los mayores socios comerciales de Estados Unidos? Pueden desarrollarse problemas similares con China e Irán. 

Estoy seguro de que el lector puede pensar en muchos otros ejemplos en los que el enfoque del "Arte de la Negociación" de Trump puede resultar en un caos no intencionado. Muchos demonios sociales y políticos pueden despertar. De hecho, algunos ya lo han hecho. 

Steve Bannon y la nueva versión del choque de civilizaciones 

Siguiendo el modelo de hombre de negocios como presidente, podríamos esperar ver a un Trump que prefiriera negociar con otros países, o competir con ellos sobre una base comercial, en lugar de amenazarlos o ir a la guerra en su contra. Sin embargo, algo preocupante es que muchos miembros de su gabinete y asesores tienen un trasfondo decididamente belicista. De hecho, en los últimos días la retórica contra Irán ha aumentado aún más, en parte por razones que exploraremos a continuación. 

Steve Bannon, ex jefe del sitio de noticias de derechas Breitbart, ahora asesor de Trump y estratega jefe de la Casa Blanca, está en posición de ejercer mucha influencia en la dirección que toma la presidencia de Trump. Las ideas de un solo consejero presidencial normalmente no causan mucha preocupación, pero en este caso gran parte de la cosmovisión de Bannon se refleja en las posiciones que Trump ha tomado hasta ahora, especialmente en lo que respecta a la política exterior. También es desconcertante que Bannon haya hecho el impresionante salto de ser editor de un sitio web de noticias a jefe estratega de la Casa Blanca, lo que sugiere que él (y sus ideas) es muy valorado por su nuevo jefe. 

Bannon, en contraste con Trump, es un ideólogo político. Su principal preocupación, tal como lo ha expresado, parece ser la "crisis" de los valores occidentales judeo-cristianos y del capitalismo. El capitalismo, dice, ha dejado de ser el motor "ilustrado" de la riqueza que solía ser. Junto con la secularización de la sociedad, la pérdida de los valores judeocristianos ha llevado a Occidente a una gran "crisis". Además, Occidente se enfrenta ahora a una confrontación global con el "fascismo islámico yihadista". Bannon dice:

Creo firmemente que cualesquiera que sean las causas de la actual campaña para el califato —y podemos debatirlas, y la gente puede tratar de desconstruirlas— tenemos que enfrentar un hecho muy desagradable. Y ese hecho desagradable es que se está cociendo una guerra importante, una guerra que ya es global. Está convirtiéndose a una de escala mundial, y la tecnología de hoy, los medios de hoy, el acceso de hoy a las armas de destrucción masiva; van a conducir a un conflicto global que creo que tiene que ser enfrentado hoy. 

Cada día que nos neguemos a mirar esto como lo que es, y la escala de ello, y, realmente, la viciosidad de ello; será un día en el que lamentaremos no haber actuado [ininteligible]. [...] Creo que se debería adoptar una postura muy, muy, muy agresiva contra el Islam radical. Y me doy cuenta de que hay otros aspectos que no son tan militantes y no tan agresivos y eso está bien.Si Bannon se refiere a lidiar con gente como la del Estado Islámico, entonces pocos estarán en desacuerdo con él, pero note cómo pasa por alto "las causas de la actual campaña para el califato" y luego lo convierte en una confrontación global contra el "Islam radical". 

El hecho es que no habría "Estado Islámico" (o al-Qaeda, para el caso) sin el apoyo constante de los países del Golfo, como Arabia Saudita y Qatar; de Israel, de la propia CIA y, de manera más general, de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Si se los dejara a sus propios medios, esos yihadistas radicales nunca habrían crecido en fuerza y se habrían desvanecido en la oscuridad tan pronto como surgieron. Las interpretaciones radicales del Islam no serían un problema y los gobiernos seculares estarían gobernando en países musulmanes que no son 'estados fallidos'. 

Pero si Bannon reconociera esto, ¿qué sería entonces de su "conflicto global apocalíptico" entre "el reino judeocristiano y el musulmán"? 



Stephen Bannon, de Breitbart News, con una mirada maquiavélica.Hemos visto todo esto antes con los neoconservadores que rodearon a Bush y que nos trajeron las guerras de EEUU contra Afganistán e Irak. Una de sus inspiraciones ideológicas es la tesis de Samuel P. Huntington sobre el Choque de Civilizaciones, que sostiene que las identidades culturales y religiosas serían la principal fuente de conflicto en el mundo posterior a la Guerra Fría. Resulta que no sólo Bannon, sino el Asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, y el nuevo director de la CIA, Michael Pompeo, han expresado puntos de vista que también están en línea con los de Huntington. 

En los años 90, Huntington predijo que surgiría un conflicto global y que la principal línea divisoria sería la que existe entre musulmanes y no musulmanes. Aquí estamos un cuarto de siglo más tarde: hemos vivido el 11 de septiembre, la Guerra contra el TerrorTM, y, ¡quién lo diría! La "profecía se ha hecho realidad". 

Sin embargo, una mirada profunda a los hechos de cómo se produjo todo esto nos deja con la impresión de que Huntington, Bannon y otros básicamente inventaron una teoría que "encaja" con las ambiciones imperiales estadounidenses o que dio un pretexto para las mismas. Huntington, por cierto, añadió en una serie de cláusulas, no dejar de alarmarse de la de "la conexión sino-islámica". Efectivamente, el propio Bannon ha unido a China y el Islam como una gigantesca "amenaza":
"Iremos a la guerra en el Mar del Sur de China en cinco o 10 años", dijo en marzo de 2016. "No hay duda de ello. Ellos están tomando sus bancos de arena y fabricando portaaviones básicamente estacionarios y poniendo misiles en ellos. Ellos vienen aquí a Estados Unidos delante de nuestra cara (y ustedes entienden lo importante que es la cara) y dicen que es un antiguo mar territorial". [...] 

"Tienes un Islam expansionista y tienes una China expansionista, ¿verdad ?. Están motivados. Son arrogantes. Están en marcha. Y piensan que el oeste judeocristiano está en retirada", dijo Bannon durante un programa de radio en febrero de 2016. [...] 

"La única cosa que los chinos temen más que a EEUU... temen al cristianismo más que nada", dijo. [...] 

"Algunas de estas situaciones pueden ser un poco desagradables", dijo Bannon en noviembre de 2015. "Pero, ¿saben qué?, estamos en una guerra. Pienso que claramente vamos hacia una gran guerra mayor en Medio Oriente nuevamente".Si eso suena como una repetición de la "cruzada" de George W. Bush, es porque lo es. Sí, China está construyendo bases en el Mar de China Meridional, pero eso es en el contexto de unas 400 instalaciones militares estadounidenses que ya están rodeando a China, y, por lo tanto, esto es legítimamente explicado por los chinos como una maniobra defensiva. En cuanto al "califato", sólo los musulmanes radicales buscan eso, musulmanes radicales que no son nada sin el apoyo oculto de Occidente. 

Visto a través de los ojos de Bannon, es más fácil entender por qué Trump parece ser amistoso con Rusia e Israel, pero tiene una actitud de confrontación con China e Irán

Sin embargo, Putin debe tener cuidado, ya que, la amistad no puede durar para siempre. Bannon dice:

Saben, Putin ha sido un personaje muy interesante. También es muy, muy, muy inteligente. Puedo ver esto en Estados Unidos, donde está alineándose muy fuertemente a los conservadores sociales con su mensaje sobre valores más tradicionales, así que creo que es algo de lo que tenemos que estar muy al tanto. Porque al final del día, creo que Putin y sus compinches son realmente una cleptocracia, que son realmente una potencia imperialista que quiere expandirse. 

Sin embargo, realmente creo que en este entorno actual, en el que se están enfrentando a un nuevo califato potencial que es muy agresivo y que es realmente una situación —no digo que podamos ponerlo en segundo plano— pero creo que tenemos que tratar con las cosas más importantes primero.En otras palabras, ocupémonos primero de los chinos y musulmanes, y después nos preocuparemos por Rusia. 

Al igual que el de Huntington, los puntos de vista de Bannon se componen de ideas amplias, sin refinar, de tinte blanco y negro, dejando de poco a nada de espacio para las complejidades y sutilezas de la realidad. Hay un sabor de la psicopatía esquizoide en ellos, como se describe en La Ponerología Política:
Los portadores de esta anomalía son hipersensibles y desconfiados, mientras que al mismo tiempo, prestan muy poca atención a los sentimientos de los demás. Tienden a adoptar posturas extremas y están ansiosos por tomar represalias ante agravios menores. 

A veces son excéntricos y de comportamiento extraño. Su escaso sentido de la situación psicológica y de la realidad los lleva a atribuir interpretaciones erróneas y peyorativas a las intenciones de los demás. Se involucran con facilidad en actividades ostensiblemente morales, pero que en realidad infligen un daño sobre ellos mismos y sobre otras personas.

 Su empobrecida visión psicológica del mundo los vuelve, por lo general, pesimistas con respecto a la naturaleza humana. Con frecuencia encontramos en sus declaraciones orales o escritas expresiones que reflejan sus actitudes características: "La naturaleza humana es tan malvada que la única forma de preservar el orden social es a través de una autoridad fuerte creada por personas muy competentes, en nombre de una idea mayor." Llamemos "declaración esquizoide" a esta clase de expresión típica. [...] 

[...] el papel ponerogénico que los esquizoides desempeñan puede tener diversas implicancias macrosociales si la actitud que adoptan hacia la realidad humana y su tendencia a inventar grandes doctrinas pasan a ser plasmadas en papel y reproducidas en grandes cantidades de ejemplares. [...] 

Un análisis del papel que cumplieron las obras de Karl Marx revela fácilmente todos los tipos de apercepción ya mencionados, así como las reacciones sociales que causaron animosidad entre grandes grupos de personas. Al leer cualquiera de estas obras que generan una división inquietante en la población, debemos examinarlas cuidadosamente en busca de cualquiera de estas deficiencias características, o incluso de una declaración esquizoide explícitamente formulada. 

[Andrew M. Lobaczewski, La Ponerología Política, p. 97 - 98.]En efecto, el marxismo, con su "Gran Teoría de la Historia", en la que grupos arbitrariamente delineados (proletariado vs burguesía) están destinados a luchar entre sí durante la eternidad; comparte una declaración igualmente esquizoide a la del escenario del previsto "Choque de Civilizaciones" de "occidentales judeocristianos versus musulmanes (más los chinos)". Ambos pretenden ser la definición de la realidad objetiva, pero realmente sólo engendran la animosidad subjetiva entre grandes grupos de personas. 

Si no estuviera en una posición clave de poder, Bannon sería inofensivo. Pero no sólo él está allí, si consideramos sus palabras, él parece dominar a Donald Trump. 

El verano pasado, durante la campaña electoral, Vanity Fair entrevistó a Bannon:

En la superficie, Bannon por lo menos tiene el beneficio de simpatizar políticamente con Trump. Después de todo, Breitbart, bajo su liderazgo, se ha convertido en "Trump Pravda", como un ex empleado me lo describió. Pero cuando hablé con Bannon, él expresó un recelo sobre la autenticidad política del personaje de la campaña de Trump. Trump es un "instrumento desafilado para nosotros", me dijo a principios de este verano.

 "No sé si realmente lo entiende o no". Es probable que el cálculo político de Bannon aquí, si no el de Trump mismo, sea menos acerca de ganar una elección que parece estar un poco fuera de control y más acerca de cimentar un movimiento nacionalista estadounidense.Bannon, el ideólogo que manipula a Trump, el empresario impulsado por el ego para que pueda realizar su visión. Dada su historia como republicano, demócrata e independiente, Trump probablemente se ve a sí mismo como un hombre de acción con poco tiempo para ideologías o teorías políticas. Entonces, ¿está pagando a Bannon para que se encargue de todo eso? 

Profecías autocumplidas 

Steve Bannon puede no querer una confrontación con el Islam o China, pero su certeza acerca de su inevitabilidad, y el hecho de que está en posición de influir en los eventos globales, puede convertir su visión en una profecía autocumplida. 

No creo que Bannon sea consciente de que las cosas no tienen que resultar de esa manera. Sería preciso que alguien más inteligente, como Putin, viera más allá de la "inevitabilidad" de ese escenario. Recuerde cuántas veces EE.UU./la OTAN trataron de arrinconar a Putin en las tensiones entre Rusia y Europa. Putin, sin embargo, maniobró una y otra vez para encaminarse a la salida. Lamentablemente, nada de lo que hemos visto de Trump hasta ahora sugiere que, cuando se vea en posiciones similares, podría evitar caer en la trampa. De hecho, como sugerí antes, su particular "estilo de negociación extremo" podría empeorar las cosas. 

Luego está la izquierda liberal (¿qué es la "izquierda" en estos días de todos modos?) que está tan descontenta con Trump. ¿Se dan cuenta de que ellos también participan en una profecía autocumplida? Trump probablemente no tiene razones personales para convertirse en un nuevo 'Hitler', pero si las demostraciones de los izquierdistas se convierten en disturbios y los disturbios se convierten en una insurrección persistente, ¿cómo va a reaccionar alguien como Trump, si no mostrando quién es el jefe y restaurando el orden con una mano de hierro? Scott Adams señala el mismo punto:

Pero últimamente tengo la sensación de que los críticos de Trump han evolucionado desde esperar que Trump sea Hitler a preferirlo. Obviamente no lo prefieren de manera consciente. Pero la alternativa a que Trump se convierta en Hitler es que tendrán que vivir el resto de sus vidas como idiotas confirmados. Nadie quiere ser un imbécil confirmado. Y ciertamente no después de anunciar sus opiniones de Trump en público y manifestarse en las calles. Sería una vergüenza total para los antitrumpistas saber que Trump está tratando de hacer un buen trabajo para Estados Unidos. Es una amenaza para sus egos. Una grande. 

Y esto me lleva a mi punto. Cuando millones de estadounidenses quieren lo mismo, y lo quieren tanto, las probabilidades de que suceda aumentan mucho. Se le puede llamar el poder del pensamiento positivo. Es también el principio detrás de las afirmaciones. Cuando los seres humanos se centran en un futuro deseado, los acontecimientos comienzan a conspirar para que esto suceda. 

No estoy hablando de ninguna magia de la nueva era. Estoy hablando de la gente común que hace cosas ordinarias para convertir a Trump en un Hitler real. Por ejemplo, si los manifestantes comienzan a ser violentos, se podrían esperar reacciones fuertes con el tiempo. 

Y eso hace que Trump se parezca más a Hitler. Puedo pensar en docenas de maneras en que los manifestantes podrían causar aquello que están tratando de prevenir. 

En otras palabras, pueden hacer que su deseo sea realidad aunque sea justo aquello contra lo que están protestando.Trump no ha estado en el poder por mucho tiempo y hay muchas incógnitas, así que es difícil decir lo que podemos esperar de él. Sin embargo, basándome en los pocos asuntos que hemos cubierto aquí, creo que podemos estar bastante seguros de que el caos creciente, en una forma u otra, estará a la orden del día.



Andrés Perezalonso es editor contribuyente de Signs of the Times y de su versión en español Señales de los Tiempos desde 2007, así como miembro del comité editorial de The Dot Connector Magazine desde 2010. Tiene grado de Doctorado en Política, Maestría en Estudios Internacionales, Licenciatura en Comunicación, y ha trabajado profesionalmente en análisis de medios. Su pasión es entender los eventos globales contemporáneos. Cree que esto sólo puede ocurrir por medio de un enfoque interdisciplinario que se atreva a pensar más allá de los límites establecidos. Nació y creció en México y ahora reside en el Reino Unido.

https://es.sott.net/article/51303-Trump-Bannon-y-el-peligro-de-las-profecias-autocumplidas

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